Hace unos poco días leí un artículo del camarada Guillermo Almeyra en Rebelión, y me dio la impresión que estábamos en los últimos momentos del proceso revolucionario cubano.
Como hemos vivido -todo el pueblo cubano- tiempos muy difíciles y complejos no encuentro razón alguna para que estos instantes históricos sean los más complicados y que nos lleven a una hecatombe sin remedio. Una mirada a la geopolítica mundial y regional actual nos da mucha razón para aseverar que es así. Otra es el desarrollo y crecimiento material y espiritual -no lineal, es cierto- que el país ha venido sosteniendo contra viento y marea -si hablamos de ciclones y penetraciones del mar-, y si tenemos en cuenta el terrible y genocida bloqueo de los EE.UU., que ha sido secundado por muchos países ricos del norte geopolítico.
Aunque el Imperio del Potomac continúa con su política agresiva, no obstante Cuba se ha mantenido firme y no ha realizado concesiones a su soberanía e independencia nacionales así como a su derecho a la autodeterminación. Aunque hemos perdido algunos niveles de equidad e igualdad social -debido al derrumbe del campo socialista y
Esa actitud ha sido reconocida por muchos, inclusive nuestros adversarios. Pero hay indicios de que el mundo está cambiando y que el único país que no ofrece una mínima expresión de transformación es el que administran
Tenemos por primera vez en la historia de
Es verdad que la crisis capitalista estructural actual nos va a golpear a todos, también que el paso de los tres ciclones en el 2008 hizo grandes estragos en
Todos saben, incluso en el Pentágono, que una aventura militar contra Cuba sería costosísima, que sería esa “guerra infinita” de la que tanto han hablado y que nunca podrían vencernos y que sería la última que desarrollen. Que la solidaridad internacional sería enorme, pero que nuestra solidez defensiva propia es suficiente para destrozar a los marines si intentan hollar el suelo cubano. Y ese cálculo lo tienen realizado muy bien, con sus ganancias y pérdidas. Y a decir verdad no les cuadra, porque saldrían perdiendo. Morirían más soldados norteamericanos en un intento de desembarco en Cuba que en toda su historia bélica. Que la cercanía del Verde Caimán sería un problema para los corredores aéreos, que siempre seremos
por aire, mar y tierra le daríamos una respuesta muy asimétrica en el terreno militar. Y ese, el súper-ejército norteamericano, nunca ha estado preparado para vencer una lucha popular prolongada, una guerra irregular incansable. Una mirada a Afganistán e Irak sería suficiente para cualquier analista militar y político.
¿El camarada Almeyra conoce bien a mi país? ¿Por qué duda de la juventud cubana? ¿Sabe lo que significa el heroísmo trascendental de un pueblo? ¿Lo diferencia del cotidiano y de los estados de opinión -muy críticos- que siempre han existido entre las masas populares, porque
¿Conoce el camarada Almeyra de nuestras tradiciones históricas y culturales y cómo las mismas se han convertido en una brújula y fortaleza del socialismo que construimos con miles de dificultades? ¿Comprende Ud. que las conquistas alcanzadas por la revolución Cubana nadie se las puede arrancar al pueblo de un plumazo?
En uno de sus párrafos Ud. escribe “[...] ¿Por qué no consultar a la población sobre sus necesidades y sobre cuáles son las propuestas que tiene para resolverlas? ¿Por qué dejar todo en manos del aparato estatal, o sea, de una burocracia y de una tecnocracia cuyas intenciones nadie discute pero que tienen otra percepción que la gente común, y tender a resolver las cosas de modo administrativo, utilizando la mano de obra militar, y no movilizando la energía y la creatividad de los trabajadores? ¿Por qué no hacer asambleas populares para la producción y la mejora de la vida, donde la gente discuta, proponga, resuelva, directamente? Si el congreso del partido ha sido postergado, confirmando una vez más que el partido no tiene vida propia y no controla al Estado sino que depende de un puñado de dirigentes de éste, ¿por qué no convertir la conferencia extraordinaria en una discusión abierta, libre, propositiva, ampliada a los trabajadores en sus lugares de trabajo? La opción tecnoburocrática es una opción falsa. No se construye el socialismo sin la participación consciente del pueblo cubano. Cuba está en una emergencia y sólo saldrá de ella con la participación y la voluntad de todos los trabajadores e intelectuales.
Y entonces, excúseme camarada Almeyra, en estas líneas impropias de un revolucionario, de una persona que se las puede tildar de izquierda hay mucha falta de respeto y de ética. Porque en Cuba siempre ha habido procesos de consulta con la población -80 mil asambleas de trabajadores se hicieron cuando el derrumbe del campo socialista en los años 90-, y en estos momentos se están preparando ese intercambio con el pueblo para
Mire, no quiero hacer más larga mi exposición. Porque me da la impresión que nos está atacando de mala fe, aunque su discurso parece sugerirnos pasos, porque se le ha salido un tufillo de odio hacia el proceso socialista cubano, y de paso hacia el venezolano porque afirma que nos dejarán solos y sin petróleo.
¿Cree Ud. en lo que escribe, camarada Almeyra? Si es así, está a un paso de cambiar su chaleco de revolucionario y usar un traje de corte burgués y entonces nuestro diálogo tomaría el rumbo de la confrontación. No se desconsuele y se desmerengue y asuma aquella máxima gramsciana -tomada Román Rolland- de que al pesimismo de la inteligencia debemos imponer le optimismo de la voluntad.
En Cuba no se le teme a
No se olvide de eso, camarada Almeyra. Aún Bolívar y Martí tienen mucho que hacer en Nuestra América, y junto a ellos Sandino, el Ché y otros tantos próceres y mártires de nuestras gestas independentistas y de las incesantes luchas por la justicia social.
1 comentario:
sabes me agrado tu posicionmy tu explicacion muy correcta y cientifica
Publicar un comentario