Por Ángel Rodríguez Álvarez, AIN
Al amanecer del 19 de abril de 1961, poco más de 48 horas después de iniciada la invasión por Playa Girón, auspiciada por Estados Unidos contra Cuba, el panorama del teatro de operaciones era bien diferente al ofrecido por los medios norteamericanos e internacionales de prensa.
A las 11 de la mañana de ese día fuerzas cubanas, tras intensos combates, recuperaban San Blas, importante acceso hacia la zona del desembarco en poder de los agresores. El Comandante en Jefe Fidel Castro, presente en el lugar, organizó desde allí el asalto definitivo sobre Playa Girón, último reducto de los mercenarios.
El líder de la Revolución ordenó el avance de las tropas y explicó la necesidad de llegar al objetivo antes del anochecer.
La idea aproximada del impetuoso ataque la ofreció el entonces capitán José Ramón Fernández, jefe de las operaciones: "Hubo una batería de obuses, ubicada primero al oeste de Pálpite, luego trasladada hasta las cercanías de Girón, que de tantos disparos, casi consumió la vida útil de sus piezas".
Fidel organizó personalmente el avance de los tanques y les ordenó no detenerse hasta el mar. Se iniciaba así el capitulo final del sangriento episodio pensado desde 13 meses antes y minuciosamente organizado y ejecutado desde la Casa Blanca, el Pentágono y la CIA.
A esa hora, las bajas de las fuerzas de la mayor de las Antillas superaban el centenar y a ello se sumaron decenas de muertos y heridos entre los pobladores de la Ciénaga de Zapata.
Como fue probado documentalmente entonces y admitido años después por altos funcionarios norteamericanos relacionados con la operación, las fuerzas y medios aéreos y navales estadounidenses tomaron parte directa e indirectamente en las acciones combativas. Pilotos de las US Air Force fueron quienes bombardearon poblados, causando la muerte de niños, mujeres y ancianos.
La ofensiva cubana por tierra fue detenida, pero solo para facilitar el ataque de la aviación propia sobre Girón, el cual fue planificado para las dos y 30 de la tarde.
A las 5 y 30 de ese día, quedaba liberada Playa Girón y concluía así, 66 horas después de iniciada, la Operación Pluto, colofón de los planes terroristas ejecutados por el estado norteamericano contra Cuba.
Esta vez el zarpazo imperial causó al pueblo cubano, entre combatientes y civiles, la muerte de 176 de sus hijos y 300 heridos, de ellos 50 incapacitados de por vida.
Pero la victoria, calificada por el Comandante en Jefe Fidel Castro como la primera derrota militar de Estados Unidos en América Latina, destrozó varios mitos y demostró que el pueblo unido, dotado de conciencia política, valor indomable y dirección revolucionaria consecuente, con el sentido exacto del momento oportuno para actuar, podía vencer al imperio.
Tomado de ICAP
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