Parafraseando el título de una canción del Poeta y Trovador Silvio Rodríguez, he querido reunir aquí tres visiones de una misma historia: de nuevo el Grupo Prisa se da prisa en desinformar a sus lectores, esta vez con algo que ellos pretenden sea una entrevista a la periodista cubana Rosa Miriam Elizalde.
De los oscuros meandros de que se valen estos asesinos de la verdad y la ética informativa, ya conocen nuestros lectores. Así que tal vez sólo le estemos mostrando verdades de Perogrullo. Pero para quienes aún no conocen las "sutilezas" de las campañas -de las agresivas campañas- contra Cuba, esta recopilación será una excelente lección:
Primera variación
El portal Cubadebate sufre una atentado terrorista mediático: El boletín del grupo Prisa reivindica la autoría
Por Pascual Serrano
Por Pascual Serrano
En días recientes, Rosa Miriam Elizalde, la editora del portal cubano Cubadebate, que presenta como objetivo luchar “contra el terrorismo mediático” estuvo en Madrid y fue objeto de un atentado terrorista de este género al ser entrevistada por el diario El País.
El atentado se fraguó en el Café de Oriente de Madrid y lo ejecutó el agente Ramón Lobo el 21 de mayo en la contraportada de El País, publicación diaria de la organización.
La periodista cubana fue emboscada con la promesa de recoger en el periódico su visión de la actualidad cubana pero, finalmente, el agente Lobo presentó la entrevista con tal número de comentarios, insinuaciones y tergiversaciones que sólo sirvió para prescindir y obviar la opinión de la entrevistada y, en cambio, continuar con la habitual línea terrorista informativa contra Cuba. Basta observar que, del contenido de la entrevista, 348 palabras fueron autoría del agente de Prisa y tan solo 220 quedaron para la entrevistada. Ya el titular se utiliza para mostrar las dificultades de acceso a Internet que se sufre en Cuba sin clarificar que la razón se encuentra en Estados Unidos, de modo que se percibe que su origen está en el gobierno cubano o su socialismo. "En Cuba tardo seis horas en subir un vídeo en YouTube". Más todavía si, a continuación, el periodista de El País inicia su texto así: “Las dictaduras navegan mal por Internet, donde circulan ideas, noticias e imágenes con rapidez y libertad”. El atentado contra Elizalde es doblemente criminal porque se trata, precisamente, de la periodista que más ha denunciado la responsabilidad del bloqueo estadounidense como origen de los problemas de Internet en la isla.
A continuación continúa el periodista: “tiene un trabajo imposible: vender un régimen que está perdiendo su halo de símbolo y empieza a ser blanco de críticas, también desde la izquierda”. Veamos el vocabulario valorativo que se encuentra en la frase: califica de “imposible” lo que se dedica Rosa Miriam Elizalde, la humilla profesionalmente y la agrede en su honorabilidad afirmando que tiene que “vender un régimen”. Por último, el entrevistador afirma de su cosecha, sin más elementos que lo acrediten, que la revolución cubana está perdiendo su “halo de símbolo y empieza a ser blanco de críticas”.
Supongamos que el corresponsal de Granma en Madrid hubiera entrevistado al periodista de El País. ¿Qué nos parecía que hubiera escrito esto?: “Ramón Lobo tiene un trabajo imposible: vender como periodismo honesto y decente un grupo empresarial de comunicación que por culpa de cuatro directivos y accionistas que quisieron enriquecerse, terminó debiendo cinco mil millones a los bancos y ha tenido que venderse económica e ideológicamente a Berlusconi y a unos brookers de Wall Street, peligrando así el futuro de cientos de trabajadores”.
Es curioso, pero aprovechan esta entrevista para ofrecernos la dirección de la página de la opositora Yoani Sánchez, ¿incluirán a partir de ahora los datos de la web de Cubadebate siempre que hablen de Yoani?
