martes, 12 de agosto de 2008

La reconfiguración del escenario geopolítico estratégico para Cuba en la década de los 90 (2)

La reconfiguración del escenario geopolítico estratégico para Cuba en la década de los 90 de la pasada centuria y en los umbrales del siglo XXI. El oportunismo norteamericano (2) por Orlando Cruz Capote*

Este momento histórico era sumamente tenso para Cuba, porque se habían terminado, prácticamente, las reservas alimentarias, de energía y de otros recursos necesarios para el funcionamiento de la nación y la sobrevivencia de su población. El 4 de agosto se produjeron incidentes vandálicos en los municipios de la Habana Vieja y Centro Habana, incitados fundamentalmente por las emisiones de la radio miamense y la contrarrevolución interna, a la que se sumaron elementos antisociales, que rompieron vidrieras de tiendas, hoteles y otros centros laborales, a los cuales intentaron saquear pero que fueron frenados por los propios trabajadores. La situación fue controlada cuando el propio Comandante en Jefe Fidel Castro y otros dirigentes se personaron en el lugar de los disturbios y, con la ayuda del pueblo habanero, desarmaron la acción delictiva y contrarrevolucionaria. Allí mismo el máximo líder de la Revolución expresó a la prensa nacional y extranjera que Cuba no iba a permitir que se desarrollara una emigración desordenada provocada por las radioemisoras enemigas y, más tarde, en una intervención por la televisión cubana declaró que las tropas guardafronteras habían recibido la orden de no frenar los intentos de emigrar libremente a los que quisieran, pero por medios autorizados, y que podrían venir a Cuba los residentes en los EE.UU., en sus embarcaciones, para llevarse a sus familiares y otros ciudadanos hacia el vecino norteño. Se produjo de esa manera una emigración masiva -la denominada “Crisis de los Balseros”-, la cual fue nuevamente engañada por la politiquería de la mafia cubano-norteamericana, pues muchos de ellos fueron ubicados en la ilegal Base de Guantánamo y las autoridades de Washington trataron de buscar afanosamente otros países y gobiernos para que recibieran a los emigrados provisionalmente.
- Utilización de mercenarios centroamericanos, por el gobierno de los Estados Unidos de América, sus agencias especiales y la mafia contrarrevolucionaria cubano-americana, desde finales de la década del 90, para realizar actos de terrorismo de Estado al interior de la Isla, afectando las instalaciones turísticas, económicas y otras. Colocación de bombas en hoteles, cabarets - incluyendo al famoso “Tropicana” (que no llegó a ponerse), que se encuentra entre los diez más reconocidos del espectáculo nocturno en el mundo, por su entorno natural, sus vistosas coreografías y las insuperables bailarinas -, restaurantes (incluyendo la “Bodeguita del Medio”), clubes y discotecas cubanas. Estos individuos arribaron a Cuba como turistas y, con órdenes precisas, de los grupos contrarrevolucionarios de Miami, de hacer estallar estas instalaciones, con vistas a sabotear la industria turística en la Isla. En un atentado dinamitero en el lobby del Hotel Copacabana murió asesinado el joven ciudadano italiano, Fabio Di Zelmo, en 1997. Esta acción la realizó un terrorista-mercenario, de origen salvadoreño, enviado por los connotados terroristas de origen cubano, como Luis Posada Carriles. La respuesta de estos individuos-terroristas desde Miami, ante el crimen cometido con el italiano, fue cínica porque que el extranjero “se encontraba en el lugar equivocado y en el momento equivocado”.

- En septiembre de 1998, agentes del FBI arrestaron a cinco cubanos que se encontraban en el Estado de la Florida, en especial en Miami, realizando tareas de investigación -la denominada “Red Avispa”- dentro de las organizaciones terroristas y contrarrevolucionarias cubano-americanas, con el fin de conocer sus planes de agresiones contra Cuba e, incluso comunicar, como se hizo, a las autoridades norteamericanas, incluyendo al FBI, de posibles atentados y sabotajes terroristas que se organizaran para que se cometieran en su territorio, contra otros países de América Latina y contra la comunidad internacional.

