EL PRESIDENTE RAFAEL CORREA PROCLAMO LA VICTORIA DEL "SI"
Ganó con su Carta Magna
Según resultados extraoficiales, el apoyo al proyecto constituyente fue contundente, entre el 63 y el 70 por ciento de los votos.
Referendo constitucional | |
El cambio ganó en Ecuador | |
Por María Victoria Romero | Desde la Redacción de APM | |
Al cierre de esta edición los resultados daban una amplia ventaja al "Si". Con más del 60 por ciento el proyecto de un nuevo país ha sido aprobado por el mandato popular. | |
Una jornada de vigorosidad democrática se ha vivido en Ecuador este domingo. El mandato del pueblo ha sido depositado en las urnas y solo resta que los caminos nuevos para este país empiecen a ser transitados. El presidente ecuatoriano Rafael Correa días previos a las elecciones había advertido que renunciaría si el No ganaba, seguro de la poca probabilidad de que ese prefacio se cumpliera. En un referéndum monitoreado por la Organización de Estados Americanos (OEA) y otras organizaciones internacionales, el "Sí" por la nueva constitución logró imponerse con más del 60 por ciento, sobre el 20 del "No". En efecto, semanas antes del triunfo del Sí, Rafael Correa había expresado que de no aprobarse la Constitución "tendría que regresar el Congreso", actualmente en receso, que pidió su destitución. Para el mandatario una eventual victoria del No habría significado que Ecuador se torne "ingobernable" y hubiera generado una inestabilidad "con consecuencias impredecibles". Asimismo, regresaría el Superintendente de Bancos y se tendrían que devolver los bienes incautados por la AGD (Agencia de Garantías de Depósitos)". El triunfo de este domingo, coloca a Ecuador en la lista histórica de países pioneros en la desarticulación del modelo de desarrollo neoliberal. (Ver: "El fantasma boliviano toma vuelo en Ecuador". APM 27/9/2008) Ahora, los ecuatorianos serán convocados nuevamente a las urnas para elecciones legislativas y presidenciales. La necesidad de instituir una nueva Carta Magna cobró fuerza con la llegada de Correa a la presidencia por el movimiento Alianza País, luego de que ganara en segunda vuelta frente al candidato y magnate bananero Álvaro Noboa, del Partido Renovador Institucional de Acción Nacional (PRIAN). Tras asumir su mandato el 15 de enero de 2007, una de las primeras medidas de Correa fue convocar a consulta popular para la creación de una Asamblea Constituyente de plenos poderes. El referendo se llevó adelante el 15 de abril de ese año y un 81,72 por ciento de votantes dijo "Sí" a la Asamblea. El 30 de septiembre se eligieron los 130 integrantes de la Asamblea Constituyente que redactaron el proyecto de Constitución. En julio, esa Asamblea Constituyente creó el texto fundamental con el cual el Gobierno busca refundar el país bajo la consigna del "Socialismo del siglo XXI". Para Correa, la aprobación de la nueva Constitución significaba "la última oportunidad de un cambio pacífico en el Ecuador". "Hay que decir sí al futuro, sin miedo, sin los miedos ancestrales a la sotana o a la venganza final de Lucifer", había manifestado en alusión a los pronunciamiento de la Conferencia Episcopal que en temas como el aborto, el matrimonio entre homosexuales y la educación recogidos en el texto constitucional "existían elementos irreconciliables con la fe católica". (Ver: "Votos por aquí, conflictos por allá". APM 15/8/2008) La campaña opositora estuvo orquestada por el alcalde socialcristiano de Guayaquil, James Nebot, promotor de la escisión en Ecuador y de esquemas neoliberales y no centralistas. Nebot había acusado a Correa de "dividir al país enfrentando a cristianos entre sí, ricos contra pobres, ciudades chicas con ciudades grandes" y de "desdolarizar la nación". Ahora habrá que esperar si se cumplen las amenazas de Nebot. Durante la campaña el alcalde había afirmado que de ganar el Si no volvería a candidatearse a la Alcaldía. Además, cargó sobre el presidente la responsabilidad si Guayaquil sigue los pasos de Santa Cruz de la Sierra, la provincia de Bolivia que encabeza los procesos separatistas de cinco departamentos orientales del país. "La autonomía es unidad en la diversidad, y