Expresó Tubal Páez, presidente de la UPEC, en acto por el aniversario 54 del asesinato del periodista ecuatoriano Carlos Bastidas Argüello. Emotivo mensaje de Edmundo Bastidas, hermano del mártir
En la mañana del 13 de mayo, en el parque Guayasamín, en La Habana Vieja, se efectuó un sencillo acto para recordar al periodista ecuatoriano Carlos Bastidas Argüello, asesinado hace 54 años por la dictadura de Fulgencio Batista, en La Habana, luego de haber estado en la Sierra Maestra, donde entrevistó a Fidel Castro y colaboró con la naciente Radio Rebelde.
Allí existe una tarja que recuerda al periodista ecuatoriano, frente a la cual el embajador de Ecuador en Cuba, Edgar Ponce, colocó una ofrenda floral.
El acto se inició con la lectura por Roberto Bastidas, sobrino del asesinado periodista, y quien trabaja en Cuba desde hace varios años en Radio Habana Cuba y es corresponsal de medios ecuatorianos en La Habana, de una carta enviada por su padre Edmundo, en ocasión del aniversario.
Posteriormente, Tubal Páez, presidente de la UPEC, hizo uso de la palabra y recordó fragmentos de lo que el comandante Fidel Castro expresó por los micrófonos de Radio Rebelde, días después del asesinato de Bastidas en La Habana.
También el embajador de Ecuador en Cuba, Edgar Ponce, pronunció sentidas palabras en recuerdo del periodista ecuatoriano, cuyo ejemplo forma parte de los lazos de amistad y solidaridad entre Ecuador y Cuba. Habló sobre el legado de dignidad y compromiso de ese corresponsal de guerra.
PALABRAS DE TUBAL PAEZ
Excelentísimo Señor Edgar Ponce, Embajador del Ecuador en Cuba;
Roberto Bastidas, representante de la familia de Carlos Bastidas;
Miembros de la Presidencia Nacional de la Unión de Periodistas de Cuba;
Becarios latinoamericanos y profesores del Instituto Internacional de Periodismo José Martí;
Amigos ecuatorianos y cubanos:
En primer lugar deseo que se trasmita un abrazo a don Edmundo Bastidas, hermano de Carlos, quien nos suele acompañar cada año en este encuentro anual de recordación, fraternidad y solidaridad.
Hoy, 13 de mayo, se cumple un aniversario más de la muerte del periodista ecuatoriano Carlos Bastidas; sin embargo, mientras haya quienes lo recuerden se mantendrá vivo, porque a hombres como él solo los puede matar el olvido.
Cuando nos dedicamos hoy a venerar a las madres cubanas, nos estimula encontrarnos aquí para recordar también aquella mujer que en esta fecha, 54 años atrás, sufrió el golpe terrible de la pérdida de un hijo ausente.
Corrían años en que el asesinato de jóvenes era común en los países bajo tiranías sangrientas en América Latina. Era la época de Duvallier, Trujillo, Rojas Pinilla, Somoza, Batista y tantos otros que gobernaban en sus países por la fuerza y el apoyo yanki. Fueron la antesala de los regímenes militares que en décadas posteriores continuarían la represión generalizada con un saldo de cientos de miles de muertos y desaparecidos, con el propósito de aplastar, con más terror aún, las ansias de justicia y libertad en nuestras naciones.
Hace unos meses, leyendo el libro “Diario de un Combatiente, de la Sierra Maestra a Santa Clara, escrito por Ernesto Che Guevara, me llamó la atención, entre los apuntes con que resumía los hechos más importantes para él, ocurridos el 22 de mayo de 1958, la siguiente anotación:
“Fidel lee personalmente un trabajo sobre el asesinato del periodista ecuatoriano Carlos Bastidas.”
¿Y qué había dicho Fidel aquel día por Radio Rebelde, la emisora que mantenía el vínculo permanente con el pueblo, cuando el principal bastión insurrecto en la Sierra Maestra se aprestaba a resistir la ofensiva poderosa de 10 000 hombres fuertemente armados por tierra, aire y mar?
Creo muy oportuno compartir, entre nosotros, esta mañana, algunos párrafos de las palabras de Fidel, expresadas por el mismo medio desde el cual varias veces Carlos habló con el seudónimo de Atahualpa Recio.
“En días pasados –dijo Fidel Castro– llegó la noticia que nos sumió a todos en profunda pena: el asesinato del periodista ecuatoriano Carlos Bastidas por las fuerzas represivas de la dictadura de Batista en la capital de la República. La versión oficial fue que el periodista Bastidas cayó abatido por un agente de la policía cuando, borracho, corría tras una mujer.
“Lo de siempre —continuó el Comandante en Jefe—: encima del asesinato, la vil calumnia; tanto como el asesinato indigna la infame imputación. La familia de Carlos Bastidas, sus compañeros de profesión, sus amigos, sus compatriotas del Ecuador, los que lo conocieron en la escuela como alumno brillante e inteligente tienen que haber sufrido, además del impacto terrible de su trágica muerte, el dolor impotente de escuchar en los propios labios de sus victimarios la canallesca versión de que se asesinaba a un delincuente, a un vicioso, a un sádico.”
