lunes, 13 de agosto de 2012

Fidel Castro cumple 86 años: ¡Felicidades, amigo!

Por Carlos Tena

Felicidades, Fidel, en tu día, que lo pases con gran alegría.
Muchos años de paz y armonía, amigo.

Querido y admirado Fidel Castro:

Te escribo esta carta mientras estoy celebrando el cumpleaños de mi hermana Yolanda, nacida en un 11 de agosto, orgullosa de ser Leo, como tú y llevar el nombre de una canción cubana.

Estos párrafos son para mostrarte nuevamente, con ocasión de tu 86 aniversario, mi afecto, amistad y respeto ante tu figura, tu valentía y destacar tu siempre precisa visión de la historia de la humanidad.

Desde esta puerta de Europa, decirte que como bien sabrás seguimos padeciendo el capitalismo salvaje de este régimen “democrático”, la constante agresión de los banqueros neoliberales, la hipocresía de estos socialistas a la europea (capitalistas descarados) y la manipulación de los medios de comunicación global, controlados por diez familias milmillonarias, cuyo objetivo es la destrucción de todo atisbo de cambio político que no sea el que permita el expolio de una nación.

Por eso no cesan en sus diatribas contra Cuba, Venezuela, Ecuador, Siria, Nicaragua, Brasil, Irán, Bolivia, Argentina, etc. No soportan la independencia.

Aquí, en esta arruinada, estafada, monárquica y neofranquista España, también resulta escandaloso  el silencio de miles de artistas e intelectuales, agrupados en torno al poder político y mediático del PSOE. Son como aquellos que definió el escritor norteamericano Upton Sinclair:  “El artista que triunfa en una época, suele ser alguien que simpatiza con las clases dominantes de ese tiempo, cuyos intereses defiende y cuyos ideales interpreta, identificándose con ellos”. El brillante autor de La Jungla, que comenzara escribiendo en un diario socialista, estaría hoy encantado al lado de Oliver Stone, Sean Penn, o acompañando la caravana solidaria de Pastores por la Paz.

Aquí, en esta España de Tortura y Pandereta, donde se pasea impunemente un genocida como José María Aznar o su hermano de leche, Javier Solana (ambos responsables del asesinato de miles de civiles inocentes), es complicado y arduo el trabajo de echar una mano a Cuba, pero ahí andamos:  en la lucha.

Esta régimen borbónico no tiene dinero para los parados, pero sí para alimentar vagos, terroristas y mercenarios batistianos que actúan bajo el paraguas de fascistas como García Margallo o Esperanza Aguirre,  para luego mostrarles en la prensa como “disidentes” liberados de las cárceles castristas.

Hasta mi vecina Lola, que es conservadora pero honesta, dice: “Ese tipo de chorizo cubano no me gusta nada”.

Desde esta España donde millones de personas esperan aún un trabajo digno; en la que miles de personas son expulsadas de su hogar, incluso a golpes; en donde la educación pública es sometida a rebajas en los presupuestos; en donde se privatiza poco a poco una sanidad que pagamos todos de nuestro bolsillo…

En este “paraíso” para ladrones con traje de seda y estafadores de toda ralea, somos muchos los que envidiamos vivir como cubanos, con todos sus problemas y carencias (pero todas las soluciones y aportes, libretas y gratuidad de los servicios), que no sobrevivir entre violencia policial, amenazas, desinformación, mentiras, recortes en salarios y pensiones, abandono por parte del estado de sus obligaciones para con el ciudadano, banqueros ladrones paseando en Mercedes y trabajadores encarcelados por pedir un trozo de tierra para sembrar futuro.

Aquél día fue uno de los más hermosos de mi vida

Por eso tengo que pedirte un favor: ¿Podrías interceder ante el gobierno de la Revolución, para que miles de profesionales de diferentes esferas podamos solicitar asilo político, emocional, moral, laboral y cultural en Cuba?

Y te lo digo así, con sencillez y toda sinceridad, con énfasis familiar y campechano, porque has sido y eres, al frente de tu admirable pueblo revolucionario, el único Jefe de Estado que ha tenido la gallardía y el valor de no arrodillarse ante el Imperio.

Querido y admirado Comandante: El día 13 cumples 86 años y continúas tan activo y lúcido como cuando en 2004, junto a otros veinte compañeros de diferentes nacionalidades, tuvimos el placer de compartir una fraternal cena contigo. Fue uno de los días más felices de mi vida.

Gracias siempre, Fidel.

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