miércoles, 4 de septiembre de 2013

"Alguien me habló de amor… y yo le hablé de amor"

Por Rosa C. Báez
 

Confieso que esta frase de la canción de Gerardo Alfonso fue lo primero que vino a mi mente cuando vi a los pioneros de la Casa del Niño y la Niña de Cayo Hueso interactuar con sus visitantes…

 Creada en 1999, gracias a los resultados del análisis del grupo de Diagnóstico Urbano y Social realizado por especialistas del Taller de Transformación Integral del Barrio, la “Casa” cuenta con el apoyo del Gobierno municipal, el auspicio de UNICEF y la colaboración de padres, vecinos y personalidades de la cultura nacional.

 Allí, en aquel rincón aparentemente pequeño, una gran telaraña de solidaridad continuó creciendo esa mañana, cuando se dieron cita en Vapor # 151 esquina a Espada, en el populoso barrio de Cayo Hueso, junto a María del Carmen Espinosa, directora del Centro -y que nos dio a todos informaciones sobre su creación y el trabajo que realizan- la periodista Nuria Barbosa y esta escribidora, un grupo de jóvenes, tres de ellos vascos, y una bella argentina, en un encuentro destinado a recibir el donativo de otros dos argentinos, los ensenadenses Gloria Moreno y su esposo Ricardo, que con todo su amor dedicado a Cuba, recogieron entre coterráneos y amigos algunos enseres y materiales útiles.

 Gloria, que había previsto un viaje a Cuba como un regalo que se debía desde hacía demasiado tiempo, me comentó éste su deseo de traer algún donativo para compartir con niños cubanos y enseguida pensé en esta casita, tan llena de amor… y con la complicidad de mi fraterna Nuria, finalmente este 2 de septiembre, nos reunimos allí con profesores y niños talleristas de la Institución comunitaria para realizar la entrega de los materiales.

 Y por esas magias del amor, resultó que los cuatro jóvenes invitados por Nuria también desarrollaban labores comunitarias con niños y niños de sus respectivos países: dos Iñakis -Zaldua y San Miguel- junto a Imanol Zaballa, del País Vasco, participan como monitores en lo que identifican como “Grupos de tiempo libre”, a través del movimiento asambleario Euskalerriko Eskautak, Bizkaia, que gratuitamente y de forma voluntaria, promueve actividades de trabajo educativo en horario extra escolar y laboral, como una vía de mejorar las condiciones de vida de los pueblos y barrios de Euskal Herria, con el trabajo cotidiano de los casi 40 grupos que lo forman.  Sus motivaciones son promover el compromiso con su identidad, la cooperación entre vecinos y el respeto a la naturaleza, es decir, “crear personas comprometidas”. Ellos compartieron y enseñaron a los niños cubanos algunos juegos que llenaron de risas y alegrías a nuestros infantes.

 Desde Argentina llegó “Cota” Barrantes, miembro del “Grupo Retiro” (compuesto por Los invisibles y Somos), que viene trabajando en Villa 31, la colonia popular más céntrica de Buenos Aires, con más de 26 000 habitantes.

 La Villa 31, cercana a Puerto Madero y la Recoleta -zona portuaria uno y el barrio más “fino” de la capital el otro- es una de las llamadas villas emergentes o villas miseria: de la vida de sus niños, de sus carencias, hablaron a los niños cubanos Cota y la periodista Nuria Barbosa, que narró sus vivencias recorriendo estos asentamientos donde la alfabetización, la educación y los derechos de salud son inexistentes para la mayoría de sus habitantes: hasta ellos llevó Nuria su libro, que presentó en Argentina, y su solidaridad militante. 

También Gloria Moreno contó a los niños algunas anécdotas que mostraron a los pioneros cubanos la realidad de una vida que, en un gran porciento, no tiene que ver con posesiones y comodidades, como imaginan muchos adultos de la vida en el capitalismo.

 En contraste a estas tristes vivencias, los niños asistentes, miembros del taller “Para la vida: los niños y sus derechos” compartieron con los amigos presentes el conocimiento de sus derechos y deberes como niños; hablaron de los talleres que realizan en el centro: periodismo -con su maravillosa revista Musa Traviesa- para la salvaguarda del planeta “Al rescate del planeta azul”; o el rescate de la comunidad y el conocimiento y aprendizaje de nuestra historia, nuestros próceres y la cultura de nuestro país; jugaron con los jóvenes visitantes y agradecieron los presentes recibidos, comprometiéndose a ser cada vez mejores y a escribir a niños de Argentina para relatarles cómo viven los niños cubanos... También, en respuesta a nuestra invitación, prometieron redactar mensajes de amor y solidaridad a nuestros Cinco Héroes, en repudio al 15 aniversario de su injusto encarcelamiento. Y allí, rodeados de risas infantiles, todos nos comprometimos a construir y defender un mundo mejor, para ellos y todos los niños del mundo…

 Hasta próximos encuentros en La Casa del Niño y la Niña: los invitamos a visitarlos, a compartir y cooperar con ellos y a trabajar porque cada uno de nuestros poblados, de nuestros barrios y municipios, cuente con tan hermoso reino de amor!

 
 

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