jueves, 5 de mayo de 2011

Bin Laden, los ancianos de Miami y lo que hace la diferencia...

De la página de Lagarde, compañero de batallas, nos llega esta noticia que publicara el Nuevo Herald y que se esconde en el fárrago de bodas, asesinatos y discursos del Nóbel... Luego de leer detenidamente estos sucesos que acontecen hoy día en la "Ciudad Paraíso" de Miami, lea Usted al final cuál es la realidad en esta islita "tiranizada por los Castro":
Muerte de Bin Laden silencia matanza por negligencia en la Florida
Por M. H. Lagarde
Según algunos, la telenovela de la muerte de Bin Landen es un invento yanqui para desviar la atención del asesinato del hijo y los nietos de Gadaffi a manos de la OTAN en Libia, ocultar la crisis económica por la que pasa actualmente Estados Unidos, el controvertido nacimiento de Obama o los cables revelados por Wikileaks sobre el campos de concentración de Guátanamo. Todo eso es posible.

Pero lo que sí es cierto es que la muerte, real o supuesta del terrorista y ex agente de la CIA, ha silenciado la horripilante realidad que sufren quienes viven, o vivieron, en los centros de atención a personas con necesidades especiales de la Florida.

Una nota de presentación, firmada por el gerente general de El Nuevo Herald, Manny Díaz, afirmaba:

"Esta mañana comenzamos a publicar una importante serie de reportajes investigativos, que pueden salvar la vida de familiares y amigos. Mis colegas Michael Sallah, Carol Marbin Miller y Rob Barry, de The Miami Herald, dedicaron casi un año a documentar el abuso rampante de los ancianos y discapacitados mentales que viven en centros de atención a personas con necesidades especiales, conocidos como ALF. Y lo que encontramos es intolerable. Hubo ancianos que murieron de golpizas, cuidadores que no se ocupaban de sus pacientes e incluso abusaban de ellos, en algunos casos llegando incluso a matarlos, y nunca fueron encausados penalmente o recibieron un castigo ligero. 

Algunas de las instalaciones siguen operando todavía. Y los investigadores estatales y locales, cuyo sueldo sale del bolsillo de los contribuyentes, no tomaron medidas o reaccionaron con demasiada lentitud para prevenir el abuso. La Florida fue en un tiempo modelo de todo el país, un paraíso donde los ancianos podían retirarse a sabiendas de que había leyes que los protegían. Pero el sistema ha colapsado".

La nota de Díaz, por cierto, es bastante amable en comparación con los horrores narrados por el diario:

"una investigación de The Miami Herald concluyó que las salvaguardas que una vez se consideraron las más progresistas del país han sido ignoradas en numerosas tragedias nunca antes reveladas al público. En Kendall, una mujer de 74 años fue hallada atada con tanta fuerza durante más de seis horas, que le desgarraron la piel y le causaron la muerte.

En Hialeah, un enfermo mental de 71 años falleció de quemaduras cuando lo dejaron en una bañera con agua muy caliente. En Clearwater, un paciente de Alzheimer de 75 años fue devorado por un cocodrilo después de que salió a deambular fuera de la instalación por cuarta vez. Esas muertes destacan los graves problemas de un sistema estatal que ha dejado que miles de personas se las arreglen como puedan en condiciones peligrosas y decrépitas. La investigación de The Herald indicó que la Dirección de Administración de Servicios de Salud (AHCA), que supervisa las 2,850 instalaciones para personas con necesidades especiales de la Florida, no supervisó centros mal administrados, no investigó prácticas peligrosas ni cerró las instalaciones con mayores problemas".

The Miami Herald obtuvo documentos confidenciales de 70 personas que
murieron en los últimos 8 años a manos de sus cuidadores y según el diario el propio diario: “Aunque el estado tiene leyes extremadamente estrictas sobre el abuso contra personas mayores, The Miami Herald encontró que pocos cuidadores son acusados de matar a las personas que deben proteger..”.

Por supuesto no se me ocurre decir que Obama mandó a matar a Bin Laden en Pakistán para ocultar el posible escándalo que provocaría la secuencia de reportajes publicadas por The Miami Herald. Para nada, a Obama le vendrían muy bien dichas revelaciones para impulsar sus incumplidas reformas en el campo de la salud.