Un ejemplo más de cómo la mentira siempre va de la mano de los agresores, los tiranos, los golpistas y sus cómplices. Es por eso que contra la Revolución cubana se ha lanzado durante más de cinco décadas la más desvergonzada y cínica maquinaria de calumnias y silencios.
Y medio siglo después del asesinato en La Habana del joven ecuatoriano, su propio pueblo sería víctima del intento de derrocar y asesinar al Presidente Correa y de las campañas organizadas para tergiversar los hechos y permitir la impunidad de los autores.
En aquella transmisión, el joven líder revolucionario cubano también expresó a Cuba y al mundo que “los que conocen la proverbial gratitud de los cubanos hacia los hombres que en todas nuestra epopeyas libertadoras han venido de lejanas tierras a dar su sangre y su vida, comprenderán nuestro dolor.”
Y concluyó su enérgica denuncia desde las alturas de las montañas orientales, con las siguientes palabras:
“Desde aquí, hoy, nada podemos hacer por castigar a los criminales, pero prometemos solemnemente a los periodistas de todo el continente y al pueblo del Ecuador que los culpables pagarán el crimen, y trasmitimos a ese pueblo noble, tantas veces golpeado y que tanto ha tenido que luchar por su libertad, nuestras condolencias y nuestra indignación de hermanos por el bofetón dado a esa nación, que es un bofetón a toda América.”
La historia se sabe, compañeras y compañeros: los asesinos de Carlos evadieron la justicia revolucionaria en 1959 al encontrar refugio y protección en territorio de los Estados Unidos, a donde huyeron junto a connotados criminales de guerra, torturadores y ladrones del régimen de Batista.
Pero solo tres años después, la mancha del bofetón sería lavada en las arenas de Playa Girón, cuando a partir de aquella victoria los pueblos de América fueron un poco más libres.
Y es precisamente esa libertad la que nos permite reunirnos aquí y recordar al hermano caído, el último periodista asesinado en Cuba por ejercer nuestra digna profesión.
Este proverbial respeto de la Cuba revolucionaria a la dignidad e integridad física de los comunicadores adquiere especial significación en momentos en que en América Latina se asesina a decenas de periodistas cada año, con particular impunidad en Honduras y México.
Es por eso que este encuentro de recordación a Edmundo Bastidas Argüello, deviene oportunidad para reclamar de justicia ante los crímenes contra los periodistas latinoamericanos.
MENSAJE DE EDMUNDO BASTIDAS
QUITO, 13 de mayo de 2012
En este aniversario de la muerte de mi hermano Carlos Manuel, creo indispensable agradecer. esta vez lo hago a través de mi hijo Roberto Bastidas, quien vive entre ustedes y es un cubano más, las profundas raíces que ha criado en el suelo de Martí así lo confirman. Gracias por haberle abierto sus brazos solidarios. Él, será quien con su voz les haga participes de esta misiva.
Queridísimos amigos, llego hasta ustedes con el sentimiento a flor de piel. Al escribir estas letras, la emoción embarga cada fibra de mi cuerpo. El recuerdo de la muerte de mi hermano, es siempre doloroso, sin embargo, ese pesar se ha hecho llevadero gracias a la generosidad de ustedes.
Recordar cada aniversario de su partida, con actos como este que se lleva a cabo el día de hoy, me llena de infinito agradecimiento, Confirmándome que la muerte, en verdad solo alcanza a aquellos que se olvidan, a quienes ni el recuerdo los nombra, y ustedes no han permitido que eso ocurra con Carlos Manuel Bastidas Arguello.
Estas incansables muestras de solidaridad, amistad férrea y lealtad nunca podrán ser devueltas. A Juan Marrero, Tubal Páez, Pedro Martínez Pirez, Roberto de Armas, Jorge Luis Joa, Rubén Suarez, Pedro Silvio González, Edgar Ponce, embajador del Ecuador en Cuba, y todos aquellos que ocupan un lugar en mi corazón y no son nombrados, solo puedo decirles ¡GRACIAS!
Ojala el ejemplo de Charlie, sirva a las juventudes de hoy, como muestra de lo que es la lealtad a los ideales, a los principios y a la lucha incansable por un mundo más justo y equitativo. Ojala los nuevos comunicadores, recuerden que son la voz de los que no tienen voz. y que deben alzarla aunque el precio que se deba pagar sea la vida.
No me puedo despedir sin decir gracias a todo el pueblo CUBANO, y recordar que este segundo domingo de mayo, Día de las Madres, coincide con un aniversario más del asesinato de mi hermano y no puedo dejar pasar por alto la felicitación a todas las madres y en especial a las de cinco latinoamericanos hijos de esa isla que pagan injustas cárceles en Estados Unidos por defender a su patria del terrorismo, a sus comandantes Fidel y Raúl Castro ejemplos de dignidad y altruismo, y a todos y cada uno de sus soñadores.
Gracias señores, espero como el que más poder volver a Cuba pronto y estrechar las manos de mis queridos amigos.
Edmundo Bastidas Argüello
Fuente Cubaperiodistas
Se incluye el trailer del largometraje documental sobre el periodista ecuatoriano Carlos Bastidas Argüello
Realización: Hernán Cuéllar
Proyecto cinematográfico: Ramiro Bonilla
Video en Youtube

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