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martes, 26 de enero de 2016

Precios en el Agromercado: Qué dicen los campesinos

Por José Raúl Concepción Llanes, Oscar Figueredo Reinaldo, Rafael Arzuaga
 
Agromercado de Tulipán y Panorama, administrado por la CCS Antero Regalado.Foto: Jose Raúl Concepción / Cubadebate.
Agromercado de Tulipán y Panorama, administrado por la CCS Antero Regalado.Foto: Jose Raúl Concepción / Cubadebate.
Hay que agarrarse el bolsillo hoy en Cuba si de procurar alimentos en los agromercados se trata. Los elevadísimos precios de la mayoría de los productos que se expenden irritan a casi todos los consumidores y suscitan dispares cuestionamientos hasta el punto de abrir muchas interrogantes. ¿Cuánto durará ese despropósito? ¿Cuál será el límite del desequilibrio entre los costos y el poder adquisitivo medio en el país? He aquí solo dos de las preguntas que este enero atizaron el debate al respecto, a propósito por un lado del desabastecimiento en la mayoría de los locales de venta, y también, del encarecimiento de los escasos productos disponibles, como fueron los casos del tomate y la malanga, por ejemplo.
Si bien algunas producciones crecieron en el año 2015 -descargue PDF (207 Kb)-, no tuvieron reflejo real en el costo para la población, un indicador que lejos de disminuir, aumenta peligrosamente.
El crecimiento logrado, sin embargo, no satisfizo en casi ninguna estación del año; porque ni se tradujo en aumento de las cantidades, variedades y calidades de hortalizas y viandas disponibles en los tipos de gestión de venta (mercado estatal, mercado de oferta y demanda, arrendados a cooperativas, cuentapropistas y el mercado EJT), ni logró la disminución de los precios.
Y esta disyuntiva puede llevar a pensar que la raíz del fenómeno está precisamente donde se siembran, atienden y cosechan los alimentos, un parecer que no comparten los asociados a la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Antero Regalado, de Güira de Melena, en la provincia Artemisa, según constató recientemente Cubadebate.
Desde 2013, con el objetivo de disminuir intermediarios y bajar los precios de los productos agrícolas, comenzó un nuevo sistema de comercialización directa desde las provincias Artemisa y Mayabeque hacia La Habana. Ello posibilitaría transformar la comercialización de forma tal que se eliminarían mecanismos para volverla más dinámica, eficiente y flexible.
Infografía: Luis Amigo Vázquez.
Infografía: Luis Amigo Vázquez/ Cubadebate
 “Al principio quizás, pero hace buen rato que no es así. Acerca de esto mismo que sucedió en La Habana a principios de año, no creo que se haya aprovechado lo que se dijo en la Asamblea Nacional para aguantar la producción en el campo y que los precios aumenten. Me parece que es una buena medida topar los precios en La Habana porque ¿hasta dónde va a llegar el costo de los productos? Hoy es imposible para el pueblo, un jubilado por ejemplo, comprar una libra de malanga en 12 pesos o el tomate a 25. Creo que la causa del problema no está en el campo. Aquí lo que se siembra, lo cosechas o lo pierdes; y todo lo que se ha podido cosechar se ha sacado del campo”, expresó Abelardo Álvarez Silva, presidente de la CCS.
También para el usufructuario Horacio Báez González, la situación en la primera quincena de 2016 es consecuencia de las deficiencias de ese sistema de comercialización.
“Pienso que pasó porque pararon las camionetas particulares, pues esa es una de las principales vías para transportar las mercancías a La Habana, ya que acopio no está resolviendo el problema que hay. Hoy se contrata tan poco que no satisface las necesidades de la población. A nosotros, por ejemplo, nos contratan solamente un 30 por ciento de lo que producimos; el otro 70 tenemos que buscar medios para salir de él; en este caso pueden ser las famosas camionetas, que son las que generan luego el precio alto, porque le vendo por ejemplo el tomate a 100 pesos el quintal —le gano unos 20 ó 30 pesos— y sin embargo cuando llega al tarimero, este le vuelve a subir el precio y de esta manera gana el que ni toca la tierra”, precisó.
Sembradío de cultivos varios. Foto: Jose Raúl Concepción / Cubadebate.
Sembradío de cultivos varios. Foto: Jose Raúl Concepción / Cubadebate.

