Por Manuel David Orrio
Cubainformacion-Martianos-Hermes
Definitivamente,
Cuba es un país “extraño”. Contrasta que cuando en 1960 apenas
iniciaba una Revolución de mucha influencia en el siglo XX, e incluso en
el XXI, en las victrolas de los bares habaneros la cantante Paulina Álvarez imperaba con una estrofa: “Danzonete/ Danzonete/ yo quiero bailar contigo/ al compás del Danzonete…”
Ocurrió
un 29 de junio de 1960. El Gobierno Revolucionario, dirigido por Fidel
Castro, había comenzado a importar petróleo desde la entonces Unión
Soviética; exigía su refinación a las compañías estadounidenses
radicadas en el país; pero éstas, en anuencia con las órdenes
geopolíticas de la entonces Administración Eisenhower, se negaban a cumplir los mandatos cubanos.
La tensión crecía; la promulgación de la Primera Ley de Reforma Agraria, en mayo de 1959, lesionó gravemente a los intereses norteamericanos. Según el historiador y periodista Pedro Antonio García,
“De los más de 30 mil propietarios de tierras, el 1,5 (ya fueran
cubanos o no cubanos, fundamentalmente compañías yanquis) poseían el 46%
del área cultivable; en total (incluyendo a los anteriores) los
latifundistas grandes y medianos constituían el 9,4 % y poseían el 73%
del agro cubano.”
Washington reaccionó: urdía planes de agresión militar; acciones subversivas ya estaban en marcha. Ejemplo fue la quema de cañaverales,
abierto sabotaje contra la principal agroindustria criolla. Pero en las
victrolas de los bares habaneros Paulina Álvarez imperaba.
Las
petroleras estadounidenses radicadas en Cuba, ESSO, Texaco y SHELL,
aferradas a sus prepotencias. Desde el Potomac se practicaba una
hegemonía continental que consideraba inadmisible una presencia
soviética, por lo cual las importaciones cubanas del crudo “de Moscú”
fueron percibidas como una rebelión.
Una de estas empresas, la Texaco,
se negó a obedecer la orden del Gobierno cubano. Quizás imaginaron sus
directivos que de bravata no pasaba, o quizás todo pareció tan de
juego como podrían serlo las cadencias del Danzonete.
El 28 de junio de 1960 el Gobierno Revolucionario emitió la Resolución 188, la cual ordenaba a la Texaco, hoy Chevron,
procesar el petróleo soviético. Y el 29, ante el desacato, se procedió
a la intervención de su refinería. Entretanto, Paulina Álvarez honraba
un título otorgado por el pueblo: “Emperatriz del Danzonete”.
¿Quién fue Paulina Álvarez, cómo el azar la hizo coincidir con la Texaco?
Paulina
Álvarez cumplió 48 años de edad el mismo día en que el Gobierno
Revolucionario intervino a la Texaco. Parece una coincidencia arrastrada
por los pelos. Pero para quien vivió el momento, como este periodista,
quedó en su memoria que a un bar habanero entró un hombre. A voz en
cuello gritaba: “¡caballeros, ahora sí Fidel se “mandó”, está
interviniendo a la Texaco!” Justo en ese minuto se escuchaba, desde la
victrola del bar, uno de los más sonados éxitos de la Emperatriz:
“Aprieta más”. Como si la voz ordenara no detenerse.
Según los archivos de Cubarte,
“Paulina Álvarez nació en Cienfuegos el 29 de junio de 1912. Disfrutó
de la fama y el reconocimiento nacional como la Emperatriz del
Danzonete, aunque su espléndida voz le permitió incursionar, con igual
éxito, en los boleros, sones y guarachas.
“Poseía
desde temprana edad sólidos conocimientos de música. La familia viajó a
la capital del país cuando ella tenía seis años y, reconocida su
vocación, sus padres la inscribieron en la Academia Municipal de La Habana, hoy Amadeo Roldán, donde estudió teoría y solfeo, piano, guitarra y canto.
“Aunque
cantó en famosas orquestas, la cienfueguera se echó literalmente a los
cubanos en un bolsillo cuando estrenó en 1930 el Danzonete “Rompiendo la rutina”, al que Aniceto Díaz hizo los arreglos pertinentes para la voz de esta singular artista.
“Quizás
como nadie la Emperatriz del Danzonete recibió uno de los homenajes
mayores a una cantante cubana, cuando más de 15 orquestas tocaron en su
honor en los salones de la Cervecería La Polar. Tuvo además la
satisfacción, ya en las postrimerías de su carrera, de realizar en el
Teatro Auditórium Amadeo Roldán, por primera vez en la historia de ese
foro, un recital de canciones cubanas, acompañada por una agrupación de
música popular.
“La popular artista se presentó por última vez en la televisión cubana en el programa Música y Estrellas,
el 2 de mayo de 1965. Cantó y bailó en aquel memorable escenario con
otro grande de la música cubana, ya también fallecido, el Maestro Barbarito Diez, y con la Orquesta Aragón, surgida igualmente en Cienfuegos, su patria chica.
“Pocos
meses después murió en La Habana; dejó tras de sí una aureola de gloria
y de respeto. Paulina fue una Emperatriz que, hasta hoy, carece de
sustituta en el ámbito musical cubano.”
Revolución, Texaco, Danzonete, todo el mismo día. Definitivamente, Cuba es un país “extraño”.
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