lunes, 22 de diciembre de 2008

Despedida a George Bush

Carlos Angulo Rivas, poeta y escritor peruano, desde Canadá


Dos zapatos volaron, presidente Bush

dieron la vuelta al mundo

en ochenta minutos por segundo

diría el poeta César Vallejo;

bajaste la cerviz de puro miedo

cayó tu arrogancia por los suelos.


¡Perro! De los malditos eras tú

no el pobre animalito de tus paseos.

¡Bien hecho! Elevó la voz el universo

¡Miserable! Bien merecido dijeron otros

miserable fue tu paso por la Casa Blanca

¡miserable! ¡miserable! ¡miserable!

palabra de despedida, de un millón de muertos.


¡Miserable! Reza el membrete consciente de la gente

tu nombre sólo en la galería de los prontuarios

en la historia de los zapatos a raudo vuelo.


El miedo se pintó en tu rostro

y no eran bombas “inteligentes”

ni armas de destrucción masiva

sólo zapatos de olor a pueblo herido

zapatos humildes cansados de pisar

cementerios, cárceles, calles vacías.


Qué incapacidad de amor, qué infierno

la oscura noche de las pesadillas, la tragedia.


Babilonia arrojó su pena en un latido

mutiló su grito en la garganta

ahogado en llamas, luz ciega, humaredas

arrastrando a cuestas el horror de las visiones

la niña ensangrentada, el hombre mutilado

cargados en brazos de auxilio

gritando, gimiendo, llorando

en rauda carrera, nerviosa energía.


Bush de un dogal pasea su perro

En jardines pródigos de verde frescura

¿Quién es el animal? Me pregunto

¿el que menea su cuerpo y bate la cola?

¿o el amo de la sonrisa insolente?


¿Quién? Los jueces humanos se preguntan:

uno ladra de alegría natural,

el otro de furia voraz, incontenible.

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