lunes, 6 de julio de 2009

Cuando el cinismo se vuelve pandemia

Por Rosa C. Báez

Triste cosa cuando la mano se alza contra la Patria, pero más triste aún cuando se escuda tras la mentira, y cuando la mentira se vuelve infamia…

Enrique Ortez, usurpador de la Cancillería hondureña, niega desfachatadamente que la policía haya disparado contra manifestantes… mientras en un video, que nos llegara a través de la escritora hondureña Jessica Isla, se oye claramente a una mujer gritar: “¡¡no tiren, hay niños!!” “hijos de la madre, ¿no tienen madre ustedes???” [1]

“La policía no hizo ningún disparo, sino que entre los propios grupos antagónicos se fue un disparo”, aseguró Ortez en declaraciones a la radio Cooperativa, de Chile, en las que afirmó además que su país está en orden”. [2]

Dos muertos -algunas fuentes mencionan tres- y muchos más de diez heridos… y la profunda impresión que no hubo otra cosa que no fuera una celada calculada fríamente. No se va de mi mente el oficial que recogía a sus soldados y decía “Rápido, adentro” y sólo minutos después, la balacera, los muertos… ¿Premeditación? ¿O rabia ante la evidencia de que todo un pueblo se mantenía firme y que un Presidente -con mucho de aquello que a los golpistas le falta- llegaba a su tierra como había prometido??

Prepotencia, desprecio absoluto hacia su pueblo y hacia la comunidad internacional, es lo único que han demostrado estos asesinos desvergonzados… y mientras afirman que los disparos surgieron del propio pueblo, “estudios iniciales de balística demostraron que el joven muerto en la manifestación fue asesinado por uno de esos militares expertos en tiros de precisión. El cálculo responde a la trayectoria del proyectil, el lugar de impacto en el cuerpo del muchacho y la ubicación del cadáver en el pavimento”, detalló Andrés Pavón, Presidente del Comité de Derechos Humanos, quien explicó que lograron recoger casquillos de fusiles M-16 de municiones disparadas por los soldados contra los manifestantes.

Muertes inútiles, muertes de la prepotencia, muertes del terror a la vida…

Cuando el día cero llegue, tiemblen los asesinos ante el juicio del Pueblo, ante el juicio de la Historia, por que no habrá “absolución posible para el hombre, para el feroz, la fiera que ruge y canta ciega, ese animal remoto que devora y devora primaveras”, como afirma la letra de la canción de Silvio.

“El pueblo, arrecho, exige su derecho” coreaban en la marcha. “En los pueblos dueños de sí mismos, el derecho ha de ser popular”, dijo José Martí.

Y ha de ser derecho del pueblo exigir justicia. Demostrado está que el pueblo pide y espera el regreso de su Presidente, y que no cejará hasta conseguirlo, por la vía que fuera necesario escoger.


[1] http://www.youtube.com/watch?v=V7cgVUCvaH0


[2] http://www.cubadebate.cu/coletilla/2009/07/06/canciller-hondureno-niega-que-la-policia-haya-disparado-a-manifestantes/

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