Por Benjamin Willis y María Isabel Alfonso
Tomado de Counterpunch
El curioso caso de Yoani Sánchez:
La
esperada llegada de Yoani Sánchez a Estados Unidos ha sido aclamada
como una victoria de la oposición en Cuba y un ejemplo de cómo los
ciudadanos periodistas, armados con medios sociales, pueden provocar un
cambio democrático en las sociedades autoritarias. Sin embargo, al
examinar detenidamente las circunstancias de su gira internacional y la
diferencia de las recepciones que hasta ahora ha tenido en Estados
Unidos y el resto del mundo, se generan muchas más preguntas de las que
responde.
El
meteórico ascenso de la “premiada” bloguera ha atraído tanta sospecha
como admiración. Su blog, Generación Y, ha sido defendido por algunos
miembros de la comunidad exiliada cubana y por ciertos círculos
oportunistas de la academia y el periodismo debido a sus constantes
críticas del gobierno cubano y su control sobre la libertad de expresión
y reunión. Su discurso contencioso y dura condena de la línea oficial
de Cuba es un manjar para gran parte de la comunidad de exiliados,
mientras que su llamado a la libertad de expresión es una posición que
los liberales pueden adoptar. Sin embargo, no toda la comunidad del
exilio histórico está a favor de sus declaraciones. La facción más
recalcitrante ha rechazado enérgicamente los comentarios que hizo al
principio de su gira.
Una
comprensión histórica de la realidad de Cuba en general, y sus
relaciones actuales y pasadas con Estados Unidos en particular, ha hecho
que varios intelectuales, periodistas y ciudadanos comunes cuestionen
los motivos y recursos de Yoani. Casi nunca antes alguien con tan poca
experiencia y producción ha ganado tantos galardones en tan poco tiempo.
El hecho de que muchos de estos premios provengan de países que han
adoptado activamente políticas para usurpar la soberanía de Cuba no hace
más que agregar a la intriga de la legitimidad de Yoani.
El
19 de febrero, Salim Lamrani publicó en Opera Mundi “40 Preguntas a
Yoani Sánchez en su Gira Mundial” y muchas de ellas son exactamente el
tipo de duda que uno debe plantearse para comprender cómo Yoani pudo
crear tanta presencia internacional desde un país que ella asegura
repetidamente que tiene un acceso tan limitado a Internet. He aquí
algunas de las preguntas planteadas por Lamrani:
13. ¿Cómo puede su blog aceptar Paypal, un sistema de pago no
disponible a ningún residente de la isla debido a sanciones económicas
que afectan, entre otras cosas, el comercio electrónico?
16. ¿Cómo puede usted registrar su dominio por medio de la compañía
norteamericana GoDaddy si esto está prohibido formalmente bajo las
actuales sanciones económicas?
17. Su blog se encuentra disponible en 18 idiomas, incluyendo: inglés,
francés, español, italiano, alemán, portugués, ruso, esloveno, polaco,
chino, japonés, lituano, checo, búlgaro, holandés, finés, coreano y
griego. Ningún otro sitio web, ni siquiera los sitios de importantes
agencias internacionales, como la ONU, el Banco Mundial, el FMI, OECD o
la Unión Europea ofrecen este grado de apoyo lingüístico. Ni siquiera el
Departamento de Estado de EE.UU. o la CIA ofrece este grado de acceso a
los no angloparlantes. ¿Quién financia las traducciones?
18. ¿Cómo es posible que el sitio que soporta su blog ofrece un ancho
de banda 60 veces mayor que el servicio de acceso a Internet que Cuba
ofrece a sus usuarios?
24. En 2011, usted publicó 400 mensajes al mes. El precio para enviar
un mensaje SMS desde Cuba es de $1,25. Así que usted gastó $7 000 en un
año en uso del Twitter. ¿Quién paga esto?
Cuando
le preguntaron acerca de esta lista durante su visita a la Escuela de
Periodismo de la Universidad de Columbia, ella bromeó que cuando estuvo
en Brasil la lista había crecido a cincuenta preguntas, y que ya las
había respondido todas. Sin embargo, estas preguntas no son para que
Yoani simplemente las ignore, sino son preguntas retóricas que la gente
pensante debe preguntar cuando ve su sitio web y los métodos de
producción del “Equipo Yoani”.
Es
más, la primera parada en su viaje de 80 días al estilo de Phileas Fogg
produjo muchas preguntas y las respuestas de Yoani demuestran que
quizás ella no estaba muy “preparada para el horario estelar”.
