Por Felipe de J. Pérez Cruz*
El
año del Bicentenario del nacimiento de la heroína Mariana Grajales
Cuello, debería ser el escenario por excelencia, de la demorada
proclamación de su condición de Madre de la Patria, pero han emergido
resistencias, y asistimos a un compás de no hacer, que debe ser
resuelto. Para la toma de decisiones, nuestro Estado y Partido deben
contar con elementos sólidos, resultados del estudio y el debate
fraterno y propositivo.
Quienes nos hemos implicado en la
propuesta que está en curso, tenemos que ser capaces de sustentarla ante
los que dudan o están en desacuerdo. Sobre todo, debemos llevar el
asunto a la profundidad de nuestro pueblo, donde sabemos que laten el
patriotismo más genuino, la inteligencia cultivada por la Revolución y
las infalibles sensibilidades que le crean al cubano y a la cubana, su
peculiar olfato para entender lo grande y justo, y rechazar de manera
rotunda todo lo que peque de fatuo, oportunista e inicuo. Este ejercicio
es fundamental. A colaborar en tal empeño, se ha dedicado la Comisión
Bicentenario del Nacimiento de la Madre de la Patria Mariana Grajales
Cuello, creada por la Unión Nacional de Historiadores de Cuba, en la
provincia La Habana. En tal tarea de ciencia y conciencia, nos
encontramos.
La propuesta
La propuesta de
Mariana como Madre de la Patria, nació en el movimiento de veteranos,
que fue el más sustantivo reservorio de patriotismo en la Cuba de la
república neocolonial. Probablemente afloró por primera vez en 1923,
cuando se trasladaron a Cuba los restos mortales de la heroína. Esta
condición quedó fijada en la tradición patrimonial del Cementerio de
Santa Ifigenia, y hasta hoy para llegar hasta la tumba de Mariana, el
indicador señala “PD # 5 Mariana GrajalesCuello (Madre de la Patria)”Como
ha afirmado Luis Acosta Brehal, la propuesta era consensual en los
años cuarenta, y cincuenta del pasado siglo, entonces numerosos alcaldes
municipales llegaron a manifestase a favor de la declaratoria (1).
Hoy,
los argumentos compartidos por un sector mayoritario de maestros de
historia, cientistas sociales, museólogos, periodistas, artistas,
trabajadores y trabajadoras de la capital y de otras provincias,
sustentan la propuesta de Mariana Grajales Cuello como Madre de la
Patria en cinco puntos: 1) La representatividad de la vida y obra de la
madre-heroína en su época; 2) la historicidad del culto patriótico a
Mariana en los siglos XIX-XXI cubanos; 3) la justicia histórica del
título que reclamamos, en tanto respondea un culto patriótico, nacido y
asumido desde lo más profundo y sentido de las masas populares cubanas;
4) la pertinencia de hacer firme y legalizar el reconocimiento premial
como parte de la estrategia de trabajo ideológico y fortalecimiento de
la cultura patriótica del socialismo cubano (2); 5) la precedencia legal
de una Ley que norma y estimula el otorgamiento de títulos honoríficos y
condecoraciones, que incluye la nominación de una Orden con el nombre
de la heroína Mariana Grajales.
El
reconocimiento popular de Mariana como Madre de la Patria, es sin dudas
el tema principal. Mariana nos convoca a la unidad y el consenso
nacional. Debemos hacer del“relato de su vida, una página nueva a la epopeya revolucionaria cubana”(3).Resuelto lo principal, el reconocimiento estatal es un asunto de consecuencia, no de principios. Lo primero “debe” impulsar lo segundo, pero como en todo “lo político”,
el juicio de la ciencia aporta, pero deciden las circunstancias que
configuran la toma de decisión, lo que incluye arribar al momento en que
la opinión pública, la opinión académica, y la opinión de los
decisores, estén preparadas y coincidan.
La historia reciente
En
1998 bajo la iniciativa de la historiadora y africanista doctora Leyda
Oquendo Barrios, un grupo de intelectuales entre los que se encontraban
los doctores Miguel Barnet Lanza, Eduardo Torres Cuevas, Nisia Agüero
Benítez y los escritores Nydia Sarabia Hernández y Heriberto Feraudy
Espino, firmaron una carta enviada al General de Ejército Raúl Castro
Ruz, entonces Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, en la que
proponían el reconocimiento de Mariana Grajales Cuello como Madre de la
Patria. En los últimos diecisiete años la propuesta ha ido ganando
adeptos y también oponentes.
