Carlos Acosta, La Jiribilla
La
historia comenzó de esta manera: viendo acercarse lo inevitable, ese
día en que tendré que abandonar para siempre los escenarios que hicieron
posible mi carrera, me he preguntado innumerables veces que me deparará
el futuro. Es la interrogante que me viene persiguiendo desde hace
algún tiempo como una amenaza constante y permanente. Concluí que lo que
más sentido tenía era dejarle un legado a mi país, a mi gente, en fin,
por ser cubano, que sé yo. Se me ocurrió que tal vez podría crear mi
propia obra como hicieron Alicia y Fernando Alonso, al crear la compañía
cubana de ballet y la escuela de donde salimos todos los estudiantes de
este género. Después de comentar el tema con amigos, autoridades del
país, etc., y de haber dado dos o tres recorridos por La Habana en busca
de una posible sede compatible con mis ideas, llegué a la antigua
escuela de ballet diseñada por el arquitecto Vittorio Garatti.
Me
enamoré de ese lugar, como le sucede a todo el mundo que se encuentra
frente a tal impactante inmueble. “Mucho dinero para salvarla. Es una
locura” me dijeron dos o tres amigos para protegerme de los posibles
dolores de cabeza que significaría embarcarse en tal colosal cometido.
Se me ocurrió que tal vez ese dolor de cabeza podía ser mi legado,
rescatar ese gran patrimonio nacional con la ayuda de una recaudación de
fondos, encauzando a mis amigos y entusiastas de las artes a unirse a
esta visión, y crear un gran centro de arte, que fuese el motor impulsor
de una idea todavía superior a la mía, la de crear la ciudad de las
artes, un gran parque artístico único referente de su tipo en el mundo,
adonde millones de personas de todas partes del planeta querrán venir en
Cuba para sumar dicha experiencia a su gran lista de vivencias.
Imagínense que cosa más linda: Natalie Portman dando un taller sobre
Shakespeare en la facultad de arte dramático, mientras la Sinfónica
Nacional nos deleita con un concierto de Bach al fresco, y al mismo
tiempo, en el museo de arte contemporáneo (una idea nueva que bien
podría proyectarse en las vecindades), se exponen las últimas obras de
Ai Wei Wei y de Damian Hirst, mientras la Ópera de París nos baila El
Lago de los cisnes en el teatro de la antigua escuela, devenida en
centro de arte, y después nos iremos, para concluir la noche, al
concierto de Steve Wonder en una gran carpa situada en los alrededores; y
en medio de esto están nuestros niños y jóvenes aprendiendo y
nutriéndose de todo el entorno. Ustedes me dirán "coño Carlos, no hay
que exagerar" y yo les responderé que eso de "no hay que exagerar" fue
lo mismo que me dijeron cuando manifesté mi deseo de traer al Royal
Ballet a La Habana y lo logré. El Royal Ballet se gastó alrededor de 2
millones de libras en dicha empresa de regalo para Cuba. Así que ¡vuela
alto mulato! como me dijo un buen amigo.
Pregunto:
¿No es una idea verdaderamente hermosa? Pues más hermoso aún es el
hecho de que a Cuba no le costará un centavo y todo este gran parque
artístico podría aportar el dinero que necesita el MINCULT para rescatar
otras entidades artísticas en crisis y que pueda restaurar los teatros
de la Isla, para que cuando el Royal Ballet vuelva a Cuba no se vea
limitado a bailar solamente en La Habana, sino que pueda llevar sus
actuaciones a Oriente y demás latitudes del país. De esta forma La
Habana crecería, creando actividades recreacionales y artísticas
diversas, que no compitan con aquellas que se ofrecen en el centro
histórico y así el turista se ve obligado a repetir su visita a nuestro
país, porque se le han quedado cosas pendientes por ver y así se
incrementa la economía de todos: la estatal y la individual, y al mismo
tiempo los cubanos podrían disfrutar de todo esto, sin necesidad de
someterse a pagar las grandes tarifas, al ser el sector turístico quien
podrá proporcionar dicha comodidad.
Algunos puntos a aclarar:
Norman
Foster: la participación de Norman Foster se limita a crear una maqueta
de la edificación existente, para que el donante, en los numerosos
eventos que llevaremos a cabo, tenga una idea de lo que se trata, y
también producir un estudio de los posibles costos implicados en el
proceso de restauración. Para lograr esto, Norman envió al arquitecto
Juan Vieira y al ingeniero Roger Ridsdill Smith. El arquitecto Universo
García y el ingeniero Sánchez Lagarza les aportaron la información de
los estudios previamente realizados, incluyendo aquellos que detallaban
las distintas amenazas de inundaciones del río Quibú. La prensa
internacional automáticamente asume que un arquitecto de la talla de
Norman Foster sería incapaz de aceptar un proyecto que no le ofreciera
sumo control de hacer y deshacer, y es ahí la razón de las malas
interpretaciones, pues a nadie le cabe en la cabeza que alguien como
Norman Foster tenga la nobleza de limitarse solo a querer ayudar a
rescatar una edificación que él mismo considera vanguardista dentro de
la arquitectura del siglo veinte. Esta es la realidad, y Norman Foster
ha acogido este proyecto donando sus servicios completamente gratuitos.
