martes, 27 de mayo de 2008

Diez preguntas más, por Eugenio Suárez Pérez

Cuando leí la Reflexión del compañero Fidel del pasado 25 de mayo que tituló La política cínica del imperio hice un hipervínculo mental con su otra Reflexión, del 16 de marzo de 2008, Sed de sangre II. En aquella ocasión le hizo siete preguntas a Condoleezza Rice que aún esperamos por sus respuestas.

Entonces, además de recordar las preguntas insistí en que no sólo ella debía dar las repuestas, pensé que el propio presidente de Estados Unidos W. Bush, podía atreverse, ya que tanto quiere aparentar ser un “gran estadista”…

Hoy, con el permiso del autor traigo las primeras siete preguntas y les agregó las diez que le hiciera en su última Reflexión al candidato presidencial Obama.


Las preguntas a Condoleezza Rice:

¿Cuántos norteamericanos han perdido la vida como consecuencia de bombas enviadas por Cuba?

¿Se ha roto alguna vez un solo ladrillo debido a un artefacto explosivo procedente de nuestro país?

¿Por qué se nos incluye en la grotesca lista de países terroristas, en la que se amenaza añadir arbitrariamente a Venezuela?

¿Quién usó el terrorismo contra nuestra patria para destruir aviones en pleno vuelo, provocar sabotajes, invasiones mercenarias y amenazas de bombardeos y guerras, bloqueo económico y acciones que han costado miles de vidas y cientos de miles de millones de dólares?

¿Quién les va a creer a usted y a Bush?

¿Por qué se empeñan en provocar guerras fratricidas entre los pueblos de América Latina?

En Iraq han muerto más de un millón de personas. ¿Cuántos muertos ofrece Estados Unidos a la América Latina, una región de más de 500 millones de habitantes, para defender su democracia y su imperio?

Las diez preguntas al candidato Obama:

1º ¿Es correcto que el Presidente de Estados Unidos ordene el asesinato de cualquier persona en el mundo, sea cual fuere el pretexto?

2º ¿Es ético que el Presidente de Estados Unidos ordene torturar a otros seres humanos?

3º ¿Es el terrorismo de estado un instrumento que debe utilizar un país tan poderoso como Estados Unidos para que exista la paz en el planeta?

4º ¿Es buena y honorable una Ley de Ajuste que se aplica como castigo a un solo país, Cuba, para desestabilizarlo, aunque cueste la vida a niños y madres inocentes? Si es buena, ¿por qué no se aplica el derecho automático de residencia a los haitianos, dominicanos y demás países del Caribe, y se hace lo mismo con los mexicanos, centroamericanos y suramericanos, que mueren como moscas en el muro de la frontera mexicana o en aguas del Atlántico y el Pacífico?

5º ¿Puede Estados Unidos prescindir de los inmigrantes, que cultivan vegetales, frutas, almendras y otras exquisiteces para los norteamericanos? ¿Quién barrería sus calles, prestaría servicios domésticos y realizarían los peores y menos remunerados trabajos?

6º ¿Son justas las redadas de indocumentados que afectan incluso a niños nacidos en Estados Unidos?

7º ¿Es moral y justificable el robo de cerebros y la continua extracción de las mejores inteligencias científicas e intelectuales de los países pobres?

8º Usted afirma, como recordé al inicio de esta reflexión, que su país advirtió hace tiempo a las potencias europeas que no admitiría intervenciones en el hemisferio, y a la vez reitera la demanda de ese derecho, reclamando al mismo tiempo el de intervenir en cualquier parte del mundo con el apoyo de cientos de bases militares, fuerzas navales, aéreas y espaciales distribuidas en el planeta. Le pregunto, ¿es esa la forma en que Estados Unidos expresa su respeto por la libertad, la democracia y los derechos humanos?

9º ¿Es justo atacar sorpresiva y preventivamente sesenta o más oscuros rincones del mundo, como los llama Bush, sea cual fuere el pretexto?

10º ¿Es honorable y cuerdo invertir millones de millones de dólares en el complejo militar industrial para producir armas que pueden liquidar varias veces la vida en la Tierra?

El compañero Fidel no pretende las respuestas a sus preguntas sino únicamente consignarlas. Así lo escribió en su Reflexión. Pero, bien sus acompañantes y todos aquellos -donde quiera que se encuentren- que de Cuba difaman, bien los que perciben salarios y regalías por dedicarse a criticar a Cuba y su Revolución, los que se regocijan por hablar con W. Bush., y las agencias capitalistas de noticias, pueden asumir las respuestas y “sacar la cara” por ellos.

Pero como dice un viejo refrán: “El que calla, otorga”

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