El XVI Congreso Nacional de Historia
realizado entre el 27 y 30 de noviembre del 2001, aprobó por aclamación
la condición de Mariana Grajales Cuello, Madre de la Patria, y el
gestionar su reconocimiento institucional (4). Fueron autores de esta
propuesta los doctores José Cantón Navarro, Froilán González García y
Adys Cupull Reyes. Fueron parte del debate y la aprobación entre otros
los doctores Armando Hart Dávalos, Eduardo Torres Cuevas, el fallecido
Joel James Figarola, Mildred de la Torre Molina, Francisca López
Civeira, Olga Portuondo Zúñiga, Israel Escalona Chadez, Damaris A.
Torres Eler, y los historiadores y periodistas Pedro Antonio García y
Joel Mourlot Mercaderes (5).
Desde el inicio de la presente
década, la demanda sobre Mariana comenzó a aparecer con mucha más
fuerza. En el 2010 la Comisión Nacional Aponte de la UNEAC, promovió la
declaración por parte de la Asamblea Nacional de la condición de Madre
de la Patria para Mariana Grajales. Entre los miembros de dicha Comisión
presidida por Heriberto Feraudy Espino, estaban Fernando Martínez
Heredia, los doctores Antonio J. Martínez Fuentes, y Jesús Guanche
Pérez, Esteban Morales Domínguez, Oscar Oramas Oliva, Rogelio Martínez
Furé y Nisia Agüero Benítez, Pedro Luis Hernández, Alden Knight, y otros
sobresalientes intelectuales cubanos.
Junto con la reactivación
de la propuesta, reemergieron resistencias y opiniones en contra (6). A
propósito, Joel Mourlot Mercaderes precisó: “Porque siempre hay voces
que "cautelosamente" hacen sus reparos, vale persistir: no ha sido por
la propaganda fervorosa de un grupo de fanáticos, ni por el oportunismo
de gobiernos de turno, Mariana Grajales Cuello es la Madre de Cuba, la
Madre de la Patria , desde hace más de un siglo, primero, por la
convicción de los veteranos de nuestras guerras independentistas, que
promovieron la oficialidad de tal iniciativa, y, luego, por la voluntad
de la inmensa mayoría de los cubanos, que la ha distinguido como la
excelsa entre muchas sobresalientes e históricas matronas de nuestra
nación”(7).
La Resolución del 2014
La
asociación habanera de la UNHIC, realizó su Congreso Provincial, previo
al XXI Congreso Nacional de Historia, en enero del 2014, y atendiendo a
la trascendencia de la conmemoración del bicentenario del nacimiento de
Mariana en el 2015, con el voto de los 361 asociados participantes,
aprobó presentar al XXI Congreso Nacional de Historia en la ciudad de
Camagüey, en abril de ese año, una Resolución (8), con la solicitud
pendiente desde el XVI Congreso relativa a que el Estado cubano honrara
con el título honorífico de Madre de la Patria a Mariana Grajales
Cuello. Tal acuerdo fue adelantado además, con la propuesta que
realizaron en el plenario, el veterano dirigente sindical Pedro Ross
Leal y el profesor José Durand Galano, ambos nietos de mambises, que
narraron los testimonios que recibieron de sus abuelos sobre Mariana.
En
el debate del XXI Congreso de Historia, no se llegó a un consenso
sobre una u otra posiciones a favor o en contra. Se acordó constituir
una Comisión que sometería a debate en los más amplios círculos de la
UNHIC, la Academia de la Historia de Cuba y con las instituciones
académicas del país, la fundamentación realizada por la UNHIC de La
Habana, y que para el XXII Congreso Nacional de Historia a realizarse en
Holguín en el 2016, se llevaría un dictamen sobre el asunto, para
realizar entonces el debate correspondiente y tomar un acuerdo. La
delegación de la UNHIC en La Habana, objetó que le parecía un absurdo
dejar el tema para el 2016, cuando en el 2015 celebraríamos el
Bicentenario de Mariana, pero la mayoría de los delegados participantes y
presentes -65 compañeros- mantuvo el acuerdo del 2016.
Sobre la base de la naturaleza de los argumentos se pueden observar cinco grupos de posicionamientos que objetan la propuesta.
