Un Indio en la Presidencia, por Efer Arocha

El año pasado me encontré en el Café Sarah Bernhardt, en Châtelet, con un amigo alemán, profesor universitario, que tenía interés en hablar conmigo sobre la calle de Los Abalorios en la ciudad de Tenochtitlán, capital del imperio azteca. Él venía procedente de Bolivia y había pasado la mayor parte del tiempo de su viaje en el departamento de Santa Cruz. Quise conocer su opinión respecto de lo conflictual en esa nación suramericana. Opinión que quedó resumida en las palabras que brotaron de unos labios de un rojo vivo que establecían una unidad cromática con unos ojos azul pizarra. De manera lacónica y seca el dialogante pronunció: 'un Indio en la Presidencia'. Era lo que le habían dicho en la zona otros blancos como él.

En principio la frase aparece como anodina. Lo primero que anotamos fue su carácter sarcástico, para avanzar a otro significante que es lo despreciable. Contiene también la significación de lo indigno, de aquello que hay que desechar porque 'un Indio en la Presidencia', nos remitió a alguien que se introduce subrepticiamente, que no es bienvenido, que es un intruso; en últimas, ¡un indeseable!

Vino a nuestra conversación todo lo que han sufrido hasta hoy los pueblos autóctonos de norte a sur en América: los exterminios, vejaciones, expropiaciones; es decir, ellos han sido objeto de lo ignominioso. Por esto, los descendientes de los antiguos Pizarros, no pueden ni siquiera concebir que un nativo pueda ser Presidente, de ahí que sea un ajeno en las salas de un palacio presidencial; algo sorprendente e inadmisible. Sin embargo, la frase va más allá, es un concepto que revela la esencia del pensar, y por ello la conducta de quien razona de esta manera. En la idea de otredad, al otro se le desconoce el derecho de existencia, porque se le niega todo principio como persona. Escasamente se le acepta en lo categorial con el estatuto que tienen las cosas. Esta es la mirada que tienen las clases dirigentes de Bolivia, Perú y otros países con significante presencia indígena desde la época de la Colonia; lo que podríamos definir como la presencia endémica cerril de la oligarquía criolla de Bolivia y Perú. Éste es uno de los aspectos que sacamos en claro esa tarde.

Hoy, pasando de un Indio en la Presidencia, a un Indio Presidente, lo conflictual boliviano nos lleva a señalar otros aspectos que se suman al antes anotado. El nuevo siglo y el nuevo milenio para bien de la humanidad, presenta cambios acelerados de modernización en el campo de lo social, y en consecuencia en las instituciones políticas y estatales. Desde el ángulo de lo social se abre paso de manera arrolladora la tolerancia, que es una de las expresiones de la otredad y la pluralidad en el pensar y ser distintos. En el plano de lo político se ha convertido en uno de los principios básicos en lo que va corrido de este siglo XXI de los valores democráticos, donde la aceptación del otro resulta determinante para lograr cristalizar el principio de libertad plural, que es la garantía de una auténtica democracia.

La aceptación del otro, no es un sofisma ni mucho menos una entelequia en lo que concierne a la gestión del Estado, ella pasa necesariamente por el campo económico. En el sistema económico actual que vive la humanidad en su conjunto, se presenta la ley del desarrollo desigual en la economía; significa que las zonas geográficas de un país no presentan desarrollo armonioso. Ningún estado hasta ahora está exento de este desequilibrio en lo económico, empezando por los Estados Unidos; sus regiones presentan profundas diferencias económicas con relación al estado de California que es el más pujante; o en Italia entre las diferencias del norte con el sur, el norte siempre se duele de ayudar a financiar al sur, y para aliviar las cargas amenaza con independizarse. Esto sólo para señalar dos casos.

Otro de los puntos que es capital en el tema, y que resulta ser un acierto del Indio Presidente, es que él interpreta de manera acertada una de las corrientes mutantes que estratégicamente tendrá a largo plazo efectos benéficos o catastróficos, como es la necesidad de asociarse o no entre países suramericanos. Esta necesidad es el producto de los cambios que está imponiendo la estructuración económica en la producción, distribución y consumo a nivel mundial. La asociación entre países se ha convertido en una urgencia donde el concepto de límites geográficos sólo quedará como añoranza de corrientes nacionalistas o regionalistas. Un ejemplo de esto es la Unión Europea. En consecuencia, las separaciones o divisiones, no sólo no tienen porvenir, sino que serán apenas chatarra de las veleidades en el cementerio de las cosas viejas.

