domingo, 17 de agosto de 2008

Libros y autores “que lograron cambiar vidas”, por Olga Lidia Pérez


Recién acaba de publicar el periódico español El País Semanal los resultados de una encuesta aplicada a cien escritores de habla hispana sobre “los diez libros que cambiaron su vida”. Como en toda encuesta, las respuestas que se emiten pueden ser engañosas, pues más allá de la carga de subjetividad de cada juicio que se emite, también persisten las dudas sobre cuanto de sinceridad puede haber en ellos. Sin embargo, no deja de ser interesante y hasta inesperado el saldo final.

Ya de por sí, la selección de los cien escritores que intervinieron en la encuesta pudiera ser discutible (faltan grandes voces de América Latina, de Cuba sobre todo, por supuesto), pero una buena parte de los “iconos” vivos de la lengua castellana están presentes, sobre todo aquellos “santificados” por las grandes editoriales españolas. No obstante, allí están varios indiscutibles, entre ellos, Juan Gelman, Elena Poniatowska, Carlos Monsivais, Sergio Ramírez, Antonio Gamoneda, Almudena Grandes, Carlos Fuentes, Ana María Matute, William Ospina, Isaac Rosa, Mario Vargas Llosa, Luis García Montero, Javier Marías, Juan Marsé, Rosa Montero, Maruja Torres, Francisco Ayala, Fernando Savater.

Como era de esperar, entre los títulos más citados estuvo Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes, que junto a En busca del tiempo perdido de francés Marcel Proust, ambos con veintiséis (26) reclamos, encabezó la lista. Luego seguirían, ya más alejados, Pedro Páramo de Juan Rulfo con doce (12), dos obras de Franz Kafka, El proceso y La metamorfosis, ambas con diez (10), dos del ruso León Tolstoi, Anna Karenina y La guerra y la paz, así como La montaña mágica de Thomas Mann y La Odisea de Homero, todos con nueve (9).

Otros títulos muy citados fueron Ensayos de Montaigne, Ficciones de Jorge Luis Borges, Ulises de James Joyce, Moby Dick de Hermann Melville y Los hermanos Karamazov, de Fiódor Dostoievski, todos con ocho (8), así como Bajo el volcán de Malcolm Lowry, Crimen y castigo de Dostoievski, Cuentos de Antón Chejov, El ruido y la furia de William Faulkner, con siete (7). Y cerrarían este primer bloque imaginario, con seis (6) citas, El rojo y el negro de Stendhal, Elegías del Duino de Rainer Maria Rilke, Lolita de Vladimir Nabokov, Madame Bovary de Gustave Flaubert y Rayuela de Julio Cortázar.

Es cierto que estos juicios son relativos, además de ser individuales. Y, por otra parte, probablemente no todos los encuestados respondieron con absoluta sinceridad, incluso se echan de menos en esa larga relación, los grandes clásicos de la literatura infantil y juvenil que, confiésenlo o no, deben haber marcado la vida de muchos de ellos en su momento. Mas, una verdad sobresale por encima de dudas, olvidos y omisiones: la mayoría absoluta de esos cerca de mil títulos forma parte de lo mejor de la literatura de todos los tiempos.

Al final, más allá de relatividades, mercados, alcance y manipulaciones, son títulos y autores imprescindibles, y casi todos han sido publicados en Cuba por las editoriales nacionales. Sería interesante que revisáramos nuestras prioridades personales de lectura, para llegar quizás a modificar nuestras propias listas con la introducción de algún que otro título o autor de estos que, según cien escritores de habla hispana, ‘cambiaron su vida’. Tal vez no cambien la nuestra, pero de seguro nos harán crecer.

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