Objeciones de mérito
Hay
objeciones por mérito histórico. Colegas que frente a la propuesta de
Mariana, ponderan los méritos de otras heroínas. La participación de
las féminas en el movimiento independentistas, antes y después, está por
hacer. Coincido con la tesis de la investigadora Raquel Vinat de la
Mata (9), que insiste en reafirmar que aún el más exhaustivo ejercicio
de exposición, sobre valor desplegado por las mujeres cubanas durante
las contiendas independentistas del siglo XIX, siempre llevará consigo
la omisión involuntaria e injusta de las que no se mencionan. A ello se
suma, que nuestra historiográfica aún manifiesta el sesgo burgués,
machista y racista de la sociedad precedente. Hasta donde ha sido
posible, he levantado la caracterización biográfica de 65 esposas y
madres mambisas que se destacaron en la guerra y/o la resistencia y
lucha clandestina en los pueblos y ciudades, ylatarea pluricualitativa
de contextualización histórica y social de cada personalidad en la
historia, la enfrenté desde la elaboración de indicadores de comparación
(10). La evaluación comparativa de estas heroínas, me ratifica tanto la
condición de representatividad de Mariana, como el hecho documentado de
que por sus méritos y circunstancias se creó a su alrededor de la madre
de los Maceo, en vida, un particular entorno de respeto y simbolismo,
que no tuvo similar expresión en lo que a otras patriotas que le fueron
contemporáneas se refiere.
En el contexto del
conocimiento-desconocimiento de la vida y obra de otras extraordinarias
madres y esposas patriotas, hay que subrayar la propuesta de los más
preclaros líderes del movimiento patriótico y liberador cubano. Con la
capacidad de sentir el latir profundo de las masas que caracteriza a los
fundadores, el Héroe Nacional José Martí Pérez (11) y el Comandante en
Jefe de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz (1926) (12), coincidieron
en otorgarle a Mariana, la máxima representatividad de la mujer y la
madre patriota. Y objetivamente tal coincidencia no es una casualidad,
se constituye en consecuencia.
Hay quien cuestiona o simplemente
rechaza, el mérito del Estado como sujeto de promoción y reconocimiento
premial.Se afirma que Mariana no necesita que se le reconozca por el
Consejo de Estado. Los juicios que se nos propone son los siguientes:
1) Los títulos honoríficos y epítetos revolucionarios, han sido creados
de manera colectiva, espontánea, mediando la acción del tiempo y en
ningún caso han requerido o han surgido de una aprobación oficial o de
una decisión académica, dejémoslo así. 2) En tanto el pueblo crea y
reconoce a sus héroes, no es necesarios que el Estado los convoque,
apruebe y premie con título honoríficos. Las denominaciones de base
popular suelen ser más genuinas y duraderas y no se tienen que someter
“a los criterios de la política”.
Argumentos como los
anteriores confunden. Cierto es–y no puede ser de otra manera- que en
ningún caso los títulos honoríficos y epítetos heroicos, han requerido o
han surgido de una aprobación oficial o de una decisión académica. Pero
quienes sustentamos la propuesta de Madre de la Patria, no estamos
“inventando” un título, ni tratamos de que el Estado imponga por decreto
algo extraño. Ejercemos el derecho constitucional devenido en Ley, de
estimular el mérito, proponer y hacer aprobar títulos honoríficos, como
expresión máxima de la voluntad de respeto y honor de la población y sus
organizaciones políticas y sociales. ¿Acaso nuestro Estado
revolucionario no es expresión máxima del Poder del pueblo, en servicio del propio pueblo(13)?¿No
es un honor MAYOR que la voluntad soberana del pueblo se exprese en los
acuerdos y atributos de ese Estado revolucionario?
Todos los y
las patriotas proclamados Héroes de la República, fueron primero que en
Ley, asumidos como tales por sus compañeros y compañeras, por la
población que conoció de sus hazañas productivas, científicas y/o
militares, no obstante como expresión de respeto y consideración, fueron
proclamados como tales por el Consejo de Estado o la Asamblea Nacional
del Poder Popular. La paradoja que refiero tiene su mayor sinrazón, en
que la condición de Mariana como Madre de Patria, resulta la única
propuesta a un título honorífico objetada, antes, incluso de ser
evaluada por el Consejo de Estado, tal como la ley establece. ¿Por qué
un trato tan diferente para con Mariana Grajales Cuello, segura
inspiradora de nuestros actuales héroes? ¿Por qué un título honorífico
otorgado por el Estado revolucionario cubano es válido para los héroes
contemporáneos de los siglos XX y XXI, y objetable – ¿“contaminante”?-
para una patriota del siglo XIX?
