En la popular y seguida Revista Buenos Días, trasmitida por el canal Cubavisión a partir de las 6.30 a.m., se difundió una noticia relacionada con la creciente cifra de electores que había perdido Obama –para su reelección- por no encontrarse la dirección de los mismos, identificados entonces por sus centros de trabajo o residencia. La crisis económica que no ha podido resolver su mandato, originó que esos ciudadanos perdieran sus trabajos y casas. Ahora no sabían dónde encontrarlos.Tal información me llevó a buscar otra que leí este lunes en la página digital del periódico Granma, bajo el título “Crece número de grupos de odio en Estados Unidos”. La razón que cita el cable es “un creciente rechazo al presidente Barack Obama, problemas de la economía y la inmigración ilegal”, según un informe del Southern Poverty Law Center (SPLC) en el estudio: “Año de odio y extremismo: el Movimiento Patriota Explota”.
El incremento de tan frustrante sentimiento se destapó de “manera espectacular en el 2011”, señala el reporte de Prensa Latina, luego de indicar que sucede por tercer año consecutivo y en aumento de un 755 por ciento desde 2008, y lo relaciona con temores exacerbados por las perturbaciones económicas, el cambio en los patrones raciales y la perspectiva de que un presidente negro –considerado por la derecha como un enemigo del país – siga en la Casa Blanca.
Sin embargo, en Cuba sucede todo lo contrario. Florece el amor y desde la misma calle se respira. El pueblo se apega más al combate colectivo, adhiere a su cotidianidad el llamado de Raúl Castro y redobla esfuerzos, en sectores que son determinantes para la nación; se combate a brazos abiertos los filones corruptos y la economía se mueve en medio de las complejas situaciones internas y externas. La comunidad es el reflejo. No hay que preocuparse si alguien se mudó de barrio. El sentimiento nacional es garantía.
Los grandes medios silencian estas noticias y tratan de boicotear, a fuerza de hacer público el cacareo de los disidentes y darlo como cuño hecho, todo lo que proviene de la Isla y sus territorios. Miradas venenosas, regalos gratis con los que tratan de confundir y endemoniar pero que ya no impactan tanto como puedan pensar ni “dentro ni afuera”.
Y no hay que ir muy lejos ni abrir muchos libros para encontrar la verdad de por qué nuestro sistema eleccionario no tiene que caerle atrás a nadie. Aquí, en Las Tunas, hay un ejemplo concreto, uno de cientos: el hospital pediátrico Mártires de Las Tunas optimiza su servicio de rehabilitación, hay consultas de neurodesarrollo para niñas y niños con discapacidades en diferentes grados, incluidas las que originan los peligros perinatales.
Antes, desde que Colón llegó a estas tierras, ese lugar era maleza, luego el único y reducido centro asistencial, y pensar en especialidades como estas pudiera ser la última catalepsia de un demente.
Imagen agregada RCBáez
Con información de CombateNews
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