Ante el juicio ilegal e injusto realizado contra ellos en Miami, fueron condenados a largas penas de prisión: tres cadenas perpetuas para dos de ellos, y los otros tres a prisiones de 15 a 20 años de cárcel. Asimismo se les prohibió que sus familiares lo visiten asiduamente; a uno de ellos, se le ha negado la visita de su esposa e hija por considerarlas peligros para la seguridad nacional de los Estados Unidos de América. Por los méritos políticos acumulados a lo largo de sus vidas revolucionarias, le fueron otorgadas en la Isla, la condición de “Héroes de la República de Cuba”. El gobierno cubano, a través de abogados norteamericanos y de otros países, ha iniciado un proceso de apelaciones para poder liberarlos e, igualmente, se han organizado, a nivel mundial, campañas por diversos grupos de solidaridad para liberar a los cinco héroes condenados injustamente. Aunque se ha apelado en innumerables ocasiones, y se ha demostrado la improcedencia de ese juicio en Miami, las autoridades judiciales estadounidenses han insistido en el carácter de espías de estos compañeros, que siguen presos en cárceles y, dos de ellos no han podido recibir las visitas de sus esposas e hijas.

- En 1999, se produce un grave incidente al naufragar una embarcación procedente de Cuba que llevaba a un grupo de personas que ilegalmente querían entrar a los EE.UU., las cuales casi todas mueren en el mar incluida la madre del niño Elían González Brotón, quien se salva y es secuestrado por sus familiares (tíos) que vivían en Miami, con el contubernio de la mafia cubano-americana. El padre del niño inicia un proceso legal solicitando la patria potestad de su hijo y el Gobierno Revolucionario de Cuba apoya la causa de Juan Miguel González dando comienzo a una intensa “Batalla de Ideas” en la cual el pueblo cubano con sus manifestaciones y concentraciones exigió la devolución de Elían a su padre y su patria.

Luego de casi un año de combate legal y moral, en el que también participan de manera decisiva el pueblo norteamericano y representantes de algunas de las iglesias de ese país, la Corte Suprema de Justicia de EE.UU., decide que el niño debe ser devuelto a su padre, operación que tiene que ejecutarse por Fuerzas Especiales (SWAT) y el Servicio de Emigración de esa nación. Finalmente, regresa Elían a su casa, con su padre y abuelas, demostrándose el lado más oscuro de esa mafia y, por el otro, la unidad del pueblo cubano y el más honorable, ético y humano rostro del pueblo norteamericano.

- En el año 2003, se suceden acontecimientos muy peligrosos como secuestros de naves aéreas y barcos pequeños utilizando armas blancas y de fuego para amedentrar a los pasajeros y los tripulantes. Finalmente, se llega al extremo de sustraer la lancha que hace el recorrido por la Bahía de La Habana, entre el municipio de la Habana Vieja y el de Regla. En ese pequeño barco, de poco calado y limitado combustible, iban dos turistas francesas y cerca de 20 pasajeros. Ante la situación creada, la dirección de la Revolución da la orden a los guardafronteras de la Marinala Isla, la “Posición Común” de la Unión Europea, le aplicó sanciones a Cuba restringiendo las ayudas económicas para el desarrollo que se llevaban a cabo, pero que significaron, más que todo, el apoyo a las medidas de bloqueo del gobiernos norteamericano. Estas sanciones fueron levantadas temporalmente en el 2007, y eliminadas, condicionalmente, en el 2008. de Guerra Revolucionaria, que escolten la nave secuestrada para cuidar la vida de las personas y que, cuando agote su combustible, sea llevada al Puerto del Mariel. Allí el Comandante en Jefe Fidel Castro, personalmente, insta a los individuos, con pésimos antecedentes penales, que dejen sin efecto ese acto delictivo, pero estos amenazan constantemente con sus revólveres y cuchillos con darle muerte a los pasajeros y a las turistas francesas. En este impasse, una de las mujeres se tira al agua y las Tropas Especiales del Ministerio del Interior logran neutralizar a los terroristas ante el evidente homicidio que iban a cometer, pues el revólver de uno de ellos estaba cargado. Posteriormente, fueron sentenciados a penas de muerte, orquestándose por la prensa occidental, como ocurre siempre, una enorme campaña publicitaria contra Cuba porque, además, la justicia cubana encausó a un grupo de contrarrevolucionarios internos que le hicieron el rejuego a las campañas anticubanas. En este propio año del 2003, ante los hechos producidos en

- Imposición de un grupo de medidas más restrictivas a los viajes de familiares residentes en EE.UU. hacia Cuba (se regula que sea una vez cada tres años), envíos limitados de remesas de dinero a los miembros de las familias en la Isla que fue reducida además, arbitrariamente, a los padres, hijos y hermanos, así como el obstáculo al intercambio de académicos, artistas e intelectuales, en ambas direcciones, que son considerados como un beneficio económico para el gobierno cubano, llegando a plantear el gobierno norteamericano, ridículamente, que en el caso de los viajes de los cubanos a los EE.UU., estos ponen en peligro a la seguridad nacional de ese país.