Objeciones de mérito jurídico
He
conocido de posiciones que subrayan la falta de mérito
jurídico-institucional. Tal afirmación es un error. Existe la Ley Nº 17,
del Sistema de condecoraciones y títulos honoríficos, aprobada el 28 de
junio de 1978,y los Decretos Leyes No. 30 de 1979 y No. 53 de 1982, que
establecieron los títulos y las distinciones que se otorgarían en el
país y los requisitos que las reglamentan. En el orden constitucional y
legislativo nada impide que a solicitud de organizaciones políticas y de
la sociedad civil revolucionaria, la Asamblea Nacional solicite al
Consejo de Estado, la rectificación y/o el enriquecimiento honorario de
la nomenclatura de distinciones y medallas, así como la declaración de
nuevos títulos honoríficos, o el Consejo de Estado lo decida por el
propio mandato del que es portador.
Se ha planteado que no
existen precedentes académicos de una solicitud como la que realizamos
desde la UNHIC en La Habana. Es cierto. En el estudio bibliográfico
realizado no encontramos una propuesta fundamentada desde una
institución académica. No la hubo tampoco para instaurar el Sistema de
Condecoraciones y Títulos Honoríficos de la República de Cuba en
1977-1982. Pienso que quizás esta que realizamos sea la primera, pero de
seguro no será la última: En el socialismo cubano, los colectivos de
ciencia y las asociaciones académicas tendrán cada vez más un mayor
protagonismo, hacia esa necesidad-realidad del empoderamiento nacional
popular nos encaminamos.
Objeciones porconcepción histórico-filosófica
Se
ha afirmado que lo importante es subrayar el aporte masivo de la mujer
al combate nacional liberador. La posición que sobredimensiona la “masa”
sobre la “personalidad”, refiere un asunto suficientemente trascendido
por la concepción materialista y dialéctica de la Historia. Jorge V.
Plejanov en su conocida obra “El papel del individuo en la historia”,
precisó con sólidos argumentos el error de las posiciones polares en el
análisis de los factores incidentes en el movimiento histórico. Al
respecto apuntaba:“…la reacción contra el subjetivismo condujo a muchos
de sus adversarios al extremo opuesto. Mientras algunos de los
subjetivistas, tratando de atribuir al “individuo” un papel en la
Historia lo más amplio posible, se negaban a reconocer el movimiento
histórico de la humanidad como un proceso regido por leyes, algunos de
sus más recalcitrantes adversarios, tratando de recalcar lo mejor
posible ese carácter regular del movimiento, estaban prontos, por lo
visto, a olvidar que la Historia la hacen los hombres y que, por lo
tanto, la actividad de los individuos no puede dejar de tener su
importancia en ella” (14).
En la misma dirección Lenin señaló: “La
idea de la necesidad histórica… no es en lo más mínimo menoscabar el
papel del individuo en la historia: toda la historia se compone
precisamente de acciones de individuos que son indudablemente
personalidades. El nivel de la acción individual es el de la toma
de conciencia, de la superación de la enajenación, del compromiso, de la
emancipación y de la libertad. “La emancipación completa –precisaba Lenin-, necesita autoridades”(15).
Una
personalidad significativa, más allá de la dotación personal, será en
lo fundamental, aquella que posea la capacidad de concentrar en sí los
valores del movimiento histórico. Que sea representativa de lo logrado
por la práctica colectiva, y conforme el ideal normativo de una época”.Son
las masas populares en movimiento, las que en tiempo de revoluciones,
forjan sus personalidades de liderazgo y respeto, y las proyectan como
expresión de toda la riqueza espiritual y material que poseen. Y los
conceptos de Padre y Madre de la Patria expresan las mencionadas
cualidades. Se afirman en hechos históricos fundacionales, y fijan la
representatividad simbólica, la síntesis de virtudes colectivas, desde
la singularidad de una u otra personalidad. Todo ello lo cumple la
personalidad histórica de Mariana Grajales Cuello.