Al
llegar a Brasil, Yoani fue saludada por la cruda realidad de que muchos
ciudadanos globales no están de acuerdo con su discurso. Estudiantes
brasileños de periodismo y otros ciudadanos cuestionaron su descripción
de la realidad cubana; sus respuestas a tres preguntas en particular
provocaron que ella casi de inmediato diera marcha atrás.
Cuando
le preguntaron por el embargo de EE.UU. contra Cuba, Yoani declaró
inequívocamente que era una política intervencionista y una
justificación para los fracasos del gobierno cubano. Mucho más
importante fue que hizo énfasis en que esta política de estrangulación
económica era una “reliquia de la Guerra Fría” y debía ser abandonada
tan pronto como fuera posible (“¡Ya!”). También hizo un llamado al
cierre de la Base Naval de la bahía de Guantánamo. No el centro de
detención que tanta infamia ha significado para Estados Unidos y ha
puesto en duda nuestra noción de debido proceso, sino la base en sí, la
cual es una violación de la soberanía cubana. Por último, pidió la
libertad de los operativos cubanos conocidos como Los Cinco de Cuba,
argumentando que el gobierno cubano ha gastado una porción innecesaria
de su presupuesto para hacer campaña a favor de su liberación.
Cuando
los cubanos de Miami se enfrentaron a ella, indignados por tal
comentario, Yoani comenzó a dar marcha atrás diciendo que sus
comentarios acerca de los Cinco de Cuba fueron “irónicos” y que ella
cree que no son inocentes. Esta racionalización plantea un problema a la
legitimidad de su posición.
Por
ejemplo, ahora que ella ha llegado a Estados Unidos, su posición hacia
el embargo y Guantánamo ha disminuido hasta una tímida generalización de
que debe haber un “diálogo” acerca de estos temas. ¿Por qué está
defendiendo ahora un diálogo en vez de exigir el fin de las sanciones
unilaterales como hizo en Brasil? ¿Por qué no denuncia también la
naturaleza intervencionista de los programas de USAID que están
dirigidos específicamente al “cambio de régimen” en Cuba?
¿Por
qué no se le hacen estas preguntas en Nueva York? O más exactamente,
¿por qué las instituciones y académicos no permiten que se les hagan?
Los “guardianes” en la Universidad de Nueva York y en Columbia han
mostrado una tendencia a hacer una selección cuidadosa de las preguntas
dirigidas a Yoani. ¿Por qué está sucediendo esto en la nación
supuestamente más libre de la tierra? Ha habido protestas y arranques en
sus reuniones, pero no se ha permitido ningún cuestionamiento directo
que la colocaría en una posición de tener que explicar sus opiniones
vacilantes acerca de tales importantes temas.
Ahora
ha expresado su deseo de establecer un periódico digital independiente
cuando regrese a la isla. A primera vista, la idea parece laudable, algo
que debía haber sucedido hace tiempo para empoderar la sociedad civil
en Cuba. Pero si uno se detiene y rumia acerca de las necesidades
básicas para organizar un hecho así, entonces varias preguntas más para
Yoani deben agregarse a la ya larga lista.
Una
persona en Nueva York levantó un letrero que decía “La prensa no es
libre. Solo es barata”. Estamos en una era en la cual casi todos los
“periódicos” en el planeta luchan por sobrevivir y donde es casi total
la propiedad corporativa hegemónica de las ondas aéreas, páginas web y
lo que queda de los medios impresos. Las pocas fuentes noticiosas
independientes que quedan dependen en mucho de donaciones y
suscripciones de sus seguidores y consumidores. También el
financiamiento principal proviene de donaciones federales. Hasta
WikiLeaks y Counterpunch dependen de donaciones. Nada de malo hay en
este apoyo, pero en el caso de Cuba no existen los recursos financieros
de este tipo para operar con fondos nacionales. Lo más probable es que
no reciba ninguna ayuda del gobierno cubano.
Así
que, en otras palabras, la idea de una fuente noticiosa independiente
en Cuba, de plantilla tiene que ser financiada por una inversión
extranjera. Por tanto, desde el inicio de tal proyecto, el calificador
de “independiente” es cuestionable. Las donaciones son una fuente
legítima de ingresos para una empresa de tal tipo, siempre y cuando no
estén condicionadas.
¿Tiene
tanto dinero Yoani proveniente de los premios monetarios que está
recogiendo en este viaje que puede ella misma financiar tal operación?
Las regulaciones del embargo de EE.UU. no permitirían un control
corporativo desde EE.UU. y significaría un grave impedimento para que
una corporación extranjera apoyara la publicación digital, debido a las
ramificaciones extraterritoriales de la Ley Helms-Burton.
