Arleen, meditando sobre las cosas que hemos escrito a nuestros hijos y aun bajo la impresión de las fotos de la visita de mis familiares que se publicaron por diferentes vías, nos envía un breve texto de José Saramago, lleno de belleza y sabiduría, que aquí comparto con ustedes.
"Hijo es un ser que nos prestaron para un curso intensivo de como amar a alguien más allá de a nosotros mismos, de cómo cambiar nuestros peores defectos para dar los mejores ejemplos y de aprender a tener coraje ¡Eso mismo! Ser padre o madre es el acto de mayor coraje que alguien puede tener, porque es exponerse a todo tipo de dolor, principalmente de incerteza de estar actuando correctamente y del miedo de perder a algo tan amado. ¿Perder?, ¿Cómo? No es nuestro, ¿Se acuerdan? Fue apenas un préstamo".
José Saramago
Y estas breves líneas me llevaron hacia algo que escribí a mis hijos hace unos días, reflexionando, como hacemos a menudo en nuestros intercambios, sobre la MADUREZ, y les decía:
A mi modo de ver, ser MADURO:
- Es buscar el fondo de las cosas y no quedarse en la superficie de ellas, lo cual muchas veces significa creer todo lo que te dicen como una verdad absoluta.
- Es respetar no solo a los mayores, como suelen algunos promulgar, sino a todos por igual, de todas las edades. Pero, además, es respetar la vida de todas las especies que habitan nuestra tierra, porque ellas tienen una razón de ser y su derecho a existir. Es "cuidar de la flor que no es ajena".
- Es conocer las raíces del hombre e interesarse por la historia de la humanidad.
- Es honrar a los que sin descanso han luchado por las mejores causas, en aras de la justicia, la independencia y la paz, y tomarlos como ejemplo diariamente.
- Es cumplir con el deber sencillo. Si se es estudiante, ser buen estudiante. Si se es trabajador, ser buen trabajador.
- Es saber vivir con sentido común en el hogar y en cualquier otro lugar, y comprender la importancia de ayudarse uno a los otros.
- Es expresar a diario el amor, no solo con palabras sino con hechos.
- Es no atarse a las cosas materiales, dándole su lugar y su valor a cada una. Por sobre ellas poner siempre tus principios, apartando el egoísmo de tu camino.
- Es ser franco y leal. No tenerle miedo a la crítica y mucho menos a la autocritica.
- Es saberse levantar cada vez que tropiezas y te caes. Y de cada caída sacar la experiencia necesaria para no volver a tropezar con la misma piedra.
- Es, por consiguiente, crear hábitos sanos, costumbres sanas, en todos los sentidos, incluido tu forma de alimentarte y hasta de caminar, de sentarte y de respirar.
Y explicaba mis criterios diciéndoles que nadie es MADURO:
- Si cree que todo lo sabe. Y peor aun si hace suyo el criterio de gente que son inmaduras.
- Si piensa que solo debe respetar a quien le convenga respetar y a quien le inspire temor o autoridad.
- Si tiene el criterio de que los animales y las plantas están en la tierra para que el hombre haga con ellos lo que le venga en gana.
- Si acostumbra a pensar que la historia es para los historiadores y los héroes son para los libros, porque, a fin de cuentas, cada cual los utiliza a su manera.
- Si valora que el estudio, a la larga, no sirve de mucho, y lo importante es buscarse como ganar más, trabajando menos y viviendo a costa de los otros.
- Si le parece que leer un libro es aburrido y es mejor emplear el tiempo libre en cosas más relajantes.
- Si vive con el criterio que su amor lo merece solo quien le ama, y en dependencia de lo que le aman lo entrega. Y peor aun si se dice: Al que me odie lo odio también.
- Si se cree que solo merece un favor suyo el que te da algo o aquel del que puedes sacar algún provecho.
- Si vive convencido de que sin las cosas materiales el mundo no sirve y que tener cada día mas es sinónimo de ser más feliz.
- Si saca por conclusión que mientras más novias acumulen en su historial es más experto en la materia de conquistar el amor de las mujeres.
- Si en todo momento piensa: A mí nadie va a venir a criticarme, nadie es perfecto y todos cometemos errores. Y sumado a eso, siempre ve la paja en el ojo ajeno.
- Si acostumbra a utilizar la mentira para salir de un aprieto.
- Si en su andar se dice: yo voy por el camino que me plazca, a fin de cuentas la vida es una y hay que vivirla.
- Si deja que delante de él se difame de otros o de alguna cosa sin razón (esos son los que no tienen criterio propio ni valor de decir la verdad, a mi juicio los más inmaduros).
Y es verdad que nadie es perfecto, pensar que uno lo es el mayor desacierto que se pueda tener.
Pero, revisando a diario nuestra MADUREZ, mas por dentro que por fuera, con seguridad podemos llegar a ser "un tilín mejores y mucho menos egoístas", algo que tanto pide a gritos este mundo de hoy para poder sobrevivir a tanta destrucción y a tanta avaricia.
Cinco abrazos.
¡Venceremos!
Antonio Guerrero Rodríguez
14 de noviembre de 2011
FCI Florence.
Imagen agregada RCBáez
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