Objeciones por criterio categorial
Hay compañeros que en lugar de la propuesta realizada, utilizan el término de Madre de la Nación. Patria
y nación son conceptos cercanos, pero no significan lo mismo. La
denominación “nación” pudiera parecer que posee similar o mayor valor
honorístico, pero no lo es tal. Hay argumentos históricos, políticos y
propiamente premiales.
La nación, como la describe Armando
Cristóbal Pérez, es la expresión más compleja de cualquier comunidad
humana hasta ahora (16). Como concepto y entidad, no era un contenido
contemporáneo a Mariana, no estuvo en la visión de la madre de los
Maceo, ni en el imaginario de la mayoría de los héroes que se lanzaron a
la manigua a partir de octubre de 1868. Referirse a un contenido
precursor de la nación que no existía tampoco es válido. En esta
dirección subrayo la insistencia de Pierre Vilar en recordar que “la nación como categoría histórica que es, no puede definirse más que históricamente
(17) ¿Por qué hablar de lo que no existía, cuando si está perfectamente
probada la historicidad de la categoría patria?
Un dato
importante es considerar que ningún Estado latinoamericano y caribeño ha
valorado en su honorística el título de Madre de la Nación.
Desde
el marxismo y el leninismo, hemos elaborado el concepto de patriotismo
socialista-nacionalista e internacionalista-, que es superior en su
propuesta a la ideología nacionalista, no porque la niegue, sino por ser
un desarrollo, que fue transito nacional revolucionario para muchos
patriotas en la república, los que definitivamente bajo el magisterio
del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, comprendieron que para ser
martianos y nacionalistas consecuentes en la época del imperialismo,
debían definitivamente asumirse como socialistas, marxistas y
leninistas, y practicar consecuentemente el internacionalismo
proletario.
Hoy el concepto de nación se presenta mucho más
expandido y ambivalente, que en el siglo XIX o el XX. La vuelta del
nacionalismo como interés científico y cultural, es legítima en tanto el
marxismo dogmatizado que padecimos subvaloró este escenario de
construcción histórica. Pero la vuelta del nacionalismo en perspectiva
política –y la actividad premial lo es-, resulta un retroceso
ideológico. No olvidemos, además, que no pocas propuestas
pretendidamente “holísticas”, están sospechosamente emparentadas con el
vaciado de la raíz patriótica, que propone la actualización
ideológico-burguesa en curso en el mundo en que vivimos (18).
A
diferencia, el concepto patria, mantiene su esencial, fortaleza política
e ideológica. Patria como entidad fundante de la nación, continúa su
convocatoria, porque las razones históricas de su existencia no se han
agotado: el amor madre a la Patria –tal como lo definiera José Martí en Abdala, a los 15 años de edad–sigue invocando de manera inobjetable.
Objeciones por desconfianza
Son
varias las desconfianzas, todas de índole política. Hay compañeros
preocupados no por el reconocimiento que consideran justo a Mariana,
sino porque el mismo deje abierta una brecha para la improvisación y la
depauperación de la honorística revolucionaria. Sostener que el
otorgamiento de la condición de Madre y Padre de la Patria, como otros
pendientes en el caso de los Héroes Nacionales, obligarían a oficializar
los calificativos atribuidos a cada uno de los integrantes de nuestro
panteón de héroes y mártires, resulta una elucubración que carece de
objetividad. Se trata de una afirmación que no conoce y no tiene en
cuenta, lo extremadamente cuidadosa que es la Ley cubana, para en
establecer quién puede aprobar y quien proponer los títulos honoríficos.
Necesidad de estudio
Resulta
evidente la existencia de un desconocimiento de partida de los
conceptos claves –de la teoría y metodología- de la disciplina premial,
por eso se confunde lo que representa un título honorífico (Padre y
Madre de la Patria) y lo que es un epíteto (Titán de Bronce. Apóstol y
otros). La disciplina premial es la ciencia –con la misma dignidad que
la Historia en su campo-, que estudia y norma la formación y
otorgamientos de premios. Que se desconozca, no es asunto que invalide
una propuesta, lo que debe ser es acicate para estudiar lo que dicen sus
principios teóricos y prácticos.