- El Departamento de Estado norteamericano ha incluido a Cuba, desde la década de los años 90, en el listado de los países que practican o encubren el terrorismo, que realiza y apoya el narcotráfico internacional y que, además, “limpia” dinero sucio en bancos de otros países. También la han incluido en el grupo de naciones que los EE.UU. denominan, el “Eje del Mal”, aunque en una orbita de segundo o tercer nivel.

- Acusaciones a la Isla, por parte de altos funcionarios de los gobiernos norteamericanos, de producir armas de ataque biológico, químico y de planificar una guerra electrónica contra el Imperio para interrumpir o paralizar sus comunicaciones internas e internacionales, etc., todo con el fin de confeccionar “un expediente negativo” y, preparar a la opinión pública norteamericana y mundial, para un posible ataque militar sorpresivo contra la Isla.

- En el 2005-2006, la Oficina de Intereses de Washington en La Habana, comenzó a difundir mensajes lumínicos, a través de las ventanas de cristal de su edificación, con textos extraídos de la Declaración de los Derechos Humanos, de partes de los discursos de Martin Luther King, de fragmentos del mal denominado “Plan Varela”, entre otros, en abierta intromisión y violación del derecho internacional de la actividad normada para las embajadas extranjeras en un país libre y soberano. Ante esa provocación la repuesta cubana fue instalar frente a la sede diplomática, astas con múltiples banderas - de color negro con una estrella blanca en el centro o, en su lugar, la enseña nacional - que significa un número significativo de las victimas sufridas por la Isla a causa de las actividades terroristas del gobierno de Estados Unidos de América y sus organizaciones contrarrevolucionarias, lacayas y serviles, contra la nación caribeña.

- La elaboración en el 2004, el 2005 y el 2006, de unos extensos documentos que tratan sobre un “Plan de Transición Democrática para Cuba” (Plan Bush para Cuba), en el que se contempla las acciones norteamericanas en caso de la muerte del presidente cubano Fidel Castro y todo un procedimiento ingerencista - incluido el militar - en los asuntos internos isleños en los momentos del traspaso de poder, con el fin de evitarlo. La reconfiguración de una posible Cuba “post-Castro”, el nombramiento desde el 2004, de un gobernador norteamericano para la transición y una “Comisión para asistir a Cuba libre”, más la aplicación de las medidas a tomar en el plano económico, social y político con el fin de obligar, dirigir al país y su población hacia un capitalismo dependiente neoliberal están contempladas en ese plan que tiene, además, un acápite secreto que debe ser asumido como una posible agresión militar, de cualquier tipo, en caso de inestabilidad, ingobernabilidad y perdida de legitimidad del gobierno revolucionario, incluyendo algún la posibilidad de buscar algún pretexto, agresión auto-infligida, que justifique una intervención de sus fuerzas armadas contra Cuba.

- En julio del 2006, cuando el propio Presidente Cubano comunicó al pueblo de su enfermedad y, más tarde, de sus intervenciones quirúrgicas - aunque declaró que esa información iba a manejarse como “secreto de Estado” -, el gobierno de los EE.UU. ha estado al acecho, con declaraciones inhumanas, para cumplir con lo que estipularon en su plan de transición. En todo este tiempo, han llenado las páginas de los periódicos de papel y digitales, de la radio y la televisión, así como de Internet, con mentiras acerca de su estado de salud y han anunciado su muerte, en varias ocasiones. Esa situación también muy comprometida para la Nación cubana, obligó al Presidente en funciones, el Segundo Secretario del PCC, Ministro de las FAR y General de Ejército Raúl Castro a establecer, inmediatamente, un estado de alerta en todas las ramas del ejército cubano e, indicar, un régimen de movilizaciones de la reserva militar del país y sus milicianos - la llamada “Operación Cagüairán” - para que el país no sufriera un ataque sorpresivo o un arribo masivo de la contrarrevolución miamense, que a lo largo de estos años, ha preparado sus maletas, aviones y yates, en innumerables momentos.

