miércoles, 13 de agosto de 2014

Que llegue a los 120 y siga sumando

Por Leticia Martínez

Fidel cumple 88 años y Cuba continúa deseando su presencia por muchos años más...

Ella quizás continúe la tradición familiar de “los abrazos de Fidel”
“Mira, mamá, es Fidel”. Dice Carmen, mientras apunta al afiche que cuelga con imanes a un costado del refrigerador. Ella no levanta una cuarta del piso pero conoce a Fidel; lo tutea como a un abuelo más. Y entonces me recuerdo haciendo lo mismo allá en Santa Clara, cuando entraba a la cocina de la casa y allí estaba también su foto. Y quizás lo hizo mi madre por allá por los sesenta cuando aprendió que gracias a Fidel, su madre, nuestra abuela, había aprendido a escribir.

Cierto es que estos pasajes familiares pueden parecer raros para algunos, quizás hasta una exageración de quien escribe. Pero, a los que nacieron de este lado del Sol, les suena cotidiano el hecho porque ese hombre que parecía inmenso con aquella barba, en botas siempre, aquel hombre tierno en manos de los niños, pero temerario frente al peligro, se coló en la vida cotidiana de la mayoría de los cubanos desde aquellos tiempos en que “culpó” al Apóstol por la “herejía” del Moncada. Más de 60 años después, como diría mi vecina, Fidel “es uno más en mi libreta”.

Y así, llevamos décadas “conviviendo” con él, en sus maratónicos discursos; en sus recorridos por el país, dicen que estuvo hasta “donde el jején puso el huevo”; en su buena manía de andar resolviéndole el problema a la gente; en sus presentaciones legendarias en cualquier escenario del mundo; en sus soluciones para todo, aún lo recuerdo en aquel Congreso de la FMC enseñando cómo funcionaban las ollas arroceras que luego inundarían las cocinas cubanas; en su preguntadera a Rubiera, el meteorólogo, cuando aparecía con el nuevo ciclón de la temporada; en su desparpajo con Chávez mientras ideaban una América diferente; en los avatares de su salud, como aquella vez que tropezó en la Plaza del Che en Santa Clara y medio barrio se puso a gritar; y finalmente en sus escritos, en las fotos de sus encuentros con tantas personas que recibe, en donde uno escudriña hasta el más mínimo detalle para decirnos luego con alivio que “ha envejecido, pero está lúcido y bien”.

Pues aquel niño de Birán estará cumpliendo 88 años este 13 de agosto. Y aunque es sabido su rechazo a los homenajes, pocos podrán pasar por alto este miércoles a quien se enroló de líder en la avalancha de luz que puso a salvo a este archipiélago. Cuentan que a las dos en punto de la madrugada del aquel mismo día de 1926, nació Fidel Alejandro Castro Ruz quien, como lo narró Katiuska Blanco en Todo el tiempo de los cedros, “era un niño vigoroso de doce libras de peso, que ensanchó sus pulmones a la primera bocanada de aire de los pinares y se dispuso a sus días con la misma vehemencia de vida, pasión de hacer y exuberancia natural que lo rodearon cuando los haitianitos del batey se apresuraron en la maleza por hojas de yagruma y verbena con que enjuagarlo a esas horas, para la tersura de la piel y los buenos augurios”.

Como desde aquella madrugada los buenos augurios lo han acompañado siempre, este décimo tercer día de agosto le deseamos muchos años más de vida. Queremos seguir en su compañía, queremos que siga allí en alerta, queremos seguir siendo diferentes porque lo tenemos a él y que fuera de nuestra tierra nos sigan preguntando: “¿tú eres de la Cuba de Fidel?”. Por eso, que llegue más allá de los 120, pues si los entendidos dicen que el ser humano puede vivir potencialmente 120 años, ¿qué no puede lograr él?

Por lo pronto, Carmen lo sigue identificado cuando lo ve en una foto o en el televisor a cada rato. Ella quizás continúe la tradición familiar de “los abrazos de Fidel”, esa que inauguró mi abuela cuando enseñaba a mi hermano a abrazar como lo hacía él: “fuerte y con palmaditas en la espalda”. Así lo seguimos viviendo del lado de acá del mar, donde la fiesta se multiplica porque el Comandante está de cumple: 88 y seguimos contando…

Vea galería fotográfica que acompaña al trabajo en  en CubaAhora

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