Desde el principio se lo expliqué a Garatti en Londres, agregando que su
obra en todo su conjunto era insuperable e inmejorable, y al parecer no
me entendió. Le hablé de que sí habría que adaptar los espacios al
nuevo funcionamiento, sin comprometer por supuesto la arquitectura. Por
ejemplo: las aulas de docencia no servirán pues el centro no enseñará
matemática, ni español, y sí podrían ser utilizadas como alojamiento
para estudiantes extranjeros que tomen parte en cursos de verano y
talleres danzarios. Tenemos que tener humildad y reconocer que la
participación de Norman Foster es quizá lo más grande que le pueda haber
pasado a la obra de Garatti. Si hay algún momento que esa obra podría
terminarse es ahora gracias al interés de Foster de legitimar este
proyecto, al aportar sus servicios y su nombre.
Carta
de Garatti: en la carta de Vittorio Garatti a Fidel y a Raúl, dijo algo
de que yo pretendía utilizar la edificación de manera privada, o algo
por el estilo. La verdad es que no sé a lo que se refiere pues es
patrimonio cubano. Imagínense alguien que sea dueño del Capitolio.
Sobre
su idea original: en su momento fue un proyecto relevante. En la
actualidad volver a convertir la edificación en escuela de ballet
representaría para el país un gasto innecesario. La actual escuela de
ballet ubicada en Prado está muy bien donde está, pues se encuentra a
pocos metros del teatro García Lorca, que imagino que en su momento
albergará a la Compañía Nacional de Ballet y a la Ópera lírica,
convirtiéndolo en “la casa de la ópera y el ballet”, como la tienen
todas las naciones que se respeten en cuestiones de arte; el equivalente
cubano a El Teatro Bolshoi, La Opera de París, El Royal Opera House,
etc. Esto nuestra nación lo merece por poseer un genuino culto al
teatro.
Sobre
el teatro: Vittorio había diseñado el teatro de la escuela con la
intención de que fuese un laboratorio coreográfico. ¿Alguien sabe lo que
es eso? Yo, que sé un poco sobre el tema, le respondí que eso no
existe, pues las coreografías se crean en los estudios de ballet.
Mientras tanto se tiene un posible gran teatro subutilizado, que podría
generar fondos para que el centro fuera auto sostenible. En la
actualidad hay que soñar con la calculadora en las manos pues los sueños
son caros y no creo que el país esté en condiciones de pagar por ellos.
¿O no?
Acuerdo:
Vittorio Garatti firmó un documento, o sea, estuvo de acuerdo con todos
los puntos que se debatieron. Yo le aclaré punto por punto, en un
recorrido que hicimos por la escuela, mi visión y el porqué de su
funcionamiento. Estuvieron presentes el arquitecto Choy y su colega
Christian.
El
artículo del Sunday Times: completamente fuera de contexto.
Sensacionalizada toda la información. Da la impresión que yo me fui de
Cuba hace mucho tiempo y que solamente regreso ahora con capa y espada.
El artículo era supuestamente sobre el estreno de una película que filmé
en Cuba hace dos años. En fin, eso es lo que hacen los cronistas: crear
polémica y así vender más periódicos. Júzguenme por mis acciones y no
por lo que se dice de mí.
Aspiraciones:
son mis mayores deseos poder lograr este proyecto en Cuba, pero podría
perfectamente hacerlo en otro país, por ejemplo: Inglaterra. Mi deseo es
dejar algo sólido por lo cual ser recordado, un pedazo de mi alma que
continúe ayudando a muchos, aún después que la muerte me haya apagado.
No les quepa la menor duda de que lo lograré de cualquier manera.
Conclusiones:
Radio Martí, los chismes, los envidiosos, las mediocridades, las
miserias humanas, los que no hacen nada para marcar la diferencia y sin
embargo impiden la evolución, el progreso, los que no pueden ver más
allá de lo que le muestran sus ojos, todas estas personas que también
son nuestros hermanos, continúan dividiéndonos. Brindemos por la buena
fe. Que gane la mejor idea no importa de dónde venga. No digamos: “y
este qué se piensa”, sino “qué bueno que alguien tuvo la iniciativa”.
Tenemos que seguir creciendo como nación, pero para eso es necesario
mantenernos siempre unidos.
Fuente Rebelión
Completa esta información:
Síntesis de la reunión en la UNEAC, en relación con las Escuelas de Arte de Cubanacán
Fuente La Jiribilla
Imagen agregada RCBáez
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