jueves, 4 de octubre de 2012

La escoria mercenaria no respeta ni a los muertos

Por Alina Sánchez del Collado*, a través de Facebook

Un grupo de estudiantes de la Universidad de La Habana decidió ir a una cafetería no estatal; uno de los jóvenes dijo a las muchachas que adquirieron frituras y ya merendaban con mucho gusto: “¡¡Se están comiendo a Benito!!”. Ahí mismo estalló la risa en algunos por lo insólito del chiste, otros no entendían nada y algunas jóvenes rechazaron el producto con una mueca de repulsión dibujada en sus rostros.

Tal reacción responde a lo que precisamente buscan aquellos que echaron a correr la “bola” disparatada y hasta contrarrevolucionaria: “están vendiendo la grasa que destilan los muertos en el crematorio, como aceite de cocinar”

Ante esa barbaridad insólita, y más después del incidente de las frituras ocurrido con el grupo de muchachos -incluida mi hija- la paciencia se me agotó y decidí contestar en el Facebook la pregunta “¿Qué estás pensando?”.

Pienso que, en medio del chiste, los jóvenes -incluso las muchachas que decidieron dejar a un lado la fritura- ni siquiera se percataron de la trascendencia política de la broma, que va más allá del humor negro y de imaginar estar comiendo algo cocinado con grasa que, supuestamente, destiló el cuerpo de “Benito” en el Crematorio…

Amigos, atendiendo a aquello de que “la ingenuidad se paga cara”, tenemos que estar alertas ante los rumores de gente malintencionada e inescrupulosa que los echa a rodar bajo el disfraz de la inocencia y aprovechando la ignorancia que lamentablemente tienen algunos; aunque más que ignorancia, como en el caso del contenido de la “bola” que dio lugar al chiste de esta historia, es falta de sentido común y de lógica.

Porque es aberrante creer que en pleno siglo XXI, en Cuba Revolucionaria, durante el proceso de incineración, los cadáveres destilen una grasa que pueda sustituir el aceite que empleamos para cocinar alimentos.

Parece que, ingeniosamente más que “ingenuamente”, los mercenarios se trasladaron a los campos de exterminio masivo de la Alemania nazi, donde después de asesinar a los judíos en la cámara de gas los incineraban y, según lo que aparece en algunos documentos, la grasa humana fundida se empleaba primero para la combustión de los cuerpos y la sobrante servía para fabricar jabón. ¡¡¡¡“Que cosa la costurera!!!!!”, como dice Van- Van

La barbaridad me recuerda la Operación Peter Pan, orquestada por nuestros enemigos del norte, que con sutileza religiosa convencieron a muchos padres que el gobierno comunista les quitaría la patria potestad y que sus hijos serían enviados a la entonces URSS para ser convertidos en carne enlatada...

Siempre ha sido así, una y otra campaña mentirosa para desacreditar a la Revolución. Ahora la bola del aceite sigue obstruyendo cerebritos por ahí como bomba silenciosa, pero es hora de parar. ¿Hasta cuándo vamos a permitir que los mercenarios sin escrúpulos con su mala intención persistan en alterar o desestabilizar el pueblo, a las autoridades, a la economía?.

El mensaje que circula aún por ahí de boca en boca o de computador en computador: ¡¡URGENTE NO COMPRAR ACEITE EN LA CALLE!, precisamente persigue perjudicar al Gobierno que hace supremos esfuerzos para subsidiarnos aceite y abastecer el mercado, al trabajador por cuenta propia porque con esos rumores la gente no les comprará nada, al crematorio porque con esos “truenos” muchos no querrán cremar a sus familiares, y lo peor, perjudican al pueblo que ya tiene bastante con el bloqueo con el que los yanquis pretenden hace más de 50 años rendirnos por hambre y enfermedades.

Sí, porque que nadie se llame a engaños, el aceite que adquirimos en el exterior o la materia prima para fabricarlo, nos saldría mucho más barato si pudiéramos comprarlo solo 90 millas, pero no, el genocida cerco de Washington nos obliga a hacer malabares para adquirir aceite y cuanta materia prima sea necesaria a costos elevados, muchas veces adquirir en otros países lejanos, por lo que hay que pagar altos fletes por la transportación.

Tenemos que condenar y despreciar todo lo que huela a campaña difamatoria, enemiga y mercenaria que socava la inteligencia de algunos que se creen los cuentos y los van repitiendo por ahí, a veces ingenuamente, pero muchas cumpliendo los designios del norte de intentar manipular el cerebro de los cubanos. La superficialidad y la ignorancia nos pueden costar caro, por eso hay que estar bien alertas y cerrarle el paso a la escoria mercenaria que no respeta ni a los muertos.

Los dejo con una nota de Raúl Menchaca, de Radio Reloj, que aclara en síntesis las funciones y técnicas de trabajo del Crematorio de La Habana, para ver si de una vez y por toda se entiende que es totalmente absurdo destilar grasa de los cadáveres en el proceso de cremación a súper altas temperaturas, y que mucho menos esa supuesta grasa pueda sustituir el aceite de cocinar y el combustible en el Crematorio:

Aunque La Habana es la única provincia del país que cuenta con el servicio de cremación de cadáveres, como acto de última voluntad personal o a petición de los familiares, la incineración es HOY un proceso cuya demanda crece por día.

“Contamos con dos equipos de alta tecnología, de fabricación española, que alcanzan una temperatura de MIL CUATROCIENTOS grados, y en los que NO quedan restos de ningún tipo, más allá de la pulverización de la osamenta”, dijo a Radio Reloj NORMA SANTANA, administradora del crematorio de Guanabacoa, único del país para incinerar cadáveres.

SANTANA explicó que ese es un proceso limpio, que NO permite contaminación del medio ambiente, y ofrece seguridad y salud para el trabajador, que solo manipula implementos de trabajo.

El servicio de cremación, que por ahora funciona solo en la capital, puede ser solicitado en todas las funerarias habaneras.

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Imagen agregada RCBáez
*Periodista, Radio Reloj

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