Editado por Isidro Fardales*
La
Habana, 10 ago (rhc).-La Asociación de Amistad y Solidaridad Francia –
Cuba, y las Ediciones “Bruno Leprince”, con la autorización
excepcional del Consejo de Estado de Cuba, han editado el libro en
francés con textos Fidel Castro sobre la protección de la naturaleza y
el Medio Ambiente, con el fin dar a conocer las trascendentales
preocupaciones de este hombre extraordinario.
"Le droit de l´humanité a l´existence”
(El derecho de la humanidad a la existencia) es un instrumento único
para el despertar de las consciencias en todo el mundo sobre estos
preocupantes temas.
“Fidel es un revolucionario que no se cansa nunca”
es un texto leído el 17 de abril del 2013 en la Casa de América Latina
en París por el periodista y escritor colombiano residente en Francia
Hernando Calvo Ospina cuando se presentó este libro que contiene 22
reflexiones del líder de la Revolución Cubana.
“Es
una de las grandes figuras del siglo XX. En Francia no hay quien tenga
su estatura, ni siquiera Charles de Gaulle. Se ame a Fidel o no, este
hombre es un mito vivo”. Esas palabras son las de un gran actor
francés, Pierre Richard, quien me las ofreció durante una entrevista que
me otorgó hace seis años.
Y
sí, efectivamente, Fidel, como tenemos la costumbre de llamarlo
aquellos que admiramos su trayectoria y su obra, es un personaje fuera
de lo común. En tres ocasiones tuve la oportunidad de poder compartir un
momento de diálogo con él y esos tres momentos quedaron grabados en mi
memoria, entre los más importantes de mi vida. Tuve también la suerte
de escucharle varias veces. No tomaba notas escuchando sus análisis,
pues sabía que al día siguiente los leería en la prensa cubana.
Prefería tomar mi tiempo para observarlo.
Ver como sus manos se movían
cerca de su barba mientras que el dedo índice de su mano derecha se
agitaba como la batuta de un director de orquesta. En cada ocasión temí
que su voz se quebraría, pues se tornaba ronca, pero siempre me
equivoqué y él hablaba por más de cuatro horas seguidas, que -según el
sentido de sus frases- él era por turno dirigente, profesor, compañero o
papá.
Una
larga investigación en la historia de la humanidad sería necesaria
para saber si existió alguna vez un líder político con tantas
capacidades como las que demuestra Fidel. Dotado de una memoria
prodigiosa, puede realizar de imprevisto, y de un abrir y cerrar los
ojos, cálculos matemáticos. Tras un discurso ofrecido en la Televisión
sobre la geoestrategia, dio consejos a la población sobre la mejor
manera de preparar un plato de gastronomía cubana con una olla
multifuncional como las que el gobierno iba a distribuir a precio
módico.
Durante la guerra de liberación de Angola y contra el estado
racista de África del Sur, él fue el consejero de sus generales y
dirigió casi todas las principales batallas desde La Habana. Es capaz de
asegurar por adelantado el curso de la evolución de un ciclón para
después explicar en los medios de comunicación como uno debe prepararse
para enfrentar ese fenómeno natural.
Lo
que es seguro, es que no tuvo una tarea fácil cuando se permitió
comentar un partido de béisbol y que una parte de la población no
estuviera de acuerdo con él, pues favorecía a un equipo. Igualmente no
hizo reír a nadie cuando propuso controlar el consumo del ron para
proteger la salud del pueblo cubano: es una de las raras propuestas de
Fidel que nunca se pudieron aplicar.
Que
yo sepa, en una sola oportunidad se creyó que había enloquecido. Fue
durante un discurso en la Ciudad de Camagüey, el 26 de julio de 1989.
El declaró: “Si mañana u otro día, conocemos al despertar que
estalló una gran guerra civil en la URSS; o si al despertar nos
enteramos que la Unión Soviética se desintegró, cosa que no deseamos que
llegue jamás, etc., etc. ". Yo insisto, él pronunció esas
palabras en julio de 1989 y muchos se inquietaron por el Comandante y
pensaron que el sol le había hecho daño; y sin embargo, dos años más
tarde, ¿qué fue lo que pasó?. ¡Desintegración de la URSS! Fidel había
ya analizado la ruta tomada por Gorbatchov.
Y
con la desaparición de la URSS y del bloque socialista europeo
llegaron los momentos más difíciles vividos por la revolución cubana,
pues Cuba se encontró sola en el mundo. Se acabó el petróleo, la
electricidad, la comida. Muchos gatos terminaron en una olla. Durante
casi ocho años los cubanos soportaron la misma situación que la de
Europa al final de la Segunda Guerra Mundial. Con una gran diferencia:
los Estados Unidos distribuían alimentos con crédito a Europa, mientras
que en el caso de Cuba reforzaron el bloqueo para que la escasez y el
hambre hicieran hundir la Revolución.
Y ese 26 de julio de 1989, Fidel había dicho igualmente que si la URSS incluso desapareciera, “en tales circunstancias, Cuba y la Revolución Cubana continuarían luchando y continuarían resistiendo”.
¡Y
resistieron! El FMI y el Banco Mundial no entienden como pudieron
salir del abismo sin privatizar una sola escuela ni un solo hospital.
Busqué las respuestas en las calles de Cuba y mucha gente me contestó la
misma cosa: “Fidel dijo que íbamos a salir del mal momento y lo hemos
creído”. Y me atrevo a precisar: es la fe en Fidel y en la Revolución
que dirige lo que permitió a la gente vencer ese momento, pero también
la solidaridad entre los cubanos que compartieron la poca sal y el poco
arroz que tenían.