No puede ser un camino válido,
el rechazo sin estudio, sin realizar una evaluación de lo que se hace en
el mundo, y en primer lugar con la historia y el estado del derecho
premial, en la tradición de pueblos que como los latinoamericanos y
caribeños, tienen similar cultura e historia. Al propósito que nos
ocupa, hay que recordar que los parlamentos caribeños y
latinoamericanos, desde la época de la independencia se han pronunciado
por otorgar títulos honoríficos a sus héroes más significativos. Los
más recurrentes han sido Libertador, Madre y Padre de la Patria y Héroe
Nacional. Y tal cuestión no es asunto pasado. Aún está reciente la
batalla de ideas del Presidente Hugo Rafael Chávez Frías, por rescatar y
honrar en el 2010, a la Libertadora y Generala Manuela “Manuelita”
Sáenz Aizpuru. Y sin dudas, como es la voluntad de los patriotas
puertorriqueños, el futuro parlamento libre y soberano de la hermana
nación, declarará Madre de la Patria a la heroína independentista
Dolores “Lolita” Lebrón Sotomayor.
¿Qué se opone a una toma de decisión sobre la Madre de la Patria?
Transcurrió
el 2014, y prácticamente la mitad del 2015, sin que la Comisión creada
en el XXI Congreso, promoviera la fundamentación entregada por la UNHIC
de La Habana (19), ni fijara reunión alguna para iniciar un debate sobre
los argumentos que sustentan la propuesta, y los que se levantan en
contra. La excelente iniciativa de la Editorial de Ciencias Sociales, de
convocar con el coauspicio de la UNHIC, a un panel con el título
“Homenaje a Mariana Grajales por el bicentenario de su natalicio”, como
parte del Encuentro de Historiadores, en la pasada Feria Internacional
del Libro de La Habana, en febrero del presente, tuvo como hecho
realmente significativo que –por más que se insistió desde el público
participante-, no se abriera el debate sobre Mariana, Madre de la Patria
(20).
El asunto que hemos propuesto atañe a
todos los cubanos y cubanas. No hay que esperar por el acuerdo “entre
cientistas”, para hacer del debate “académico”, un asunto de opinión
pública, de toma de partido, sobre la base de dar a conocer los
elementos de sustentación de cada posición. No hacerlo limita, frena.
Quienes tenemos opiniones en una u otra dirección debemos ponerlas al
alcance de todos y todas, y esta es una responsabilidad tanto personal
de quienes proponen y objetan, como de las asociaciones, colectivos
científicos e instituciones académicas.
En voluntad de comunicar,
hemos tenido a nuestra disposición los medios digitales, y la activa
blogosfera revolucionaria cubana, siempre atenta al debate y el
enriquecimiento informativo, pero el camino hacia los “grandes” medios
masivos continúa escabroso y muy poco accesible: ¿Por qué en la prensa
escrita y la televisión nacional, no hay una sola mención sobre la
propuesta de Mariana Grajales Cuello Madre de la Patria? (21) ¿Cómo
aspirar a que el tema fluya desde el pueblo, sin que nuestra prensa
partidista y gubernamental lo coloque como tema de opinión, para que
cada ciudadano y ciudadana pueda formarse su propio criterio, y más, sea
parte del debate en los que son “sus medios”?
El pasado 20 de mayo, con los recursos propios del proyecto socio cultural cooperativo Galería 14 de Junio,
del barrio de Cayo Hueso, en el municipio de Centro Habana, iniciativa
del movimiento de cultura comunitaria que impulsa la Unión de Escritores
y Artistas de Cuba (UNEAC), se hizo la premier del documental Mariana
Grajales (22).Sin embargo, parece que vamos a llegar al Bicentenario el
próximo 12 de julio, sin que el Instituto Cubano de Radio y Televisión
(ICRT), y el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica
(ICAIC), los Ministerios de Educación, y otros poseedores de los
recursos del Estado, se hayan pronunciado por llevar al poderoso soporte
audiovisual –financiar y producir-, la trascendental efeméride.
La
Primera Conferencia Nacional del Partido, en el 2012, se pronunció por
garantizar que los medios de comunicación masiva, se apoyen en criterios
y estudios científicos, sean una plataforma eficaz de expresión para la
cultura y el debate, y ofrezcan caminos al conocimiento, al análisis y
al ejercicio permanente de la opinión (23): ¿Cómo no enterarse que se
desarrolla un debate de ciencia y conciencia sobre la condición de
Mariana Grajales Cuello como Madre de la Patria, y proporcionarle
espacio, atención?