¿Acopiar o no acopiar?

Según José Puente Nápoles en su libro La comercialización de los Productos Agropecuarios, “el acopio estatal aunque ha sufrido y pasado por distintas fases y modalidades organizativas a los largo de estos años ha contado con transporte propio y especializado, almacenes, plantas de beneficio, fábricas de envases y mercados… No obstante como desventajas o insuficiencias que ha tenido… están: deficiencias organizativas y otras que le han impedido recoger la producción en el momento requerido y grandes pérdidas por mermas y desvíos de productos…”.
La mayoría de los campesinos aboga por que Acopio vuelva a desempeñar un rol importante en el comercio de las producciones, aunque sin los vicios y deformaciones que caracterizaron esa actividad antes de 2013.
“Queremos modificar el actual sistema de comercialización y volver a establecer uno que supere las dificultades que presentaba este mecanismo. Entre las principales insuficiencias del anterior sistema era que había muchos cultivos que no se acopiaban y por ello muchas hortalizas menores (rábanos, habichuelas, quimbombó) se dejaron de sembrar porque el Estado no las contrataba. Además, en momentos picos de la cosecha esa empresa se convertía en un cementerio de productos, sobre todo en Güira”, declaró Álvarez Silva.
El presidente de la CCS y otros asociados concordaron en que “existían condiciones de impago, pues era tanto lo que el campesino le vendía a la Empresa de Cultivos Varios que había demoras de hasta tres y cuatro meses”.
Además, “tampoco había una claridad con el tema del embalaje y el pesaje ni con la calidad de los productos a la hora del pago. En la mayoría de los casos los productos nuestros entraban con segunda-tercera calidad a los puntos de venta”.
Infografía: Luis Amigo Vázquez.
Infografía: Luis Amigo Vázquez.
 Para Yamila Sarduy Martínez, presidenta de la filial provincial de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeño (ANAP), luego del reajuste del sistema de mercadeo, ha habido aspectos “positivos y negativos”.
“En mi opinión —dice—, más positivos que negativos. Por ejemplo es un paso de avance que las cooperativas pueden tributar de manera directa en los agromercados de La Habana. En la actualidad administramos más de 60 en la capital, que nos ha posibilitado que las producciones no se pierdan en el campo y que se comercialice a precios asequibles en este tipo de mercados.
“Como aspecto negativo está que aquellas cooperativas que compran productos en el Trigal (mercado mayorista), los costos de los productos se encarecen y afecta sobre todo a la población que es el destinatario final. Para este año 2016 se están creado todas las condiciones para que funcione nuevamente Acopio y de abastecer de mejor manera los Mercados Agropecuarios Estatales”.