El agente de El País se explaya también en detalles de ambiente que sugieren que hay un comisario político supervisando la entrevista: “A su lado, un hombre de traje oscuro y antiguo, que se presenta como presidente de una asociación local de escritores, devora una pizza de quesos del país. La directora de Cubadebate le deja hablar cuando la conversación se empina. Es cuando ella aprovecha para comer. Tenía capricho de algún plato vasco en honor de su abuelo, pero se conforma con una sepia a la plancha. Cuando habla el hombre uno tiene la sensación de que es el encargado de que no surjan los grises, de que fluyan las palabras de siempre”.
El atentado se ceba así en la honorabilidad de la periodista insinuando que renuncia a su libertad y acepta sumisamente el control por parte de “un hombre de traje oscuro y antiguo”. Es evidente que un hombre de traje oscuro y antiguo debe ser obligatoriamente malo, los ejecutivos de Prisa siempre llevan ropa moderna y corbatas coloridas. Pagadas eso sí, con el dinero de los que compran sus periódicos o el que ganan en los fondos de inversión en Bolsa.
Pues bien, ese hombre que el periodista de El País presenta como policía o comisario era Jorge Ángel Hernández Pérez, novelista, poeta y ensayista, director de la revista Umbral, de Villa Clara, uno de los autores más premiados y conocidos de su generación. Ganó, entre otros, el Premio Bolívar-Martí. Aquí se puede encontrar su biografía.
El texto termina con un chiste contra el comunismo de la URSS, que no logro saber si lo contó el temible hombre de traje oscuro, la entrevistada o el periodista de El País. Aunque me temo que fue éste último antes de abandonar el escenario del atentado.
Se espera próximamente la versión de la víctima Rosa Miriam Elizalde una vez se recupere de la indignación que le provocó la agresión.
Segunda Variación
Lecciones de libertad de expresión: El País le hace una No entrevista a Rosa Miriam y desconoce a Jorge Ángel.
Por Enrique Ubieta Gómez
Por Enrique Ubieta Gómez
Una vez más El País demuestra que el capitalismo no tolerará jamás la libre expresión. Ramón Lobo se las ingenia para recortar las respuestas disidentes de Rosa Miriam Elizalde, rodearlas de frases prefabricadas por el rencor, y deslizar acotaciones que desvirtúan lo que él -pequeño Dios soberbio-, nos permite conocer de lo que ella dijo. Si la entrevistada habla de las "penurias tecnológicas" que el bloqueo económico norteamericano nos impone en el uso de Internet, el entrevistador (léase mejor, el Consorcio PRISA que paga y manda) escribe que "las dictaduras navegan mal por Internet, donde circulan ideas, noticias e imágenes con rapidez y libertad".
Pero cada acotación suya desmiente esa libertad. Mientras Rosa Miriam habla con calma, y matiza sus argumentos, el Consorcio trasnacional replica con epítetos, en blanco y negro (es decir, en negro). Si uno se salta los comentarios del emisario de la Empresa El País, la explicación de la periodista cubana resulta arrolladora:
"Sufrimos un embargo tecnológico. EE UU nos impide el acceso al cable submarino; dependemos de las conexiones por satélite en las que la velocidad es muy lenta", se queja la periodista. "El embargo no es una excusa, sino una realidad cotidiana. Cuba fue el último país de América Latina en acceder a Internet en 1996 debido a la Ley Torricelli y aún nos prohíbe el acceso al comercio electrónico. Tengo 43 años y he vivido toda mi vida bajo él. No podemos comprar software y si lo hacemos es en otros países y pagamos ocho veces más. Creamos la web con programas gratuitos en Internet".
A veces, los comentarios del entrevistador revelan la prepotencia del nuevo rico, que navega en mares turbulentos, de crisis, pero que se siente superior a sus hermanos, hasta ayer muy cercanos en penurias económicas. Son observaciones de comadre de aldea: "un hombre de traje oscuro y antiguo que se presenta como presidente de una asociación local de escritores, devora una pizza de quesos del país"; "(ella) tenía capricho de algún plato vasco en honor de su abuelo, pero se conforma con una sepia a la plancha"... No estoy seguro de que el ignorante emisario del Consorcio PRISA -me refiero a Ramón Lobo-, sepa que ese señor pobre, que es descrito por su ropa "antigua", y del que habla en tono despectivo, es Jorge Ángel Hernández (poeta, narrador, ensayista, Villa Clara, 1961), uno de los más importantes escritores cubanos de su generación (de los de afuera y de los de adentro), avalado por innumerables premios.