- Como parte de una política provocadora, la Oficina de Intereses de los EE.UU. en La Habana y, fundamentalmente, su representante principal ha entrado en contacto permanente con contrarrevolucionarios cubanos, a prestado su sede diplomática y su residencia para reuniones, comunicaciones con el exterior y, el mismo personaje, ha entregado dinero a estos grupúsculos, no solo de agencias, como la USAID, sino de terroristas cubanos comprobados. Esta violación de las normas jurídicas internacionales y de la actividad de una embajada extranjera ha sido denunciada. La actitud del Departamento de Estado corrobora que desea que Cuba tome una medida drástica y expulse a los funcionarios y cierre la instalación, con el objetivo de enrarecer aun más las anormales no relaciones entre ambos países.

Toda esa provocativa y sumamente agresiva política ha obligado a la Revolución Cubana a realizar grandes inversiones en los sistemas de defensas del país. Desde 1980-1981, fueron creadas las Milicias de Tropas Territoriales (MTT), continuadoras de las Milicias Nacionales Revolucionarias (MNR), fundadas en 1959. En ese momento ante la llegada de los Neocom al poder, con Ronald Reagan a la cabeza, el gobierno y el partido decidió introducir y aplicar el concepto de La Guerra de Todo el Pueblo”, en el cual se llegó a la convicción de que el país podía ser agredido y ocupado, de forma aérea y terrestre, y que se debían crear las condiciones para combatir la intervención-ocupación de forma regular e irregular, convirtiendo al país en “un verdadero avispero” que no deje de causarles bajas constantes al enemigo, para obligarlos a retirarse o desechar la idea de una larga ocupación.

El enfrentamiento riguroso de las FAR contra los invasores primero, y el de la resistencia popular-irregular después, más la protección de la población y la técnica militar en los túneles populares, construidos a un alto costo de recursos materiales y humanos, ha permitido que cada ciudadano cubano tenga un fusil, cargadores de balas, granadas, minas antitanques y antipersonales, además de conocer su lugar específico en la defensa de la nación. A partir del desfile militar del 2 de diciembre de 2006, la opinión pública nacional e internacional conoció de la adecuación y actualización de la técnica de combate en posesión de las fuerzas regulares, reservistas y de los milicianos, con vistas a alcanzar y asegurar la invulnerabilidad militar de Cuba. La idea de ganar la guerra antes de que esta pueda ser desencadenada por el imperialismo estadounidense, de prepararse en los tiempos de paz para evitar la conflagración bélica y, el conocimiento de que la orden de combate en Cuba siempre está dada, ha tenido un efecto de prevención para el enemigo que conoce, de antemano, del costo impagable en vidas si se lanzara a una aventura militar directa contra la Revolución Cubana.

Pero la actitud política de los círculos más reaccionarios de los EE.UU., y hasta de los sectores más moderados, ha sido, y no se espera que cambie en un período inmediato y mediato, de someter a Cuba por la fuerza, así como por las presiones de todo tipo. Esa política de “roll back” tiene varios correderas de ejecución: desde la “espera vigilante”, las “agendas deslizantes”, la solicitud de concesiones, la teoría de la “olla de presión” que valora una implosión del proceso revolucionario por situaciones inestables internas (muy vinculadas con las externas), del concepto del “abrazo de la muerte” o de una “política constructiva” con La Habana, que conllevaría a una posición reconciliadora por parte de Washington, que permitiera una penetración abierta de toda la ideología burguesa y el intercambio de toda índole, con el fin de debilitar ideopolíticamente a la Nación y su Revolución. Está comprobado que el establishment norteamericano no quiere ni querrá a una Cuba reformada, sino a una Cuba arrodillada y humillada.

Ahora sería muy bueno preguntarse: ¿Bajo que condiciones se desarrolla la construcción y el desarrollo del socialismo cubano? ¿Podemos pensar en realizar acciones de cambios internos sin analizar las actitudes de los gobernantes norteamericanos, sus aliados europeos y otras fuerzas de derecha en la región y el mundo? ¿El socialismo cubano se desarrolla en condiciones normales, como para que pensemos que podemos equivocarnos estratégicamente? ¿No constituye una hazaña el haber llegado hasta aquí, aunque hayamos cometido errores, insuficiencias y deficiencias internas?

Como diría un periodista cubano: “Saque usted sus propias conclusiones”.

*Dr. Orlando Cruz Capote, Investigador Auxiliar, Instituto de Filosofía, Cuba

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