Nuestras izquierdas en décadas han perdido terreno, han cedido en el plano de las ideas. La fragmentación casi suicida en muchos países -por las más diversas causas- es otro mal signo,-lo que hace que hablemos de las izquierdas, una pluralidad que ha hecho más daño que beneficio político.
No es menor el hecho que en muchos de nuestros países del cono sur, Chile en particular, los golpes enemigos han sido funestos, letales. En Chile durante los 17 años de la dictadura militar, desde 1973..., se prohibió hablar de sindicalismo, de lucha de clases, de marxismo, de socialismo y específicamente de política. Se persiguió, se quemó libros, se torturó y asesinó brutalmente. Y ¿qué contrasentido mayor es que hoy en este país haya sido elegido, por sufragio ciudadano, un gobierno de la derecha pinochetista, execrable expresión del neoliberalismo más extremo…
En España hoy gobierna también esa derecha a quien el anterior gobierno del PSOE, régimen de medias tintas, genuflexo, le pavimentó el camino. Casi idéntica situación ocurrió en Chile con los gobiernos de la Concertación, que en 20 años no cumplieron con sus promesas y gobernaron diciendo que harían " en la medida de lo posible....". Todas estas entelequias y componendas finalmente no hacen más que acomodarse al sistema imperante. Hoy critican lo que ellos no hicieron y se empeñan en volver al gobierno echando a la derecha a como dé lugar, según propia confesión… Sin proyecto anti neoliberal claro ese afán no sirve. Estos gobiernos, además de su servilismo, son mediocres. Ningún sello de soberanía ni de dignidad hay en sus " próceres " que, finalmente, parasitan del y en el sistema.
Muchos partidos de impronta izquierdista también con timidez hablan o abogan por el socialismo y suelen decir la palabra revolución, para qué decir si alguna vez mencionan la expresión lucha de clases y menos aún dictadura del proletariado o internacionalismo… Son expresiones que les queman la boca a sus dirigentes y voceros. Otros se hacen perdonar por lo que alguna vez fueron…
El enemigo de clase ha sido brutal siempre y ha cumplido su “misión histórica”. El tema es qué se hace de nuestro lado, cómo y cuándo.
El llamado mundo social en muchos países emerge y toma las calles. Es una esperanzadora eclosión de dignidad y de fuerza. Pero hace falta un derrotero, un plan, articular un proyecto de nueva sociedad. No basta con el regaño, con el alegato, porque eso cae y hay que comenzar de nuevo. No se puede, ni se debe, estar iniciando siempre. Hay que avanzar.
Es lamentable-pero ¿tal vez no tanto?- que en nuestras grandes marchas y protestas los ciudadanos luzcan lienzos y pancartas que dicen: “El pueblo unido avanza sin partido”. Otra semejante señala “que se vayan todos”….
El capitalismo es un barco que se hunde, pero ha demostrado que tiene capacidad de mutación: se adapta, se recupera e –incluso- da golpes.
Contra ese enemigo luchamos.
Chile, abril 8 de 2012
*(Pseud. Lautaro Fucik) Profesor de Estado; Dirigente Internacional Docente en FISE; Presidente de la Solidaridad con Cuba durante 16 años.
Imagen agregada RCBáez
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