Por
una de esas irónicas vueltas que da la vida, ¿tendrá ella que depender
del comunismo absoluto para que tal periódico tenga éxito? ¿Trabajarán
gratuitamente a tiempo completo sus empleados y asociados a fin de
llevar a cabo un proyecto tan ambicioso? Solo en la Cuba comunista
podría suceder esto.
El
martes pasado, Yoani fue invitada a Washington D.C. para reunirse con
miembros del Congreso y hablar en el Instituto Cato, donde ella reiteró
nuevamente la necesidad de terminar con el embargo. Pero en vez de
mencionar el evidente argumento de que el embargo es un impedimento al
desarrollo de su pueblo, ella lo calificó de “excusa” y declaró en el
Instituto Cato que “Me gustaría ver cómo va a funcionar el aparato
oficial de propaganda sin este lobo malvado. Dudo que pudiera”.
La
referencia al “lobo malvado” puede recordar al lector el hecho de que
este no es el lobo de ficción en el cuento de “Ahí Viene el Lobo”, sino
una peligrosa amenaza que repetidamente viene a destruir los hogares y
las vidas de los tres cerditos. Eso es exactamente lo que ha hecho el
embargo. Ha destruido las vidas, hogares e infraestructura de la nación
cubana, mientras burlonamente declara que defiende la “democracia” y que
su intención es la de “ayudar” a aquellos a quienes hace daño.
Si
este razonamiento cínico es lo que hace falta para desmantelar el
embargo, entonces más poder para ella. El embargo puede que sea una
muleta para que el gobierno se apoye, pero también ha tenido
consecuencias muy reales en la población de la Isla, y Yoani no puede
asegurar ser vocera de su pueblo si no puede articular ese hecho bien
evidente.
A
pesar de su tibio argumento a favor de eliminar el embargo, estuvo muy
complacida de haberse reunido con los mismos miembros de la Cámara de
Representantes que han hecho todo lo posible porque continúe esa
política, quienes a cambio estuvieron muy felices de lisonjearla. Su
odio visceral por el gobierno cubano es suficiente para que ellos pasen
por alto de que están en desacuerdo acerca de la “efectividad” del
embargo. ¿Exigirá Yoani durante lo que queda de su viaje que Estados
Unidos desmantele el embargo y deje de financiar las operaciones de
cambio de régimen que ponen en peligro a ciudadanos cubanos? Mientras se
encuentra en EE.UU., ¿hará un llamado al presidente Obama para que
elimine a Cuba de la lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo?
En
abril está programada para ir a Miami, donde recibirá un homenaje por
su labor. Le otorgarán una medalla y hablará en la mal llamada Torre de
la Libertad. ¿Ejercerá ella su libertad de expresión para decir a la
audiencia, que incluirá a los más extremistas cubanoamericanos
anticastristas, que el embargo es una política intervencionista y debe
ser eliminado ¡Ya!, que los Cinco de Cuba deben ser liberados y que la
Base Naval de EE.UU. en Guantánamo debe cerrar y la tierra que ocupa ser
devuelta a Cuba? ¿Levantará su voz en contra de la opresión histórica
de diversidad de pensamiento dentro de esa misma comunidad hacia
notables figuras como el recién fallecido Francisco Aruca, víctima de
amenazas de bombas y otra violencia atroz y de la difamación?
¿Denunciará ella la violencia que han perpetrado las facciones violentas
en el seno de la comunidad exiliada de Miami, como el sabotaje al vuelo
455 de Cubana en 1976 y otros desvergonzados actos de terrorismo que
han sido vinculados a tales viles personajes como Orlando Bosch y Luis
Posada Carriles? ¿Preguntará ella a Marco Rubio si hablaba en serio
cuando comparó a Cuba con un zoológico?
¿Hablará
a favor de un Miami que permita el pluralismo y la libertad de palabra
con la misma convicción con la que lo hace en Cuba? ¿O será ella una
víctima de su propia autocensura?
[I]Benjamin
Willis es músico. María Isabel Alfonso, PhD., es Profesora Asociada de
St. Joseph’s College en Nueva York. Forman un matrimonio que está
criando a su hijo de nueve meses en Queens a base de malanga, Los Van
Van y béisbol. Son miembros fundadores de CAFE, Cuban Americans for
Engagement (Cubanoamericanos por el Diálogo).
Foto tomada de El Nuevo Día
Tomado de Progreso Semanal
Vea además Yoani Sánchez y el fin de La Cosa, en el Blog de Yohandry
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