Si de precios se trata…

Con el objetivo de aplicar un único procedimiento para la formación de los precios de los insumos sin subsidios y en correspondencia con el mercado internacional así como establecer el precio único para todos los destinos, en el año 2015 se estableció nuevas tarifas para estimular la producción agropecuaria.
A través de la Resolución No. 236/2015, el MFP fijó los precios minoristas de los insumos, equipos e implementos agrícolas para todas las producciones agropecuarias del país que se venden por las empresas comercializadoras del sistema de la agricultura no cañera, así como los impuestos que se pagarán.
“De manera general creo que los precios son buenos, lo que sí está mal es las calidades que estableció Acopio. Ese librito por el cual ellos se rigen a la hora de establecer la calidad del producto no está acorde con los momentos que se están viviendo y la necesidad que tiene el pueblo de tener comida. Pero los precios en general están buenos, claro que estimulan las producciones”, así opina Antonio Hernández Morera, dueño de la Finca Las Ninfas.
Con la formación de los nuevos precios se vieron estimuladas producciones como el tomate, el café, el arroz, la leche y la carne de cerdo.
Infografía: Luis Amigo Vázquez.
Infografía: Luis Amigo Vázquez.
Según declararon especialistas del Ministerio de la Agricultura en la Mesa Redonda, los impactos más significativos en los precios de los insumos fueron:
- Se redujo entre un 30 y un 60% los precios de los que se habían aprobado sin subsidio.
- Se eliminó el subsidio del presupuesto a la venta de insumos.
- Se incrementó el precio del combustible hasta 3 pesos.
- La relación entre la disminución del precio de los insumos y el incremento del precio del combustible es favorable a la disminución de los precios.
- Aceptación general en los intercambios que en todo el país se hicieron con los productores, aunque requirió de explicaciones adicionales en el caso del precio de la leche por su vinculación con la calidad.
Entonces se impone la aclaración de que los precios de ventas hasta ahora descritos solo se aplican cuando las contrataciones ocurren con Acopio.
“Generalmente los alimentos no salen tan caros del campo. Los precios que se ponen aquí no tienen nada que ver con los de la ciudad. Por ejemplo, la malanga es 3.10 pesos o 3.20, y allá en La Habana se vende hasta en 18. Eso es algo absurdo, abusivo. ¿Cómo si usted produce aquí con un precio va a llegar al consumidor con otro tan alto? Con esos mecanismos que le suben los precios a los productos los campesinos no tenemos nada que ver”, asegura el pequeño agricultor Horacio Báez González.
El presidente de la CCS Antero Regalado considera que “los precios a los que se comercializa hoy en La Habana se deben porque todavía hay demasiados intermediarios en la cadena de distribución. Hoy el producto sale a un precio del campesino y cuando llega a La Habana tienen cinco, seis y hasta diez veces el valor con el que salió del campo”.
Abelardo tiene el criterio de que “nosotros siempre hemos mantenido bien bajos los precios de los productos y en consonancia con el costo de producción de los alimentos de manera general”.
“Sin embargo, no es secreto para nadie que en La Habana se le aumenta de manera descabellada el precio, por los intermediarios que hay, repito, y también por la inseguridad de los medios estatales que atienden la comercialización; aunque también por la irresponsabilidad de algunos campesinos que no cumplen con su plan de producción y de ventas y tratan entonces de vender sus cosechas por otros destinos”, aseveró.
Otro grupo de campesinos cree que se podía prever que los precios estarían altos para estas fechas porque el clima “no estuvo de nuestro lado”, pues en septiembre y octubre no se pudieron cultivar algunas hortalizas que debían cosecharse a finales de año y entonces fue mucho mayor la demanda que la oferta.
“Ahí es donde se aprovechan los inescrupulosos”, pero incluso así “es injusto y criminal cómo han subido los precios”, aseveraron.
Álvarez Silva cree que “las lluvias de diciembre y ahora en enero, cuando en casi una semana no ha escampado, ha retrasado las cosechas, las que se puedan salvar, claro, porque se han perdido productos como el tomate, el ajo, el frijol o la cebolla”.
Agricultura, Cuba.  Foto: José Raúl Concepción/Cubadebate.
Agricultura, Cuba. Foto: José Raúl Concepción/Cubadebate.

