Por Ailyn Martín Pastrana
Fotogramas: Cortesía del entrevistado
Cada vez son más los jóvenes directores
que engrosan el movimiento audiovisual cubano. Espacios como la Muestra
Joven ICAIC, el Almacén de la Imagen o el Festival IMAGO, muestran la
obra de aquellos que se inician. Cubacine intercambia ahora con uno de estos realizadores sobre su más reciente cortometraje de ficción. Daniel Chile, director de Tarde para Ramón
(2013), comparte con los lectores aspectos del proceso de realización
de este material, así como sus principales inquietudes artísticas.
Además, anuncia que el corto se estrenará a principios de febrero en el
Multicine Infanta.
“Ramón tiene un pasado muy oscuro que le
taladró completamente su vida y le quiebra el presente. Él está
angustiado todo el tiempo por el conflicto que tiene con su hija. El
corto es un viaje espiritual hacia ella, hasta que finalmente la
encuentra”, comenta Chile respecto del material que será visto
próximamente por el público habanero.
Tarde para Ramón (2013), de Daniel Chile
En Tarde para Ramón resalta ―y
se agradece― la presencia de un Jorge Perugorría alejado de la pose
varonil y sexy que han construido reiteradamente otros directores. El
protagonista que nos propone este material luce demacrado, de vuelta de
casi todo en la vida. Sin embargo, Chile confiesa que no se propuso
cambiarle la imagen al intérprete. “Lo escogí porque me parecía que daba
el personaje. Le presenté el guion y le interesó la historia. Él estaba muy presionado con la preproducción de su largometraje Fátima o el parque de la Fraternidad, pero aceptó. Me gustó mucho trabajar con él porque se entrega completamente al trabajo”.
Aunque Chile cuenta hasta el momento con tres cortometrajes de ficción (Tres puntos, 2008; Túnel, 2010; y Tarde para Ramón)
ha tenido la posibilidad de dirigir a grandes de la pantalla cubana
como Broselianda Hernández, Omar Franco y René de la Cruz (hijo).
Igualmente, los noveles actores tienen una presencia sustancial en sus materiales. Por ejemplo, “Túnel
fue la tesis de graduación de Amanda Fariñas. Creo que es bueno
trabajar con profesionales del medio, pero hay jóvenes muy talentosos”. Túnel
está protagonizado, además, por el actor Yaniel Castillo, quien
interpreta a Javier, joven universitario que sostiene una turbulenta
relación con Deborah (Fariñas). La obra recrea cómo esos muchachos
pierden el rumbo de sus vidas al adentrarse en el mundo de las drogas.
“No me parece bien enjuiciar a mis
personajes, siento que es el público quien debe decidir la postura que
va a tomar ante los personajes. Intento que en mis películas los
espectadores se queden pensando en lo que vieron y escojan de qué lado
ponerse ante los conflictos que se plantean”, puntualiza Chile.
Túnel fue presentado en el
Festival IMAGO; el Festival de la Asociación Cubana del Audiovisual; el
Festival Internacional de Cortometrajes y Escuelas de Cine “El Espejo”,
Bogotá, Colombia; el Festival Internacional del Nuevo Cine
Latinoamericano (Sección “Hecho en Cuba”); y el Almacén de la Imagen,
Camagüey, donde se alzó con el Premio a la Mejor Dirección de Arte.
La interpretación es una especialidad
que toca muy de cerca a este director, quien se graduó de actuación en
la Escuela Nacional de Arte (ENA). Según alega, “esa preparación fue
fundamental, porque como actor hice teatro español, norteamericano,
etcétera. Fui dirigido por muy buenos profesores y, luego, por
directores de la escena cubana. Mi tesis, la obra de teatro Por gusto, estuvo escrita y dirigida por Abel González Melo (Vendré mañana a despedirte; El hábito y la virtud; Chamaco).
Fue una gran experiencia. Ver dirigir a otros directores fue,
inconscientemente, algo muy importante para mi trabajo posterior”.
