Entrañable Comandante Castro,
Con
un profundo sentimiento de alegría leí su escrito y vi la foto que lo
acompaña, como muestra palpable de que todavía tenemos Fidel para rato.
Lamento que haya optado por dejar de enriquecernos con sus Reflexiones aunque respeto sus motivos.
Cuando la mediocracia
internacional aventura sus estultos libelos en los que llevan décadas
enfermándolo y matándolo, pasan por alto que hay una cosa en el mundo
contra la cual la muerte es inútil: la presencia indeleble que hombres
de su calibre tienen en la memoria de millones de seres humanos. En la
insufrible estulticia que caracteriza a todos estos mercachifles de la
desinformación, piensan que algo tan fijo, tan permanente e invencible
como la Revolución Cubana puede debilitarse por la ausencia física de su
líder y con eso, desconocen la profundidad de las convicciones y
grandeza del hermano pueblo de Cuba.
No
sé si usted recibirá este mensaje porque habiendo tanta gente de gran
valía que le escribe, creo casi imposible que las palabras de una
modesta periodista mexicana lleguen a usted. Toda mi vida, desde los 14
años que le dirigí la primera carta que casi me costó la expulsión del
colegio hasta mi estancia de 4 años en La Habana, he tenido la esperanza
de estrechar su mano, no con la actitud inútil de una fanática porque
siempre he rechazado esta postura sembrada en millones de gente víctima
de la manipulación mediática, sino con la plena conciencia de que para
amar y respetar a alguien, éste no necesita ser inmaculado, perfecto, ya
que la perfección no es dable a nuestra especie --ni ninguna otra en
este planeta-- sino alguien cuyas decisiones y acciones fueron
impulsadas por un profundo amor por la humanidad.
Reciba un abrazo pleno de cariño y respeto,
HASTA LA VICTORIA, SIEMPRE
PATRIA GRANDE,
Analista Política
Radio La Nueva República
CAUSA Y EFECTO
La Radio del Sur
Red HERMES Internacional
Cuba Coraje/La Polilla Cubana
Alternativa Latinoamericana
Revista EMET
Revista Forumenlínea
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