domingo, 1 de diciembre de 2013

Salieron, llegaron, triunfaron y cumplen

Por María Delys Cruz Palenzuela
 
yate granmaFoto: Archivo
Camagüey.- El Granma, antecedido del Moncada, retoma decisivamente el camino de nuestros libertadores, luego del abismo de corrupción, politiquería y entreguismo que se abrió al cese de la dominación española y la intervención yanqui en nuestro territorio entre finales del siglo XIX e inicios del XX.
“En 1956 seremos libres o seremos mártires”, expresó Fidel, palabras que fueron objeto de burla por oficialistas del régimen de Fulgencio Batista, por lo que años más tarde el Líder de la Revolución comentara: “...se discutió por muchas personas por qué nos habíamos comprometido a llegar a Cuba en un plazo prácticamente fijo. Y es que el estado de ánimo de muchos en nuestro país resultado de las frustraciones y de los engaños de los políticos tradicionales, había llegado a crear cierto escepticismo; y también no se hacían grandes esfuerzos por parte de los intereses creados en maniobrar políticamente, en llegar a acuerdos políticos con la tiranía batistiana y en ahogar la fe del pueblo en la lucha revolucionaria”. De ahí la premura.

Son conocidos los detalles del entrenamiento de los expedicionarios, su disciplina y motivaciones para el fortalecimiento ideológico, las aspiraciones y postulado que entrañaba la Guerra Necesaria; la compra del yate Granma, los percances de la travesía luego de la salida de Tuxpan el 25 de noviembre, las desesperantes noticias transmitidas por la radio sobre el levantamiento del día 30 en Santiago de Cuba, y la odisea del propio desembarco el 2 de diciembre y de los días posteriores.

Fidel había sido preciso con los 82 expedicionarios en cuanto a los principios morales sobre los que habrían de sentarse las acciones futuras.

Muchos fueron quedando a lo largo del camino durante las jornadas de combates, otros se fueron consagrando por entero a la ejecución de proyectos en zonas liberadas por el Ejército Rebelde, comenzaba entonces además, a cumplirse con el Programa del Moncada enunciado por el Máximo Líder cubano en La Historia me Absolverá.

Transcurridos dos años y 29 días, la victoria era conquistada y con ella se cumplía la profecía del Comandante en Jefe de: “Si salgo llego, si llego entro, si entro triunfo”.

Correspondía desde ese mismo momento llevar adelante la tarea más difícil, la de darle solución a los problemas que agobiaban al pueblo analfabeto, desempleado, hambriento, desalojado de las tierras y de sus hogares, muriendo por las enfermedades o arrastrando sus secuelas.

Devenía entonces el Granma sucesor del Moncada que se materializa en la gigantesca obra revolucionaria, en el quehacer cotidiano del maestro, del médico, del campesino, del obrero, en el cursar solidario de las aguas caribeñas y pacíficas, en la Patria, en la unidad de Latinoamérica.

El cuartel que es toda Cuba cada 26 de Julio espera el advenimiento del Granma todos los diciembres, para juntos continuar dando batallas por y para todos los cubanos.

Tomado de Adelante

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