lunes, 17 de junio de 2013

Vivir para los demás, sin una pizca de arrepentimiento

Bueno, decir que me emocioné cuando leí esto... es poco!
La Polilla Cubana: Vivir para los demás, sin una pizca de arrepentimiento
Por Marlen Caboverde

Estaba entrando en el mundo de los Cinco cuando la conocí. Fue uno de esos días en que me preguntaba cómo hacer más atractivo y diferente mi programa radial "Alas de libertad", sobre el caso de los Antiterroristas cubanos encarcelados en los Estados Unidos.
Seguramente, ella estaba en algún lugar del ciberespacio esperando mi llamada para auxiliarme. Y así, buscando en la Red hallé a la Polilla cubana. Su blog era interesante. Pero lo que más llamó mi atención era su apasionamiento sobre el tema.
Lennon tenía razón, no era yo la única soñadora. Inmediatamente le escribí para preguntarle acerca de un programa radial sobre los Cinco que fue transmitido en Canadá y que estaba publicado en su blog. Al contestar mi e-mail la primera palabra que leí fue: hermana, y sentí que había sido sincera.
 Desde entonces han transcurrido más de tres años y en la Polilla están mi mano derecha, las palabras que me faltan, la información que no tengo, imágenes para mis ojos, sonido para mi voz. Y es que ella tiene el optimismo y la verdad, siempre.
 Con el tiempo aprendí que había sido bibliotecaria por más de tres décadas: de ahí el nombre de su blog y su montaña de sabiduría. Se había convertido en mi Hermana Polilla y tuve la certeza de que lo sería para siempre.
Marlen: arriba, derecha
 Nos conocimos personalmente en el Vedado, un día de mayo de 2010 que no olvidaré jamás. La Polilla es de baja estatura, camina con dificultad porque su columna envejeció antes de tiempo, pero lo disimula con esa alegría que siempre está pintada en su cara.
 Nadie imaginaría al verla cuánta fortaleza la distingue, cuánto amor la acompaña. Esa tarde de nuestro encuentro le regalé una planta natural y estoy segura de que la conserva todavía porque es una enamorada de la naturaleza y de la vida.
 Es adicta al café, en eso nos parecemos. Desconoce el cansancio y el miedo. Sé que a veces la amenazan porque no tiene pelos en la lengua y pone bien los puntos donde están las íes, pero se burla del miedo y de la personas sin patria ni bandera.
 Su trinchera es Internet, por eso permanece durante horas frente a la computadora creando, batallando por Cuba, por la justicia y por los Cinco. A un lado de su ordenador tiene una pegatina de Mafalda, porque en el fondo sigue siendo niña, y es una rebelde convencida con muchas causas. Es madre, abuela y tiene un millón de amigos. Siempre le alcanza el tiempo para ayudar, dar y sonreír. A ella la conoce mucha gente, la mayoría la queremos y la respetamos, porque estamos convencidos de que, aún cuando caigan muchas banderas, la suya permanecerá alta, erguida, desafiante.
 Cuando buscas su nombre en Internet puedes leer entre otras cosas de su perfil: “luego me ganó la mano el periodismo digital: primero el boletín La Polilla y luego Librínsula, por el que obtuve el Premio Madre Teresa de Calcuta en el área de Fomento a la Cultura, la Educación y a la Bibliotecología. Ahora me desempeño como periodista digital, mejor: como difusora de noticias en web”.
 Qué modesta, pienso. Nadie imagina la industria de arte y pensamiento que encierra esa mujer cubana. Pocos imaginarían al verla con ese andar despacioso el ímpetu y el valor que viven en ella. Por eso es mi Hermana Polilla. Conócela, su nombre es Rosa Cristina Báez Valdés, no te arrepentirás porque es una gran periodista, una mejor escritora, una persona excepcional que vive para otros, sin una pizca de arrepentimiento.

Fuente Radio Jaruco

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