La
revolución sobrevivió también porque Fidel y los cubanos no quisieron
copiar ningún sistema, ni el chino, ni el soviético, ni ningún otro.
Ellos construyeron una revolución a lo cubano. Fidel no aprueba a los
copiadores. Siempre dijo que era mejor equivocarse por sí mismo. Así,
durante cincuenta años, a pesar de los errores, Fidel y los cubanos
hicieron una sociedad más igualitaria. Pero no olvidemos que cincuenta
años son poco tiempo para liberarse de la carga de 500 años de
colonialismo europeo y estadounidense.
Fidel
ha sido un estratega como hay pocos en la historia de la humanidad. Un
soñador con un corazón inmenso que ha vivido para su pueblo y para la
revolución: Ha sido un soldado de primera línea. Además ha hecho mucho
por muchos pueblos del mundo. Mientras que la mayoría de los
gobernantes proponían mandar tropas, él enviaba de manera gratuita
médicos y profesores. Haití es el último ejemplo.
Yo
recuerdo mi incredulidad cuando conocí que Fidel había decidido crear
la Escuela Latinoamericana de Medicina para ofrecer becas a miles de
jóvenes de América Latina y también de Estados Unidos. Fue a finales de
los años 90, cuando la situación económica era todavía bien difícil. Y
esta escuela, ELAM, está ahí y forma médicos para todo el continente.
En
diciembre del 2011, Fidel entró en el Libro Guiness de Records como
“la persona que más se ha intentado asesinar”. Se calcula que desde 1959
y hasta el año 2000, se hicieron 638 proyectos y tentativas de
asesinatos, en su mayoría dirigidos por la Agencia Central de
Inteligencia de los Estados Unidos (CIA). Y no se puede olvidar que la
CIA está directamente subordinada al Presidente de esa nación. Wayne
Smith, quien fue uno de los jefes de la sección de Intereses de Estados
Unidos de Estados Unidos en La Habana, me dio su versión de las razones
por las cuales asesinar a Fidel devino una obsesión para su gobierno.
He aquí lo que me dijo: “muchos de nuestros líderes políticos
creyeron que Cuba tenía que formar parte de nuestro territorio; o que
teníamos el derecho de decidir lo que debía pasar allí. Y si Castro no
estuviera estado allí la cosa había sido así. Castro se convirtió en un
obstáculo que nos desafió y que se burló de nosotros. Y eso una
superpotencia no puede soportarlo”.
Este
diplomático habría podido añadir que Fidel y su Revolución hicieron
estremecer el continente americano. Nada fue como antes ni militarmente
ni políticamente: Washington tuvo que readaptar toda su estrategia de
imperio.
Pero,
¿cómo Fidel Castro pudo sobrevivir a tanto ensañamiento y medios
empleados en su contra? Uno recuerda que del 8 de enero de 1959 después
que Fidel entró triunfalmente en La Habana, en medio de su discurso,
una paloma se colocó en su hombro. El silencio se impuso entre los
asistentes, muchos hicieron señal de la cruz ante lo que interpretaban
como una señal de Dios que bendecía al elegido. Pero ningún poder
extraterrestre hubiera sido suficiente para asegurar su seguridad, sino
hubiera existido un pueblo en Cuba y en el exterior, y numerosos amigos
de esta revolución, para protegerlo.
El
19 de febrero del 2008 yo estaba en La Habana, el sol de la mañana
esta resplandeciente, más el ambiente era diferente. Unas horas antes se
difundió el mensaje de Fidel en el que renunciaba a sus funciones de
Presidente del Consejo de Estado y de Comandante en Jefe. El pedía que
continuaran llamándole simplemente “compañero Fidel”. Vi con frecuencia
lágrimas en los ojos de las personas con las que me cruzaba esa mañana.
“Es como si un padre renunciara a ser padre”, me decían. Ya hacia el mediodía la mayor parte de la gente exclamaba: “¿Fidel, renunciar?” ¡Si Fidel es Fidel! ¡Él será siempre nuestro Comandante en Jefe, incluso después de su muerte!"
Aunque
alguna gente no quisiera escucharlo, voy a decirlo: si, Fidel ha
cometido errores. Es un ser humano. Construyendo se cometen errores.
Más aún cuando construye con la espada de la más grande potencia encima
de la cabeza. Por otro lado, Fidel ha reconocido sus errores. Para
saberlo, es suficiente leer una parte de su vasta obra intelectual. Yo
admiré y admiro su capacidad de continuar avanzando y corrigiendo sus
errores.
Por
todas esas razones y muchas otras, tengo para él un inmenso respeto y
admiración como dirigente político, por el ser humano y por el soñador.
Porque gracias a él, no hay en Cuba la miseria que reina en América
Latina, también en los Estados Unidos y en muchos lugares en Europa,
inclusive en la bella ciudad de París. No hay un solo niño en Cuba que
duerma en la calle, que sufra de hambre o que no vaya a la escuela. Es
la obra de Fidel. Actuar por el futuro de los niños, es también actuar
por todas las generaciones y ¿no es ésta la obra más noble y más
grandiosa?
A
pesar de todo eso, son muchos todavía los que tratan a Fidel de
dictador y que desean su muerte. Pero ellos no saben, o no desean saber,
que millones de personas en el mundo necesitan que existan Fideles.
Millones de personas necesitan un Fidel Castro Ruz que les permita creer
que son seres humanos y que no vinieron al mundo solamente para
sufrir.
*Periodista: labora en Radio Habana Cuba desde hace más de tres décadas
Tomado de Radio Habana Cuba
Imagen agregada: Composición RCBáez
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