Lo que sí digo es que El Nuevo Herald decidió sacar a la luz sus excelentes reportajes sobre el tema cuando medio mundo andaba esperando a ver si el presidente se decidía o no a sacar las fotos del cadáver del malo de la película Osama Bin Laden.

La noticia, por tanto, ha pasado desapercibida en la prensa internacional. Nadie ha puesto el grito en el cielo ni se ha desgarrado la ropas como cuando ocurrió la lamentable muerte por frío de los enfermos mentales en Mazorra, que fuera recientemente castigada por los tribunales de la Isla.

Como aseguró un comentarista en El Nuevo Herald, hechos como los narrados por ese diario pueden ocurrir sin problemas en el país más poderoso del mundo -al que nadie bloquea ni agrede-, porque Estados Unidos nunca ha declarado que es "una potencia médica", lo cual, por lo visto, le otorga la coartada perfecta para asesinar a todo aquel que recurra a una instalación médica.

Publicado por M. H. Lagarde en http://cambiosencuba.blogspot.com/2011/05/muerte-de-bin-laden-silencia-matanza.html
La noticia:

Pacientes murieron sin atención en asilos de la Florida
Por Michael Sallah, Rob Barry Y Carol Marbin Miller

 “[…] El músico de 55 años fue uno de decenas que murieron en las manos de cuidadores en centros de atención a personas con discapacidades en toda la Florida.

Uno murió de inanición, otro quemado en una bañera de agua caliente. A dos les administraron dosis letales de medicamentos. Tres murieron de gangrena cuando los cuidadores no les trataron sus lesiones durante varias semanas…”

[Foto sin fecha de Dorothy Archer, quien vivió en el centro de cuidados Edwinola, en el condado Pasco, en Florida]

Lea más en: http://www.elnuevoherald.com/2011/05/03/934407/pacientes-murieron-sin-atencion.html#ixzz1LVsfYGG6

Contenido Relacionado

“[…] Aunque Horta -inmigrante cubana, asistenta dental retirada, abuela- estaba dando señales de la enfermedad de Alzheimer, aún se mantenía activa: cocinaba y limpiaba, y hasta viajaba en ómnibus para recoger los mandados, dijo su familia. 

Natural de Santa Clara, Horta había trabajado como secretaria antes de huir a Miami durante el éxodo del Mariel en 1980. En Estados Unidos, crió a dos hijos mientras trabajaba como asistenta dental, y hasta ayudó a criar a sus cuatro nietas…”

Lea más en: http://www.elnuevoherald.com/2011/05/03/934461/la-abuelita-murio-amarrada.html#ixzz1LVrisPrR
Cuando los restos mortales de Alva Trout llegaron el 4 de marzo del 2007 a la funeraria Barbara Falowski, en Fort Lauderdale, el certificado de muerte ya estaba firmado. Causa de muerte: desnutrición. Causas normales.

Pero para la funeraria, la muerte fue cualquier cosa menos algo natural: el cuello de Trout estaba roto en una parte y dislocado en otra. Enormes llagas por presión en su espalda y tobillo. En vez de preparar su cuerpo para un servicio, la funeraria envió sus restos al Médico Forense del Condado Broward.

Lea más en: http://www.elnuevoherald.com/2011/05/03/934455/registros-medicos-falsificados.html#ixzz1LVtBqnUp
The Miami Herald se pasó un año investigando las condiciones en el interior de los asilos de vida asistida de la Florida (ALF), que son los hogares primarios para los residentes más vulnerables del estado: los ancianos y las personas mentalmente enfermas.

Read more: http://miamiherald.com/cgi-bin/alfs-esp/#ixzz1LVtXQ2UA
“Para los residentes de Hillandale, el castigo era rápido y doloroso: los echaban violentamente al suelo, les aplicaban violentos tranquilizantes que los dejaban babeantes y tambaleantes, y los empleados de la institución les gritaban...”
Lea más en: http://www.elnuevoherald.com/negligencia/#ixzz1LVtj1W2i
Ahora, sin falsos chovinismos, quisiera que Usted leyera lo siguiente... y que saque sus propias conclusiones...
Cuba: Revivir las almas en la tercera edad

Por Raquel Sierra    Para un país con marcado envejecimiento, los especialistas recomiendan políticas públicas que contribuyan a mejorar la calidad de vida de las personas adultas mayores.

La Habana, diciembre (Especial de SEMlac)- Al antiguo Convento Nuestra Señora de Belén, en la parte más antigua de La Habana, donde la Oficina del Historiador de la Ciudad La Habana desarrolla un proyecto de atención a personas de la tercera edad, van todos los días abuelos y abuelas a recibir cariño y cuidados.

 Por las mañanas, en los espaciosos pasillos de la restaurada edificación atendida por la dirección de Asuntos Humanitarios de la oficina, mientras unos se mecen en los sillones y se cuentan, probablemente, lo mismo de ayer, otros asisten a los talleres de talabartería, artesanía, acupuntura, manualidades, artes plásticas, computación y papier maché.
 Lino Cortina tiene 67 años y confiesa ser más bien tímido o, por lo menos, lo ha sido toda la vida. "En Belén participo en un taller de literatura, otro de danza, y en el de modelaje del Grupo de Bordadoras y Tejedoras de Belén", cuenta.

 Reflexiones, charlas y visitas a museos son otras de las actividades que realizan ancianos y ancianas vinculados a este proyecto para personas vulnerables de La Habana Vieja, un municipio donde más del 17 por ciento de la población rebasa los 60 años, un problema que se extiende a toda la isla.

 La Oficina Nacional de Estadísticas alerta que los adultos mayores en Cuba sumarán en cinco años algo más de 2,2 millones, una cifra equivalente a 19,6 por ciento de los habitantes de esta isla caribeña.

 Por su parte, el Fondo de Población de las Naciones Unidas proyecta que en 2025 Cuba encabezará la lista de los países de América Latina y el Caribe con población más envejecida.

 El programa que desarrolla la Oficina de Asuntos Humanitarios en La Habana Vieja tiene otras aristas: las llamadas residencias protegidas y el Centro de Rehabilitación del Adulto Mayor.

 El tema de la vivienda es un asunto complejo en Cuba, donde se calcula existe un déficit de unas 700.000 moradas. La Habana Vieja, la parte más antigua de la capital, no escapa a esa realidad, pues un elevado porcentaje de sus edificaciones están en regular y mal estado.

 Para acoger a personas mayores que vivían en condiciones precarias pero que pueden valerse por sí mismas, funcionan cuatro residencias protegidas, con pequeños apartamentos equipados con lo necesario, incluidos baños con pasarelas, de los que se benefician 54 personas, entre ellas, matrimonios.

 Dirigidas por una administración subordinada a la Oficina de Asuntos Humanitarios, las residencias son hoy los hogares de ancianos y ancianas que no pagan alquiler, conservan sus pensiones de jubilación y tienen ayuda en alimentos y medicamentos.

 El Centro de Rehabilitación Geriátrica Santiago Ramón y Cajal, para la atención médica ambulatoria, cuenta con consultas generales, salón de fisioterapia, servicio de estomatología, oftalmología y optometría.

 Las personas que requieren una consulta son atendidas por un equipo multidisciplinario que tiene en cuenta no sólo las necesidades médicas de estas edades, donde son frecuentes padecimientos como hipertensión, diabetes, osteoporosis, sino también el cariño, explicó la doctora Nancy Milián Melero, directora de la institución.

 Abuelos y abuelas con patologías que requieren cuidados más especializados y rehabilitación prolongada son ingresados en estancias de hasta seis meses y cuentan con una alimentación que incluye alimentos sanos, entre ellos hortalizas frescas, señaló.


Jugar al teatro

 Hace aproximadamente un año, Iraida Malberti, del grupo teatral La Colmenita, que trabaja generalmente con niños y niñas obras dirigidas al público infantil, propuso a los abuelos integrarse para jugar al teatro. Surgió así La Colmena de Belén, que este fin de semana estrenó, en la sala teatro de la Orden Tercera, la obra Fábula de un País de Cera.

 Vestidos de abeja reina, obreras, mariposas chinas, caballitos del diablo se mueven por el escenario, dicen sus textos -algunas veces con la ayuda del anotador para refrescar la memoria-, bailan desde tango hasta guaguancó, un baile de raíces africanas. Al final, reciben aplausos y entonces, hasta saltan de alegría. "Es algo bello, verlos así tan mayores y tan vitales", dice una profesora.

 Iraida Malberti, quien los condujo por ese camino, señala: "hace más de 50 años que trabajo con niños y siempre me dije `si algún día dejo de hacerlo, quisiera trabajar con personas de la tercera edad´". Ahora, sin dejar de trabajar con pequeños y pequeñas, está realizando un viejo sueño.

 "Lo importante de esta presentación es lo que han desarrollado estas personas ancianas. Más allá de lo artístico, lo importante es el logro humano", agrega.

 El grupo está integrado por 17 abuelos y abuelas, con edades que oscilan entre 60 y 72 años. En su mayoría, nunca se habían subido a un escenario ni tenido experiencias de actuación. Lo que tienen en común es el ansia de vivir y, ahora, la satisfacción por sentirse nuevamente niños.

 Desde que nació la idea hasta que subieron a escena transcurrió un año. A finales del año pasado, cuenta Malberti, en una presentación en el Convento de Belén se unieron todas las personas de la tercera edad que asisten al programa de atención de la Oficina del Historiador. Los que no tenían personajes, se vistieron como personajes del pueblo de Belén, en Jerusalén, lo que les permitió participar.

 "Es como volver a la niñez jugando. Se les pide responsabilidad pero no profesionalidad, en ellos lo que más importa es lo humano y que se hayan sumado a un colectivo".

 Luisa Pérez, más conocida como Luisín, quiso ser actriz toda la vida pero su madre, quien trabajaba en el mundo del teatro, nunca la dejó por prejuicios relacionados con el mundo del arte. "Ahora, a los 64 años, he visto realizado mi sueño. Iraida lo hizo realidad", dice.
 Para Dalia Querol, la pertenencia a la Colmena de Belén ha sido el despertar de la eterna juventud, "cuando pensaba que la vida no tenía nada que darme".

 Elisa Mirabal, de 63 años, quien encarnó una de las dos abejas reinas de la obra, era quizás la única que tenía un poco de experiencia, por su labor en el programa cultural de Belén. Esta experiencia la hace sentirse joven y llena de expectativas. Dinorah Hernández, de 72 años, comparte sus emociones: "me he sentido con una emoción, una euforia…parece que tenía una artista dentro y los profesores nos los despertaron".

 "Los profesores fueron muy consagrados y amorosos, nos tienen mucha paciencia", explica Clara Elena Carralero, quien interpretó el papel de abeja de la tierra, defendiendo su espacio y su función por encima de toda ambición.

 Tienen diferente procedencia, hay profesoras, abogadas, y hasta un contador. Iraida Malberti lo define de manera sencilla y clara: "con sentir que salvas y ayudas a una persona, es suficiente".

 Luciano Burgos, del dúo teatral argentino Pandapax, quien trabaja desde hace unos meses con La Colmenita y participó en los toques finales antes del estreno de la obra, señala que este trabajo ha sido una experiencia muy interesante. "Ellos han conseguido hacer algo a lo que no están acostumbrados, y más allá del teatro, se ha creado un grupo humano", indica.

Una realidad

 El caso de La Habana Vieja es especial. En otros lugares, por el momento, no existen espacios tan abarcadores para la atención geriátrica.

 Para un país con marcado envejecimiento, los especialistas recomiendan políticas públicas que contribuyan a mejorar la calidad de vida de las personas adultas mayores, pues en ocasiones, cuando comienzan los padecimientos propios de la edad, se convierten en una carga para la familia.

 Según la geriatra Yanet Cabrera, la ancianidad es una etapa complicada del ciclo vital, identificada por algunos con lo enfermo, lo acabado.

 Para la doctora Cabrera, "los problemas de memoria, que pueden estar asociados al deterioro cognitivo mínimo o a una depresión, hacen que olviden lo cotidiano: dónde puso la llave, cómo se llama un vecino, y le dicen: `eso es porque ya estás viejo´".

 A su juicio, la situación se complica porque, en la mayoría de los casos, no son suficientes los espacios para el cuidado en horario diurno de ancianas y ancianos que por su estado no deben quedarse solos en la casa, y la familia necesita ir a trabajar para ganar el sustento.

 "En mi área de salud, el centro de día queda muy lejos y no puedo remitir hacia allí a los ancianos, les crearía un problema mayor, pues correrían el riesgo de un accidente en la calles, por ejemplo. Verdaderamente, el país necesita pensar y actuar más pensadamente en estas personas".

 http://www.redsemlac.net/web/index.php?option=com_content&view=article&id=846:cuba-revivir-las-almas-en-la-tercera-edad&catid=35:ancianidad-geriatria&Itemid=54


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