Al ser interrogado sobre la dirección de
actores en Cuba, Chile valora que “si bien contamos con buenos
profesionales, algunas veces no logran trasmitirnos determinadas
sensaciones o emociones. Creo que no es un problema de los actores, sino
de los directores. Es algo muy complejo, pero esencial para cualquier
película, porque los actores son una pieza clave en el cine: son ellos
quienes permanecen en la sala oscura con los espectadores”.
Hasta el momento, ha asumido la
escritura de sus trabajos, aunque confiesa que en el futuro le gustaría
contar con un guionista profesional, pues se considera más bien “un
realizador que escribe. Me encantaría trabajar a cuatro manos o filmar
la historia de otra persona, pero hasta el momento no ha surgido la
oportunidad. Normalmente, me demoro al realizar los cortometrajes por la
escritura del guion porque ―más allá de que la historia guste o no― la
narración no debe tener puntos débiles y los personajes deben estar bien
armados. Es un proceso muy difícil”.
Acerca del lugar que le concede a su
faceta de guionista en el futuro, el entrevistado responde con mucha
seguridad: “No me veo escribiendo mi primer largometraje, ahí sí me
gustaría contar con un guionista. No me interesa ese cine de autor donde
yo escribo y dirijo. Tal vez crearía el argumento a partir del cual se
base el guion, pero sólo eso”.
Si bien su filmografía es escasa hasta
el momento, ya es posible vislumbrar algunos de los temas que le
interesan: la violencia ―sobre todo sicológica― y la soledad. “Me
obsesionan los personajes angustiados por alcanzar algo o alguien que
los complete; personajes que atraviesan zonas oscuras de su vida para
obtener su felicidad. Algunos pueden pensar que me gustan las historias
pesimistas, pero esas son las que me llegan. Aunque muchos realizadores
lo dicen, no creo que sea un cliché: hago las historias que me gustaría
ver en el cine de mi país”.
Sobre el proceso de preproducción, Chile
subraya que concede gran importancia a esta fase del trabajo. Presta
especial atención a la elaboración del story board y durante la
filmación trata de hacer la menor cantidad de concesiones posibles. “Me
gusta que en mis películas haya algún plano que sorprenda al
espectador, pero sin caer en efectismos innecesarios”.
Por otra parte, en los créditos de sus
dos cortos más recientes figura Roberto Chile, documentalista cubano y
padre del entrevistado. Antes de reseñar cómo es coincidir ―y dirigir―
en el set con alguien tan cercano, el joven se toma un momento: “Es
cierto que mi papá es Roberto Chile, pero cuando trabajamos en mis
cortos él es el director de fotografía. Siempre hacemos esa separación.
Las personas que han trabajado con nosotros lo han visto. No es incómodo
en lo absoluto, él se adapta a mis story board, los respeta, me da su criterio… Nunca he sentido tensión al trabajar juntos, hasta el momento ha sido muy orgánico”.
Chile (padre) tiene una larga trayectoria como fotógrafo; sin embargo, el cortometraje Túnel
constituye su primera incursión en el género ficción. “Quería darme el
gusto de que su primer trabajo de este tipo fuera conmigo”, alega
Daniel.
Como colofón de su encuentro con Cubacine,
el realizador adelanta detalles de los proyectos que le mantienen
ocupado por estos días. “Estoy trabajando en el guion de otro
cortometraje. Será totalmente distinto a las cosas que he hecho hasta
ahora: algo más íntimo, sin tanto movimiento. También pienso escribir
más adelante el argumento de un largometraje. Me gustaría hacerlo junto a
un guionista, quisiera vivir la experiencia de escribir a cuatro manos
un guion”.
(09 – 15 / 01 / 2014)
Director: Roberto Smith de Castro
Coordinadora General: Silvia Durán Molina
Editora: Mabel Olalde Azpiri
Periodista: Ailyn Martín Pastrana
Webmaster: Mirla Leal Villoro
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