Hay amor y patriotismo desbordante en este
país, y de hecho –aunque nuestros adversarios digan lo contrario-, se
hace mucho y muy bien. Con orgullo confirmo el masivo movimiento de
historiadores e historiadoras que impulsa la UNHIC, que hoy se desborda
en notables resultados de ciencia y acciones educativas por todo el
archipiélago. Nuestra prensa nacional, la televisión y los medios más
masivos, reaccionan, y cada día observo que crece lo que se necesita.
Pero aún las resistencias vienen de los estilos viejos del pensar y el
hacer burocrático, y en mi opinión en el tema de Mariana Grajales
Cuello, Madre de la Patria, las asociaciones e instituciones académicas
correspondientes, el Partido y el Estado, no han hecho aún todo lo que
tenemos que hacer.
El hecho principal, es que no hemos logrado
desplegar desde las Comisiones creadas para conmemorar el Bicentenario
de Mariana, un real movimiento de ideas con base popular, escolar,
estudiantil, juvenil, obrera, y barrial. Esos arquetipos de padre y
madre, de hijos e hijas, de familia, de trabajadores rigurosos, y
patriotas cultos e intransigentes, de los Maceo Grajales, de sus
acciones y pensamiento, Mariana Grajales Cuello, heroína representativa
de la mujer y la madre cubana, la Madre de la Patria, aún reclaman de un
mayor reencuentro con la actual sociedad cubana. La buena noticia es
que estamos a tiempo de hacer lo que la historia, la necesidad de la
lucha ideológico-cultural revolucionaria, y el honor de patriotas nos
demandan.
Notas
(1) Luis Acosta Brehal:
Intervención en la Mesa Redonda: La familia Maceo-Grajales: Historia,
ética y cultura, Memorias del XVI Congreso Nacional de Historia,
Santiago de Cuba, 26 de noviembre al 1ro de diciembre del 2001, Santiago
de Cuba, Editorial Oriente, 2004, p 150.
(2) Ver: Objetivo No.
64. En: Primera Conferencia Nacional del Partido Comunista de Cuba:
Objetivos de trabajo del Partido Comunista de Cuba aprobados por la
Primera Conferencia Nacional, La Habana, 29 de enero de 2012, Editora
Política, La Habana, 2012, p 7.
(3) José Martí Pérez: Mariana Maceo, Patria, 12 de diciembre de 1893, en Obras Completas, Ob. cit., tomo V, p 26
(4)
Ángel L. Beltrán Calunga: Proponen a Mariana, Madre de la Patria, El
Cubano Libre, Santiago de Cuba, 1 de diciembre del 2001, p 1
(5) Memorias del XVI Congreso Nacional de Historia, Ob. Cit., pp 19-25
(6)
La Academia de la Historia de Cuba, a solicitud del Consejo de Estado y
del Departamento Ideológico del Comité Central del PCC, realizó un
dictamen con fecha 13 de marzo del 2013, que conocemos gracias a la
amable gestión del Dr. Armando Hart Dávalos, Director del Programa
Martiano y del Dr. Eduardo Torres Cuevas, Presidente de la Academia de
la Historia de Cuba.
(7) Joel Mourlot Mercaderes: La “Madre de
Cuba”, la “Madre de la Patria ”…, Periódico Sierra Maestra, Santiago de
Cuba, 27 de Noviembre de 2012,
(8) Unión Nacional de Historiadores
de Cuba. La Habana: Resolución sobre la propuesta de constitución de
una Comisión Nacional Preparatoria para conmemoración del Bicentenario
del nacimiento de la Madre de la Patria Mariana Grajales Cuello. La
pertinencia del concepto de Madre de la Patria y la ratificación del
acuerdo de otorgar tan alto título a Mariana Grajales Cuello. La
propuesta de que el Estado revolucionario cubano reconozca los títulos
de “Madre de la Patria” y “Padre de la Patria” a favor de Mariana
Grajales Cuello y Carlos Manuel de Céspedes y del Castillo, La Habana,
enero del 2014.
(9) Ver: Raquel Vinat de la Mata: “A cien años de
una experiencia (participación fémina en la lucha independentista
cubana, 1895-1898)”, Cuadernos cubanos de Historia 1, La Habana, Editora
Política, 1998, p. 109-119.