Pero los escritores cubanos se dividen para El País en dos grupos: el de los brillantes y el de los oscuros. No es una división extraña; lo sorprendente es que la calificación no la merecen por su obra literaria, sino por sus pronunciamientos políticos. Los brillantes son aquellos que coquetean con las posiciones (políticas) de PRISA; los oscuros -como el traje antiguo que fatalmente pudo conseguir para su viaje Jorge Ángel-, aquellos que se niegan a la manipulación. El mensaje es todavía más indignante y espurio: el Poder advierte que cualquier escritor por importante que sea, no será promovido (ni siquiera mencionado por su nombre) en los grandes medios, si no se declara en contra de la Revolución cubana. Formidable lección de lo que PRISA entiende por "libertad de expresión".
Variación desde la óptica de la "agredida"
El País tóxico
Por Rosa Miriam Elizalde
Por Rosa Miriam Elizalde
Estaba curiosa de lo que publicarían, porque sabía que poco o nada serio podría salir de aquel almuerzo con el periodista que confundió a Ricardo Alarcón, presidente del Parlamento cubano, con el ex vicepresidente Carlos Lage; que no se acordaba bien del nombre de la bloguera a quien Prisa le concediera con suma prisa el Premio Ortega y Gasset; que tenía una vaga idea de cierto episodio con un estudiante en Cuba, del cual tampoco recordaba cómo se llama -Eliécer Ávila- y daba por hecho que había sido expulsado de la universidad. Un viaje a la Isla con una novia en tiempos remotos, donde “la pasé bien”, y algunos chistes envenenados que le escuchó al corresponsal de su diario en La Habana. Esa era toda la información sobre Cuba con la que se sentó Ramón Lobo a la mesa del Café de Oriente, en Madrid.
El océano que le faltaba, Lobo lo llenó con sus prejuicios y su imaginación. Me presentaría luego a los lectores como directora de Cubadebate -el director es Randy Alonso- y describió como comisario político a Jorge Ángel Hernández, uno de los escritores más interesantes de su generación, que no es ni militante del Partido, a quien ignoró soberanamente en todo el almuerzo sobre una mesa para tres. Por supuesto, jamás le preguntó su nombre, porque la historia estaba hecha antes de que me sirvieran aquel pescado que parecía de goma.
Sin embargo, excuso a Lobo de la responsabilidad de esta nueva emboscada de El País contra Cuba. Sus editores probablemente eligieron al más ignorante y al más dócil de todos para hacer pasar por entrevista lo que fue otra planeada operación de propaganda negra del diario, con su catecismo de estereotipos y abstracciones, de fórmulas -”dictadura”, “embargo”, “web oficial”, “libertad”…-, que usan como comodines para explicar las cosas más contradictorias. Como no pudieron manipular mis palabras, manosearon el almuerzo e intoxicaron a los lectores con un plagio mediocre de Archipiélago GULAG.
No es accidental que en los últimos años, y particularmente en los últimos meses, El País no haya generado una sola nota sobre Cuba digna de memoria y sí, en cambio, un gigantesco basural de palabrería conservadora y autoritaria sin contacto con la realidad de los problemas cubanos. Como prueba esta entrevista que no fue y esta Cuba que no existe en “Almuerzo con…”, que publicara el periódico el jueves.
Este nuevo portento anticubano del diario madrileño es tan absurdo, que justamente por eso debería interpretarse como grave. Si El País intoxica de tal manera a sus lectores a costa de papelazos periodísticos impensables para cualquier otro tema internacional o de política interna, quiere decir que, detrás, hay algo más que paranoias ridículas.
URL del artículo : http://cuba.cubadebate.cu/opinion/2010/05/22/el-pais-toxico/
Imagen agregada: Comp. fotgr. RCBáez: Qué clase de País
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