Una gran victoria y el reconocimiento a la resistencia heroica del pueblo cubano
El plan “Mangosta” y América Latina.
Mientras el camino reformista-burgués intentaba abrirse paso, el Gobierno de los EE.UU. arreció su política de confrontación contra Cuba. La agenda de lo que sería la “Operación Mongoose” (1) se enriquecía con nuevos planes, (2) cuyos objetivos mediatos provocarían la intervención directa de las fuerzas armadas norteamericanas. En las variadas directrices de dicho plan, puestos al descubierto con mayor nitidez en los últimos años, se evidenciaron el odio hacia la nación y el socialismo cubano. Pero en ese múltiple esfuerzo para “derrocar a Castro”, los gobiernos latinoamericanos y caribeños debían desempeñar una parte no menos importante. Era necesario aislar a Cuba de la región logrando “las sanciones colectivas” contra la misma y alcanzar la separación o la expulsión del Gobierno Revolucionario de
El 4 de mayo de 1961, la fuerza de tarea inter-agencias (3) de EE.UU., nombrada a raíz de la derrota de Playa Girón, presentó el primer documento al Presidente de los EE.UU. con un sinnúmero de recomendaciones para “doblegar al Gobierno de Fidel Castro”. El documento en cuestión se denominó “Cuba y el comunismo en el hemisferio”, (4) que partía de la realidad de que Cuba no constituía una amenaza directa a los intereses de los EE.UU. y mucho menos capaz de realizar un ataque directo a ese país. Al valorar diferentes alternativas para terminar con Cuba revolucionaria el estudio desde sus inicios planteaba que “[...] No existe un camino seguro para derrocar a Castro fuera de la intervención militar de EE.UU.” No obstante, ofreció una amplia gama de medidas unilaterales de los EE.UU. y en conjunto con los gobiernos más afines de la región para llevarla a vías de efecto. En uno de sus acápites, el número VII, se enumeraban los pasos para realizar “[...] la cuarentena y el debilitamiento del régimen comunista de Castro.” Para ello se llamó a realizar un “[...] esfuerzo por disuadir a otros gobiernos latinoamericanos para que den pasos con el objetivo de completar el aislamiento de Castro -tal como la retirada de embajadores, ruptura diplomática, apelaciones a Cuba para que se libere de los lazos chino-soviéticos, etc. La mayor probabilidad de éxito con estas medidas está entre aquellas naciones que no han roto sus relaciones, Venezuela, Colombia y posiblemente Argentina.” Además de promover un “[...] Plan para proveer cooperación a cualquier país latinoamericano requerido de ayuda contra la subversión o ataque inspirado por Castro. Dondequiera que sea posible este entendimiento entre nosotros y otros gobiernos debe estar formalmente incorporado dentro de un tratado de defensa bilateral. Esto sería un camino efectivo, dentro del marco existente de la ley internacional, al proporcionar una base para la acción estadounidense en la ayuda a la defensa de cualquier nación amenazada.” Y asimismo, para “[...] obtener la autorización legislativa necesaria y el apoyo presupuestario que nos permita ayudar a otros países a construir sus fuerzas de seguridad internas; [...] ofrecer enlaces de inteligencia y ayuda a otros países latinoamericanos que les permitan identificar acciones subversivas alentadas por Castro y otros comunistas, descubrir embarques de armas y financiamientos, enfrentar a organizaciones políticas subversivas, etc. Esto significa la ayuda y constitución de los esfuerzos de inteligencia local y poner a disposición nuestra propia información; “[...] alentar a los gobiernos latinos a llevar a cabo presión para detener el uso del servicio de prensa de Castro en sus países; “[...] intentar construir una fuerza caribeña (Fuerza de Seguridad Caribeña) dentro del marco de trabajo de
El documento, que es pródigo en ampliar las bases de agresión contra Cuba, incluyó la posibilidad de que otros países, no precisamente caribeños, pudieran estar en esta cruzada anticubana, proponiendo un patrullaje naval conjunto y misiones de vigilancia colectiva. Sin embargo, advertía que algunos países del subcontinente no accederían gustosos a este engranaje y los señalaba por sus nombres: “[...] los indicios actuales son que Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Panamá, Perú y Paraguay apoyarían la acción contra Castro. Es probable que Argentina, Colombia, Venezuela, Costa Rica, Uruguay y Haití se unirían. Es casi cierto que Chile, Bolivia y Brasil se opongan a una acción directa de
A tales efectos se pondrían en función otro conjunto de medidas como, 1) la ruptura de relaciones diplomáticas y consulares; 2) la suspensión del comercio de todos los artículos excepto los suministros médicos, y la interrupción de todas las otras relaciones económicas; 3) la creación de un Comité para
Más adelante añadió que “[...] también debemos tratar de enviar figuras anticastristas de intachable conducta personal a Europa, por ejemplo, Rojas, (7) quien como embajador de Castro en Gran Bretaña dio enérgicos discursos pro-castristas en 1959, pudiera regresar allí para explicar sobre la traición de
Finalmente, el 30 de noviembre de 1961, se oficializa la “Operación Mongoose” mediante un Memorándum del presidente Kennedy, el cual dio carta abierta al curso de una serie de acciones, en muchos casos, mancomunadas y coordinadas con los regímenes latinoamericano-caribeños para destruir a
En ese esfuerzo por bloquear económicamente a
Notas bibliográficas y referencias:
(1) Jacinto Valdés-Dapena Operación Mangosta: Preludio de la invasión directa a Cuba, Editorial Capitán san Luis,
(2) Los planes terroristas fueron tan disímiles que una enumeración completa de los mismos es casi imposible. Veamos algunos: atentados a los dirigentes de
(3) Para la materialización de esta misión la administración Kennedy dispuso que el Secretario Asistente de Defensa para Asuntos de Seguridad Nacional, Paul H. Nitze, encabezara una fuerza de tarea integrada por representantes de los departamentos de Estado, Defensa, Justicia, así como de
(4) Departamento de Estado, Fondo S/P-NSC: Leg. 62 D 1, Cuba y República Dominicana. Muy Secreto. Department of State, Foreign Relations of the United States, 1961-1963, Vol. X, Cuba 1961-1962, United States Government Printing Office, Washington, 1997, pp. 459-475; En, Tomás Diez
(5) Un día después de la presentación de este documento, el mismo fue aprobado por el Consejo Nacional de Seguridad de los EE.UU.
(6) Documento No 5. Memorandum del asistente especial del presidente (Schlesinger) al Subcomité de acción (guerra) política de
(7) El traidor Sergio Rojas Santamaría.
(8) Departamento de Estado, Archivos del ARA/CCA, Lot. 66 D 501. Informe general de
(9) Idem.
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