(10) Edad, situación social,
color de la piel, estado civil, tipo de familia, región geográfica y
político social, incorporación y permanencia personal en la guerra (en
la manigua y/o la labor clandestina), incorporación de la familia
(esposo, hijos), grados militares alcanzados, impacto de su acción entre
sus contemporáneos, representatividad política en la época,
trascendencia de su personalidad en la tradición histórica.
(11) Ver: José Martí Pérez: Mariana Maceo, Patria, 12 de diciembre de 1893, en Obras Completas, Editora Nacional de Cuba, La Habana, 1963, tomo V, p 26; La madre de los Maceo,
Patria, 6 de enero de 1894, en Obras Completas, Editora Nacional de
Cuba, La Habana, 1963, tomo V, p 27. El encuentro de Martí con la
heroína Mariana ha sido tratado recientemente por Damaris Torres Elers.
Ver: 120 años del encuentro de José Martí en Jamaica con Mariana
Grajales y María Cabrales, Sierra Maestra, Santiago de Cuba, 14 de
octubre de 1912, p 4.
(12) Ver: Discurso pronunciado por el
Comandante Fidel Castro Ruz, primer ministro del Gobierno
Revolucionario, en el acto de fusión de todas las organizaciones
femeninas revolucionarias. Salón-Teatro de la CTC, 23 de agosto de
1960. Departamento de Versiones Taquigráficasdel Gobierno
Revolucionario, La Habana, 1960.
(13) Ver: Artículo No. 9,
inciso b) de la Constitución de la República de Cuba. Gaceta Oficial de
la República de Cuba, edición Extraordinaria número 3 de 31 de enero de
2003.
(14) Jorge V. Plejanov: El papel del individuo en la Historia. La Habana: Editora Política, 1963: p. 18.
(15) [1] V.I. Lenin, “Prólogo a la traducción rusa del folleto de Kautsky: Las fuerzas motrices y las perspectivas de la revolución rusa”, Obras Completas, Editorial Cartago, Buenos Aires, 1960, Vol.11, p.412.
(16)
Armando Cristóbal Pérez: El Estado-nación. su origen y constitución. un
tema de metapolitología, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana,
2008, p 153.
(17) P. Vilar: Hidalgos, amotinados, guerrilleros. Pueblo y poderes en la Historia de España, Crítica, Barcelona, 1982, pp. 283-284.
(18)
Ver: Felipe de J. Pérez Cruz y Juana Rosales García: La preservación de
la unidad nacional como premisa de la transición de la sociedad cubana
actual hacia un nuevo modelo de desarrollo socialista. Informe Final
(2011-2014).
Proyecto de investigación Cuba en el siglo XXI. Hacia un nuevo modelo
de desarrollo socialista: fundamentos, contradicciones, desafíos,
perspectivas (2011-2014), Instituto de Filosofía, La Habana, 2014.
(19)
Felipe de J. Pérez Cruz: Marian Grajales Cuello: Madre de la Patria.
Fundamentación de la Propuesta, Unión Nacional de Historiadores de Cuba.
Congreso Provincial de Historia de La Habana, La Habana, enero del 2014
(folleto), 17 pp
(20) Ver: Colectivo de Autores: Panel
Homenaje a Mariana Grajales por el bicentenario de su natalicio”,
Encuentro de Historiadores. Feria Internacional del Libro de la Habana,
13 de febrero del 2014 (Material en video).
(21) En terminación este artículo, en el Programa “La familia y valores Sobre la Mesa”,
de la Mesa Redonda de la Televisión Cubana (22 Mayo del 2015), la
periodista Arleen Rodríguez Derivet, hizo mención al debate sobre
Mariana Madre de la Patria: ¡En hora buena!
(22) “Mariana Grajales", con 16 minutos de duración, de los realizadores Leandro y Liván González Cupull, de Auca
Producciones, una iniciativa familiar de rescate de la memoria
histórica, promovida por los coordinadores de la UNEAC, historiadores
Adys Cupull y Froilán González.
(23) Ver: Objetivo No.
71. En: Primera Conferencia Nacional del Partido Comunista de Cuba:
Objetivos de trabajo del Partido Comunista de Cuba aprobados por la
Primera Conferencia Nacional. Ob. Cit., p 7
*Doctor
en Ciencias Pedagógicas, Profesor e investigador y Presidente en La
Habana de la Unión Nacional de Historiadores de Cuba (UNHIC)
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