viernes, 24 de abril de 2009

El respeto a la soberanía nacional

Por Francisco G. Aruca

Progreso Semanal Estados Unidos, Semana del 16 al 22 de abril, 2009


El domingo 12 de abril recibí un documento circulado por sus autores a un número de destinatarios bajo el título El Presidente Barack Obama Ha Cumplido su Parte.

No deseo hacer un análisis total del documento de Lorenzo Cañizares y Rolando Castañeda. Hay partes que comparto y otras que no -o comparto menos. Respeto a los autores, al igual que a muchos de los que recibieron el articulo y que conozco. Pero vale la pena aclarar puntos que considero demasiado importantes como para no responder.

El asunto en particular en cuanto a la "nueva" Fundación Nacional Cubano-Americana (FNCA) merece discutirse. Mis críticas están basadas en la lectura completa del documento producido por la FNCA, no en la interpretación que de ella ha hecho una buena parte de la prensa establecida. Entre otras cosas la FNCA plantea:

1. Que el gobierno de Obama no debe eliminar el embargo unilateralmente "sin evidencia significativa de cambio irreversible" (por parte del gobierno de Cuba). Personalmente, considero plattista (*) e injerencista defender la política norteamericana de bloqueo unilateral a Cuba como forma de llevar el cambio a nuestra patria. Los cambios en Cuba son responsabilidad de los cubanos, no de gobiernos extranjeros. Aliarse a gobiernos extranjeros, particularmente al norteamericano debido a la relación histórica, para promover planes políticos en Cuba no es nada nuevo en nuestra historia y siempre constituyó una violación de la soberanía nacional. La soberanía nacional cubana no es ni puede ser negociable, so pena de negarse a sí misma.

2. "El pueblo cubano, respaldado por la política norteamericana, debe tener el poder de expresarse, organizarse y pacíficamente implementar el cambio democrático". Esto es una reconfirmación del punto anterior. Creo, además, que cualquier conocedor de la realidad cubana y de nuestra historia se preocuparía, entre otras cosas, porque si precisamente el proceso de cambio es producto del respaldo de la política norteamericana, más temprano que tarde dejaría de ser pacifico. Con todas sus desastrosas consecuencias.

3. Entre las cuatro recomendaciones que la FNCA hace a la Administración Obama deseo enfatizar las siguientes:

a) Debe aumentar el respaldo al desarrollo de la sociedad civil en Cuba.

Aquí acaban abogando, como lo han hecho públicamente en los medios de Miami, por el envío directo y eficiente de fondos para financiar y ayudar a la disidencia u oposición. Es decir, los mismos objetivos de Bush, pero con mayor eficiencia. Esa injerencia de EEUU convierte al oposicionista cubano que la reciba en agente a sueldo del gobierno norteamericano. Vuelve a confirmarse el punto ya mencionado sobre la soberanía. Desde hace rato los gobiernos norteamericanos, y particularmente el de Bush, vienen respaldando el desarrollo de "la sociedad civil" en Cuba.

b). Aumentar y mejorar la comunicación en y con Cuba, para defender la libertad de información.

En concreto, aumentar y mejorar a Radio y TV Martí. Estos son productos de la época de la FNCA que el artículo de Cañizares y Castañeda describe como la era de antiguos líderes recalcitrantes e intransigentes", en los tiempos de su alianza con Reagan. No debiera sorprender a nadie que la Fundación acabara convirtiéndose, además, en ministerio al servicio de los sectores extremistas del exilio en Miami. Este punto, como otros en el documento, muestran más el deseo de recuperar el nivel de influencia que disfrutaron con Jorge Mas Canosa que el de ser una nueva institución, con un nuevo enfoque.

4. La FNCA defiende la libertad de viajes familiares a Cuba y la eliminación de límites a los envíos de ayuda familiar, no por su valor humanitario o porque es y debiera ser nuestro derecho como cubanos, sino porque facilitaría el envió de los fondos federales a "oposicionistas" y "disidentes en Cuba, tanto a individuos como a grupos. Bushismo eficiente. Fondos de gobierno extranjero. Atadura a los grupos de poder conocidos en Miami. Plattismo. Nada nuevo aquí tampoco. Ni respetable.

5. Finalmente, aunque hay muchos otros puntos relevantes, quiero terminar señalando que todas las recomendaciones de la FNCA en su documento se justifican con que lograrían dos objetivos que debe tener "una nueva política hacia Cuba". Dos objetivos que califican de "inseparables", "entrelazados": a) promover los intereses de Estados Unidos en la región (América Latina), y b) darle el poder al pueblo cubano en su lucha por la democracia y la prosperidad. Es decir, invitan al plattismo y a la injerencia norteamericana, so pena de que Estados Unidos sea afectado en sus intereses en América Latina. Creo que ni siquiera un norteamericano ligeramente progresista y que refleje los tiempos que vivimos defendería de esta forma una política de Estados Unidos hacia Cuba. Sin embargo, así ha sido, desde el comienzo de la existencia del exilio cubano en Miami, la manera de justificar la alianza y pedir la ayuda de los gobiernos norteamericanos.

Mis comentarios buscan estimular el diálogo entre nosotros con el objetivo de ir desarrollando, de la forma más transparente posible, una posición entre los cubanos que vivimos en Estados Unidos para contribuir genuinamente a los cambios que se avecinan. En la creación de ese diálogo y de esa posición, será indispensable tener claros principios que no debieran ser negociables. El documento de la FNCA nos permite comenzar a discutir o a dialogar sobre lo que considero más importante, precisamente por ser cubanos en Estados Unidos: el respeto a la soberanía nacional.

(*) El término se deriva de la Enmienda Platt (propuesta por el congresista Orville Platt) y aprobada en el Congreso de EEUU en 1901. Dicha enmienda fue anexada a la Constitución cubana como condición para que EEUU le otorgara la independencia (mediatizada) a nuestro país. La Enmienda Platt, que se mantuvo hasta la década de 1930, le concedía a Estados Unidos, entre otras indignidades, el derecho a intervenir a su capricho en Cuba y le cedía territorios para bases militares (Guantánamo), por lo que el país se convertía en la práctica en una colonia que debía comportarse según los dictados de Washington.

Francisco G.Aruca, analista político y comentarista radial, dirige el espacio de Radio Progreso Alternativa y particpa los lunes, miércoles y viernes en el estelar programa La tarde se mueve junto con Edmundo García.

Para acceder al documento completo de la FNCA, enlazar con http://can2.org/artman/publish/inicio/index.shtml

http://progreso-semanal.com/index.php?option=com_content&task=view&id=910&Itemid=1

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