Desde la más pura raigambre cubana estas imágenes conmoveran a más de uno y los llenarán de nostalgia... o de ansiedad por conocerlo:
Donde siempre hay alguien
Popularmente algunos le dicen el sofá de La Habana. Y quien le haya puesto así, ¡acertó! Y el trovador cubano Carlos Varela le dedicó una canción en los noventa.
Abres la ventana y miras afuera,
la ciudad te espera en algún lugar.
Sales a la calle y te vas al muro
donde siempre hay alguien,
donde empieza el mar.
Todos de alguna forma terminamos en el Malecón, aún cuando no lo conozcamos. ¿Por qué puede ser este muro tan adorable, místico, añorable? No sé. Creo que cada cual tiene su pedacito de historia en algún espacio de ese lugar.
Hoy llegué hasta el muro sobre las seis de la mañana. Poca luz en el ambiente y mucho sueño de mi parte. La fórmula no es buena para la fotografía. Realmente estuve de paso pues iba camino para otro lugar. Pero tuve que detenerme pues, en solo algunos metros, encontré muchos matices al amanecer. Fue un paso casi fugaz que ahora comparto junto a otras fotos que guardo del malecón.
He intentado recrear 24 horas del Malecón.
Abrazos MIL a todos.
Van mis preferidas, el resto en:
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