Antes de subir, alguien me preguntó, ¿por qué infligirse uno mismo ese martirio? Los niños se retan (nos retan) para conocer los límites del mundo y los del cuerpo, los físicos y los morales. En algún momento de la subida, extenuado por el esfuerzo, acaso yo también me lo pregunté, ¿por qué vine? Hay una respuesta simple: los seres humanos necesitamos vencer obstáculos, sentir que podemos alcanzar la cima, probarnos de vez en cuando. Y hay otras respuestas que apelan a sentimientos más complejos: a veces no basta con conocer los hechos históricos, es preciso acudir a los lugares donde tuvieron lugar, intentar revivirlos en uno, sentir por un instante el misterio, la magia de un pasado que gravita sobre el presente. No podemos recuperar el tiempo de fundación, pero sí su espacio. Por eso se señalizan las batallas civiles o militares y se construyen monumentos. Y uno se estremece cuando visita el campo de Carabobo, o Dos Ríos, o
El Pico Turquino no es el lugar de todos los comienzos, si es que este existe. No es Playita de Cajobabo, ni Las Coloradas, pero es el punto más alto de
Aunque amase la naturaleza, resulta improbable que el caminante no habituado pueda extasiarse en el paisaje sublime que lo envolverá durante todo el recorrido: el cansancio tiene dos posibles exclusas, o nos sirve de acicate para vencer o de grillete para ser vencidos. Si lo primero, casi no habrán ojos más que para el pie que nos hace avanzar. Los trillos fangosos o empedrados suben y bajan entre la vegetación sin que pueda definirse el final. Hasta que de súbito aparece Martí. “Salto. Dicha grande”, digo parodiándolo. No es la cima del mundo, no es la altura final para el espíritu humano. Pero es un buen comienzo. Entonces sí aparecerá en su esplendor
Por esa Sierra latinoamericana, universal, pidió “un minuto de canto” el chileno Pablo Neruda:
(…) sólo un minuto de profundo canto
pido en honor de
Olvidemos los hombres, por ahora:
honremos entre tantas esta tierra
que guardó en su montaña misteriosa
la chispa que ardería en la pradera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario