Por José Luis Méndez*
La conducta y acción humanas están guiadas por sentimientos adquiridos en el seno familiar, en la formación recibida en ese medio y donde los padres asumen un papel determinante. Tal pareciera ser el caso de la archireaccionaria congresista norteamericana de origen cubano Ileana Ros Adato, mejor conocida como Ileana Ros Lehtinen, apellido asumido de su esposo.
Hija de Enrique Ros Pérez, contrarrevolucionario y admirador de la violencia de los grupos terroristas radicados en Estados Unidos y en particular de la obra destructiva del extinto criminal Orlando Bosch Ávila, gestor del abominable sabotaje al avión civil cubano que estalló en pleno vuelo en Barbados el 6 de octubre de 1976, hace casi 35 años.
Para este fanático reservó Ros padre, el prólogo de su infame libro Girón. La Verdadera Historia, ópera prima del seudo historiador, donde reveló con orgullo, en la página 68 algunas de las escaramuzas terroristas de la madre de Ileana, Amanda Adato Menache, cuando abastecía de sustancias letales a los grupos violentos que provocaban incendios en almacenes, cines, centros de estudio y comercio para causar terror en la población de Santiago de Cuba.
Sin el menor escrúpulo Enrique Ros narra: “Hilda Barrios se trasladó a La Habana para transportar a Santiago de Cuba fósforo vivo para producir incendios en esa ciudad”. La terrorista declaró: “Recuerdo aún como si fuera hoy, la botella de perfume en la que Amanda metió el fósforo vivo y cómo lo cerró herméticamente. Al llegar a Santiago la botella se había roto y la ropa estaba destrozada por el efecto del explosivo”.
La mencionada contrarrevolucionaria había sido colaboradora de la Columna 9, que le fue asignada a Hubert Matos Benítez en sus tiempos de comandante del Ejército Rebelde.
Después de su traición, fue detenido, juzgado y condenado, Barrios se integró a los grupos terroristas que realizaban actos de violencia en Oriente. Enrique Ros, se autocalifica de hombre de acción dentro del llamado Movimiento Demócrata Cristiano, que no era movimiento, ni demócrata, ni mucho menos cristiano, sino un grupo de violentos extremistas que empleaban explosivos y el fósforo vivo para sembrar el pavor en las ciudades. Para más coincidencia histórica la terrorista Hilda Barrios, se hacía llamar Ileana en su medio terrorista.
El padre de la Congresista, con total impunidad contó en el libro parte de sus delitos y andanzas criminales: “La organización clandestina democristiana con los pocos medios físicos con los que en esos momentos contaba se dio a la tarea de entorpecer las celebraciones. A ese efecto Hilda Barrios se trasladó a La Habana para transportar a Santiago de Cuba fósforo vivo para producir en esa ciudad distintos incendios.”
La madre de Ileana, es la terrorista que camuflaba la letal sustancia en inocuos frascos de fragancias para realizar sabotajes donde hombres y mujeres sin distingo de edad, sexo, ni creencia política o religiosa eran víctimas de los incendios provocados por los terroristas.
Dexter Lethinen, su esposo, es un belicoso jefe de boinas verdes de la guerra sucia de Estados Unidos contra Vietnam, a quien sus propios subordinados realizaron un atentado personal por los abusos de poder cometidos con su tropa, y quien cuando era Fiscal en el Sur de la Florida, entregó su espada de combate a la mercenaria Brigada 2506 para asegurar la elección de su esposa Ileana en una campaña electoral.
Esto dice de qué cuna salió Ileana y cuáles son sus sentimientos, pero hay más, en el libro mencionado el terrorista Bosch Ávila calificó a Enrique Ros de: “Mi Amigo y Compañero de Lucha”. La Congresista ha sido consecuente con las enseñanzas recibidas de sus padres y aboga por la violencia en la Cámara de Representantes.
En 1989 Ileana realizó presiones políticas hasta lograr la admisión en Estados Unidos del terrorista Bosch Ávila por indulto del entonces presidente George H. W. Bush, quien había sido su superior en la CIA, cuando este fue detenido Venezuela tras el crimen mencionado del avión cubano, incluso en contra de las opiniones dictámenes de funcionarios norteamericanos de justicia que consideraban al terrorista como una indeseable amenaza para la seguridad y credibilidad del país, que decía combatir al terrorismo.
Todos recuerdan la bochornosa imagen de Ileana Ros cuando envolvió, en dadivoso gesto genuflexo y anexionista, al pequeño niño Elián González Brotons con la bandera norteamericana y ferozmente luchó para que este no regresara al seno de su familia en Cuba, después de haber sido secuestrado por familiares en Miami con el patrocinio de la Fundación Nacional Cubano Americana. Tal actitud le mereció que fuese calificada como La Loba Feroz.
Durante años ella, junto al ex congresista y desmomificador rosablanquero el batistiano Lincoln Díaz-Balart Caballero, formaron un binomio corrosivo representantes de los sectores más prominentes de la industria de la contrarrevolución de origen cubano radicada en Estados Unidos, promovieron decenas de iniciativas contra más de once millones de cubanos, que hoy el Representante Federal Mario Díaz-Balart retomó para tratar de dividir y aislar nuevamente a las familias cubanas, al proponer la reimposición de medidas dirigidas a restringir los viajes de cubanos a su país de origen y el envío libre de ayuda económica a familiares.
Estos cavernícolas son quienes dicen representar los intereses de sus electores en la Florida, para defenderlos y apoyarlos, pero en realidad tienen una cruzada personal inspirada en la cuna donde nacieron.
Tomado de Discrepando
*José Luis Méndez Méndez: Escritor y profesor universitario. Es el autor, entre otros, del libro “Bajo las alas del Cóndor”, “La Operación Cóndor contra Cuba” y “Demócratas en la Casa Blanca y el terrorismo contra Cuba”.
Imagen agregada RCBáez
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