martes, 27 de mayo de 2008

Grupo Prisa, Montaner y Yoani, Por Arnaldo Hernández

El Grupo Prisa es una transnacional. Dicen que es española, pero se hizo poderosa con inyecciones de capitales norteamericanos a los cuales representa y se les subordina de manera enmascarada.

Tiene amplios contactos en Washington, algunos de ellos muy promiscuos, como los que se evidenciaron en enero de 2007, cuando coincidieron con John Negroponte, a la sazón jefe de los servicios de espionaje y subversión de Bush, en el esfuerzo para tratar de confundir al mundo con el rumor de que Fidel Castro estaba a punto de morir.

Entre sus muchas empresas, además de sus bancos, está El Nuevo Herald de Madrid, digo, el periódico El País, que es una de sus principales herramientas para promover a sus correligionarios y atacar a quienes ellos y sus amigos definen como “enemigos”, entre ellos a los que piensan distinto o tienen intereses diferentes.

El Grupo Prisa quedó admirado por la relevancia extraordinaria de un blog en Internet y le otorgó un premio de 15 mil euros para legalizar su financiamiento. Lo hace una desconocida en los medios intelectuales que culpa a Cuba de sus frustraciones de consumo, sus fracasos profesionales y su baja autoestima.

Personas que le han conocido dicen que sus padecimientos de vanidad y egocentritis no le permiten ver otros colores que no sean los matices del verde y el rojo, como los del dólar y el euro, y no puede distinguir los efectos del bloqueo en su objetivo de causar decepción, desencanto, sufrimiento y desesperación en los cubanos para que desistan de resistir y dejen de apoyar el proyecto social que defienden.

Alguna gente cuenta que esta ciudadana emigró a Europa con la creencia de que iba a vivir muy bien, pero no lo logró. Deambuló por algunos países viviendo de la caridad de la gente y el eurotumbe a sus compatriotas, hasta que llegó a España en condición de emigrante nómada.

Dicen que en esa época conoció a Carlos Alberto Montaner, uno de sus defensores más activos, agente de la CIA que nació en La Habana y desde que triunfo la Revolución cubana, siendo muy jovencito, se dedicó a poner bombas en los cines de la capital, se escapó de una prisión cubana y a través de una embajada llegó a Miami, donde le entrenaron mejor, se hizo oficial de marines junto a Luis Posada Carriles, creó una red de delatores en Puerto Rico y después lo enviaron a España.

Entre sus operaciones se incluye el intento de colocar una poderosa bomba en la Embajada de Cuba en París, pero el terrorista que debía cumplir esa tarea, a quien Montaner dio las últimas instrucciones y despidió en Madrid, murió despedazado cuando el artefacto dinamitero explotó mientras lo preparaba en un hotel parisino.

Montaner lamenta haber nacido en Cuba. Él siente como americano y tiene complejos nobiliarios, lo cual le hace sentir bien entre las reminiscencias feudales de la península. Critica a los EE.UU. por no haberse anexado a Cuba, después que la derecha española, abuela de la de ahora, se la entregó generosamente en el Tratado de París de 1898, para no concederle la independencia a los cubanos.

Es enemigo de los que se enfrentan al imperio y de los que creen que los seres humanos no deben ser gobernados por el mercado. Para él, los negros y los indios sobran. Vive feliz porque se ha blanqueado, porque algunos dicen que es mestizo.

Ahora utiliza la apariencia de periodista y dirigente de los grupos financiados por Washington para derribar a la Revolución Cubana. Tiene el don –él preferiría que fuera el gift- de cambiar el significado de las palabras y le hace creer a los medios de prensa que los agentes a sueldo de una potencia extranjera no son mercenarios, sino disidentes. Debieran darle un puesto en la Real Academia de la Lengua Española.

Su hija declaró en un artículo que entre las cosas que más le seducen de Yoani están “los bellos sobre su labio superior”.

Del blog se dice que es el resultado de un contrato de esta señora con alguien en España, que le dio la opción de regresar a Cuba con una buena remuneración, antes de seguir sola y deambulando por Europa.

De la de-generación-y no hay mucho que decir. Su autora dice que lo inauguró en abril de 2007, pero nadie se enteró hasta que el Herald de España, digo, El País, le exigió a su corresponsal en La Habana que reportara sobre el susodicho blog y la escribidora que lo hace. La noticia fue rebotada después por la agencia estatal española EFE y otras siguieron la rima a solicitud del funcionario de prensa de la Sección de Intereses Norteamericana en La Habana.

No se sabe cuánto pagó el Grupo Prisa a la revista Time para que incluyeran a la autora de de-generación-y entre las 100 personas más influyentes del mundo, ni las gestiones que deben haber hecho algunas agencias norteamericanas en esa dirección, pero tuvieron éxito. El problema es que ahora los otros 98, algunos de los cuales pagaron mucho para que se les incluyera, lamentan estar en ese grupo junto a Bush y Yoani.

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