el separatismo es soberanía", había dicho Nebot en su cierre de campaña en Guayaquil. En ese contexto, el sábado, Correa alertó sobre las intenciones maliciosas de la oligarquía que confunde el fortalecimiento del Estado con un supuesto "hiper-presidencialismo". Y en ese sentido, aseguró que la oposición no conforme con la derrota, buscaría desestabilizar el país, por eso solicitó a la OEA que legitimara su triunfo. La Carta Magna contiene unas 30 disposiciones transitorias y 444 artículos, entre los que se encuentran aquellos vinculados con la soberanía territorial, los principios y derechos fundamentales de la función electoral, la propiedad, soberanía popular, alimentaria y económica. Asimismo, el texto constitucional pone fin a la polémica presencia de fuerzas militares estadounidenses en suelo nacional, aceptada en 1999 por el entonces presidente ecuatoriano Hamid Mahuad. En ese orden, destierra el modelo neoliberal, abre las puertas al modelo social y solidario e invalida la presencia o instalación de bases extranjeras en el país. Correa ya había dado un primer paso al no renovar el convenio para que la base militar de Manta continúe operando en Ecuador. (Ver: "Ecuador rechazó la vigilancia militar de Estados Unidos". APM 5/3/2007) Por otro lado, el documento incluye artículos relacionados con la defensa de la naturaleza, la seguridad alimentaria, el reconocimiento de la interculturalidad y plurinacionalidad; y se incorporan como idiomas oficiales al quichua (variedad del quechua que se habla en Ecuador) y al shuar. En torno a los recursos naturales, se prohíbe su privatización, incluido el agua. Se promueve además la eliminación del latifundio y declara al Estado como dueño exclusivo de los recursos naturales. En las elecciones de hoy, los ciudadanos ecuatorianos eligieron entre dos mundos, dos modelos de desarrollo económicos, social, político y ambiental diferentes. América Latina espera que con la institucionalidad que marcó la nueva carta magna, se establezca el comienzo de un posible cambio en las estructuras neoliberales y como señalara Rafael Correa se genere una "revolución ciudadana: un proceso radical, profundo y rápido de cambio". |
Ganó con su Carta Magna
Según resultados extraoficiales, el apoyo al proyecto constituyente fue contundente, entre el 63 y el 70 por ciento de los votos.
Rafael Correa logró su promesa. La Constitución promovida por el presidente ecuatoriano desde su campaña electoral se impuso en el referéndum de ayer con un margen ampliamente superior al que predecían las encuestas previas, según sondeos de boca de urna. "Hoy Ecuador ha decidido un nuevo país, las viejas estructuras fueron derrotadas. Esta es la confirmación de esa Revolución Ciudadana que ofrecimos al pueblo en el año 2006", sostuvo el mandatario. En tanto, el líder de la campaña por el No y alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, reconoció el triunfo del oficialismo y dijo estar abierto al diálogo."Ha triunfado aplastantemente la nueva Constitución. Es un momento histórico que trasciende por mucho a las personas que hemos estado más visibles en este proceso que es de todo un pueblo", dijo Correa desde Guayaquil, visiblemente emocionado, tras hacer un llamado a la unidad del país. Con la votación de ayer, el mandatario se anotó la tercera victoria electoral desde que asumió la presidencia en enero de 2007.
Para ser aprobada, la nueva Constitución requería de la mitad más uno de los votos de los 9,7 millones de ecuatorianos que estaban habilitados para votar. Y la traspasó con resto. Según un sondeo realizado por la empresa Cedatos, el Sí alcanzó el 66,4 por ciento a nivel nacional, mientras que para la consultora SP la aprobación fue del 70 por ciento y del 63 por ciento para Participación Ciudadana. Las tres encuestadoras atribuyeron al No entre el 25 y el 29 por ciento de los sufragios, mientras que los votos nulos y blancos rondaron entre el 1 y el 7 por ciento. Desde el Tribunal Supremo Electoral (TSE) tenían previsto difundir los datos oficiales de al menos el 50 por ciento de los votos a última hora de ayer. El resto de los resultados se conocerá hoy.