Insumos: Cuando la cuenta no da

Si bien es cierto que en la actualidad los precios de los insumos que necesita el campesino son menores que un año atrás, la calidad de los mismos no posibilita mayores rendimientos. Los productores afirman que tampoco se garantizan a tiempo, ni en las cantidades necesarias.
“Los insumos no llegan a nosotros al ciento por ciento, algunos llegan al 10 por ciento, otros al 30 por ciento, y necesitamos que todos los recursos lleguen a nuestras manos y con la calidad requerida para lograr la superproducción que se pide. Vemos que por otras vías se resuelven. Sabemos que llegan al país, pero los campesinos no lo recibimos como es debido, y si lo recibiéramos, la producción se duplicaría; porque, le digo una cosa, el campesino sí trabaja para asumir los compromisos, y para mantener su familia de manera honrada, sin afán lucrativo, pero necesita lo debido. Si eso sucediera, los sobrecumplimientos estuvieran al máximo”, expresa Idarmi Ponce Musivae, copropietaria de la Finca Las Delicias.
Grosso modo, ese mismo criterio tienen Julián González Rodríguez, dueño de la Finca San Francisco y Antonio Hernández Morera, propietario de la Finca Las Ninfas.
Recibimos lo que se llama paquete tecnológico, que es de cuando el país estaba en el Período Especial de verdad. Abono, petróleo, pesticida…, pero eso no es lo necesario para que el campesino produzca más de lo que produce. Hay veces que los productos están, pero llegan por medio de revendedores, no por el canal que deben venir. Es una deficiencia que el Estado debe tomar medidas con eso”, argumenta González Rodríguez.
Y Hernández Morera supone que “cuando los insumos no están a veces en tiempo o están incompletos, que no alcanzan para el ciclo de vida de cualquier producto, debe ser por causas ajenas a la voluntad de las personas responsables de hacerlas llegar…, por cuestiones puntuales, transporte, o quizás un cheque que no está a tiempo para pagar…”.
Sin embargo, abunda, “aunque llegue a tiempo ese recurso tampoco es el que necesitamos. Estamos convencidos que el Estado destina importantes recursos para la agricultura y que llegan al país, pero por se van por otras vías, no nos llegan directamente. Aquí nadie tiene fábrica de veneno, ni tiene pozo de petróleo, ni fábrica de abono tampoco, ¿verdad? ¿Y entonces?
Precisa la presidenta de la ANAP que “hasta la fecha, por ejemplo, los insumos productivos no llegaron en la fecha establecida, ni tampoco ha llegado el 100 por ciento de la cantidad que se contrató. Gelma tiene responsabilidad en eso, pero esta entidad también depende de lo que pueda adquirir el país. Además de eso tenemos problemas de envases, sobre todo en los picos de cosecha como el tomate y la guayaba”.
GELMA, organización empresarial aprobada en el mes de noviembre del año 2013 como comercializadora mayorista de insumos, equipamientos y prestación de servicios técnicos especializados para el sector agropecuario del país, debe favorecer la ejecución del plan de compras del organismo, desde y hasta las formas productivas para asegurar los procesos de producción planificados.
El objetivo es acercarla a las unidades productoras eliminando los intermediarios y pasando de la asignación administrativa a métodos económicos y contractuales.
Agromercado en Tulipán y Panorama administrado por la CCS Antero Regalado de Güira de Melena.
Agromercado en Tulipán y Panorama administrado por la CCS Antero Regalado de Güira de Melena. Foto: Jose Raúl Concepción / Cubadebate.

Cerrando el ciclo: ¿A dónde van los productos?

Como parte de la experiencia de mercadeo puesta en práctica entre La Habana, Artemisa y Mayabeque, comenzó a funcionar el 18 de diciembre el mercado El Trigal, primer mercado mayorista de abasto de productos agropecuarios del país, al cual pueden acudir personas naturales y jurídicas y en el que el productor puede comprar y vender.
Igualmente se posibilitó vincular directamente a las unidades productoras agropecuarias con el abastecimiento a los mercados, para que participen en mayor medida del precio minorista.
“Eso es lo ideal, que el campesino pueda vender sus productos directos al consumidor, pero sabemos que no puede hacerse en todos los lugares. Nosotros tenemos dos agros en La Habana, en los cuales ofertamos 15 ó 20 productos a precios asequibles. Cuando el tomate se vende hasta en 25 pesos, en nuestro mercado se mantiene a 6. El boniato el año entero se mantiene a peso, mientras que en otras unidades de comercializa a 3.50 la libra, y no solo en La Habana, aquí en el mismo municipio se vendió de esa manera.
Infografía: Luis Amigo Vázquez.
Infografía: Luis Amigo Vázquez.
“Vendemos en Tulipán y Panorama y también en 50 y 51 en Marianao, aunque todavía no son los precios que queremos. Hay productos que salimos a buscarlos en otras unidades productivas y a esos se les incrementa el precio porque ya no dependen de nosotros. Pero en esta cooperativa se discuten todos los meses los precios de los productos a vender en el mercado, y estamos dispuestos a hacer lo necesario para satisfacer al pueblo”, asegura Abelardo Álvarez Silva, Presidente de la Cooperativa de Créditos y Servicio (CCS) Antero Regalado.
En cuanto a la experiencia de la venta y compra en el Trigal comentó:
“El Trigal fue una entidad creada con un objetivo muy positivo de concentrar todas las producciones provenientes de Artemisa y Mayabeque para que luego fueran distribuidas en La Habana. Pero realmente la cooperativa mía no tiene nada que hacer en el Trigal, ni lo tuvo cuando empezó, ni lo tiene ahora. Ese establecimiento dejó de ser hace un tiempo para lo que fue creado y se ha convertido en un antro de perdición en todos los aspectos. Los precios son abusivos, es por hoy un negocio de muchos cuentapropistas para enriquecerse y donde se desvían las producciones para otros destinos que no son los recomendables”, señala Álvarez Silva.
Infografía: Luis Amigo Vázquez.
Infografía: Luis Amigo Vázquez.

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