Al examinar los actos de gobierno del Indio Presidente, encontramos que ellos son absolutamente legítimos, porque él ha sido elegido de manera límpida y en forma democrática, y porque lo decisivo en sus acciones gubernamentales se ajustan plenamente al derecho constitucional y a todas las normas del acto de gobierno; es decir, que está haciendo uso de la plena legalidad que le confiere el hecho de gobernar, como es el caso del decreto de este 1° de Mayo, en lo que concierne al fuero sindical de trabajadores elegidos a juntas directivas. Ello merece un aplauso porque esto favorece al trabajo, y en ningún sentido afecta a los patrones, puesto que está en el campo del procedimiento entre las relaciones de patrones y trabajadores. Cuando el Estado boliviano compra el cincuenta por ciento más uno de las acciones de las empresas de energía en beneficio del interés nacional, está llevando a cabo un acto de gobierno que ni siquiera puede considerarse como revolucionario. Para que éste lo sea, tendría que ser una expropiación sin indemnización. Al efectuar esta compra el fisco pasa de recibir 300 millones de dólares anuales a recaudar 2.000. Como puede analizarse hay un aumento de 1.700 millones. Una parte de ellos será destinado al beneficio del bienestar de los pobres que durante quinientos años no han hecho cosa distinta a trabajar, sentir la discriminación y el peso de la miseria. Es evidente que quienes dejan de recibir esta apreciable suma, sean extranjeros o nacionales, se sientan lesionados. Hasta hoy no ha existido ningún gobernante en el mundo que aplique una acción del Estado que se sustraiga del hecho de perjudicar a unos y de beneficiar a otros, por generosa que sea la medida.

Los cirros del secesionismo con otros ingredientes que todavía no se asoman, sino que se presagian y que hoy nublan el horizonte y el cielo de Bolivia, son la consecuencia de decisiones de las castas políticas unidas a intereses foráneos, que de padres a hijos se han venido heredando el poder en esa nación de América del Sur desde los tiempos que anotábamos más arriba. Son esos sectores melancólicos que se empecinan en no aceptar que el poder político también se rige por condiciones universales que están en movimiento, y por ello en cambio. Los pueblos cada día adquieren más conciencia de lo que significa el acto de gobierno; debido a esto, a través de sus organizaciones, cualesquiera que sean, se convierten en factor de influencia y a través de éste en un factor de poder. De ahí que en países de democracia avanzada, los gobiernos que mejor se desempeñan en la función administrativa, son aquéllos que gobiernan con el principio de la concertación; nuevo constituyente de la democracia presente. La concertación acaba con el manejo del poder por minorías; esto es lo que tienen que entender los señores de Santa Cruz y de otros departamentos afines. El Indio Presidente tiene la representatividad de la mayoría de los bolivianos, esto de una parte; porque de la otra, el enriquecimiento al infinito ya no es posible. Los individuos y las instituciones económicas tiene que pagar impuestos, quiéranlo o no. Aquí en Europa la tasa impositiva fluctúa entre el 35 y el 50%, que es una de las fuentes de modernización del Estado y de la sociedad, y esto no impide que las instituciones y los individuos sean inmensamente ricos. La redistribución de la riqueza es una medida inexorable que es necesario aplicar para alcanzar el bienestar social de Bolivia y demás países de América Latina.

La forma como el Indio Presidente ha venido gobernando a Bolivia, tanto en lo interno como en lo externo, es una forma avanzada de nuevo tipo que lleva al país hacia la democracia social, económica y política. Que tiene como objetivo fundamental hacer menos pobres a los pobres bolivianos, y si los pobres bolivianos alcanzan la meta de ser menos pobres de lo que son hoy; no hay duda de que todos los ricos de Bolivia serán más ricos de lo que son actualmente. Nuestro discernimiento es sencillo: la pobreza no es negocio para nadie. La tesis es simple: la miseria sólo produce dolor y no utilidad.

Bolivia es un país intrínsicamente rico, pero la riqueza intrínseca es sólo potencial, en consecuencia es tarea de todos los bolivianos convertir lo potencial en real. Si esto sucede, el país dejará de ser una nación periférica para convertirse en una nación de primera línea en el contexto internacional, por su calidad de vida tanto material como intelectual. Entonces Bolivia será uno de nuestros orgullos en ese espacio: ¡el de ser latinoamericanos!

Difundido por Asociación 'América Latina Publicaciones', 'El Chasqui de América Latina', París, 04 mayo de 2008

BOLIVIA UNIDA

REFERENDO ILEGAL

NO AL SEPARATISMO

*Efer Arocha. Profesor universitario y escritor colombiano, ha publicado un libro de cuentos políticos titulado ¡Oh Libertad! y otro de cuentos, El día en que la tierra perdió la brisa y la luz del sol, una novela experimental, que salió a la luz en francés y en español, titulada Quitándole el punto a la i. Como ensayista ha colaborado en periódicos y revistas y como poeta tiene dos libros de poesía experimental inéditos: Dulces conversaciones entre Heráclito, Marylin Monroe y Stalin y Vello púbico en el pavimento en señal de un goce pagano.