La votación marcó la sanción de la vigésima Carta Magna en la historia de Ecuador. El nuevo texto refuerza el papel del Estado en la economía, desarrolla mecanismos de participación directa y reserva al sector estatal el manejo de los recursos naturales. Además, se concibe como instrumento político para la instalación de un nuevo modelo económico y de de-
sarrollo, bajo las pautas del llamado "socialismo del siglo XXI" (ver aparte). El próximo paso previsto en la Constitución será convocar elecciones legislativas y presidenciales. Correa podrá volver a ser candidato y hasta aspirar a la reelección cuatro años después, sin que se le computen el año y 10 meses que lleva en el gobierno.
Pese a haber logrado más votos, los números no le alcanzaron al oficialismo para llegar a más del 50 por ciento en Guayaquil, bastión de la oposición. Si bien por la mañana se había mostrado seguro sobre el triunfo del No en su ciudad, Nebot reconoció el triunfo del presidente. "El (Correa) ha hecho una propuesta, su partido ha hecho una propuesta, que es la que acaba de triunfar, y yo respeto ese triunfo", declaró a la televisión local Teleamazonas. El alcalde opositor hizo esas declaraciones después de que Correa, tras conocer los resultados de boca de urna, abriese la posibilidad de dialogar con él. "Soy un hombre civilizado", aclaró Nebot, y dijo que si lo invitan está abierto al diálogo.
Durante la campaña el alcalde había criticado con dureza el texto constitucional, argumentando que su aprobación debilitaría las autonomías de las ciudades y la descentralización. Por su parte, Correa venía sosteniendo que un revés en Guayaquil convertiría a la ciudad en un "foco de permanente desestabilización", al que había comparado con la boliviana Santa Cruz.
Apenas unos minutos después de las 17 hora local, el TSE dio por clausurados los comicios y difundió una breve evaluación en la que afirmó que la consulta se desarrolló sin que se registraran disturbios. Durante el día varias misiones extranjeras de observadores habían hecho comentarios similares. "Es una votación normal, como ha ocurrido en los anteriores procesos electorales en Ecuador. Es muy buena la organización con que nos hemos encontrado. Hay mayores desarrollos tecnológicos para certificar la autenticidad del voto y asegurar el escrutinio", aseguró el jefe de la delegación de la OEA, el chileno Enrique Correa.
Temprano por la mañana, en medio de un importante operativo de seguridad y de los vítores de sus seguidores, Correa votó en un colegio en Quito. Vestido con su ya clásica camisa de cuello alto con motivos indígenas, el mandatario aseguró que la eventual victoria del Sí implicaría un triunfo de todo el país antes que de su gobierno. "Lo más importante es que se vive una democracia plena, que el pueblo toma en sus manos su propio destino, su futuro", sostuvo.
Tras abrir la jornada electoral, el presidente se comprometió a respetar y hacer respetar los resultados de la consulta. "Serán una orden que cumpliremos con responsabilidad histórica", dijo. Y subrayó que en estos comicios no se vota a favor o en contra de un gobierno o de un alcalde. "La decisión de hoy definirá el modelo de sociedad en que viviremos los ecuatorianos", sentenció.
Notoriamente contento y relajado, con la seguridad de que las encuestas previas le auguraban una victoria cercana al 60 por ciento, el mandatario llamó a la población a tener una jornada en paz y en orden. Luego, flanqueado por el vicepresidente, Lenin Moreno, y varios ministros, se fue a esperar los resultados a Guayaquil, su ciudad natal.
Durante la jornada electoral la Policía movilizó alrededor de 30 mil efectivos por todo el territorio nacional, para resguardar los exteriores de los colegios electorales. Para vigilar el interior y custodiar las urnas, las Fuerzas Armadas asignaron a 28 mil soldados. Pero no fueron los únicos que vigilaron. Más de dos mil personas controlaron el desarrollo del referéndum como integrantes de la docena de misiones de observación electoral de organismos nacionales o extranjeros.
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