Así, simplemente Martín, firma este texto alguien cuyo facebook consta, como identificador, apenas de unos números… Gracias a ti, Martin, con toda el alma.
Recién volví de Cuba
Por Martín
Recién volví de Cuba. Recorrí durante más de 20 días 8 ciudades diferentes de la isla. Me alojé en casas de familia y conviví todo con el tiempo con los cubanos. Frecuenté los lugares a los cuales ellos suelen ir a comer, a pasear y a divertirse. También visité escuelas y hospitales porque me interesaba conocer de primera mano los tan prestigiosos sistemas educativos y sanitarios que tiene Cuba. Caminé mucho por sus ciudades para conocer su historia, su presente y fundamentalmente a su gente.
Siempre quise conocer la isla rebelde de esta manera. Todos hemos escuchado durante mucho tiempo infinidad de opiniones acerca de la Revolución Cubana, a favor y en contra. Quería tener una mirada basada en mi propia experiencia, en el intercambio con la realidad cotidiana de los cubanos, no quería terminar repitiendo como un loro las opiniones de otras personas o quedarme solamente con la visión ficticia de los ámbitos tradicionalmente turísticos: quería conocer la Cuba profunda. La vida cotidiana de la gente. La Cuba real.
Encontré a lo largo de mi viaje muchos aspectos positivos y negativos de la realidad social, económica y cultural de la Cuba actual. Se trata de un país muy interesante sobre cuya situación y sus diferentes matices podemos pasar horas conversando, porque es un caso muy peculiar en América Latina y me animaría a decir también en el mundo.
Sintetizando brevemente puedo afirmar con claridad, al menos desde mi visión particular, que si miramos el proceso revolucionario desde una perspectiva histórica son muchísimos más los aspectos positivos que los negativos, sobre todo si comparamos la Cuba actual con la Cuba pre-revolucionaria o con la situación contemporánea de países que antes de la Revolución tenían una estructura socio-económica similar a la cubana: Haití, Jamaica o República Dominicana. Un error muy común que suelen cometer quienes destacan lo negativo de la Revolución por encima de lo positivo es que comparan a Cuba con Alemania, Francia o Estados Unidos, cuando en realidad ni siquiera se puede comparar a la isla con otros países de Latinoamérica como Brasil, México o Argentina, que tienen muchas más extensiones territoriales y riquezas naturales que Cuba, una pequeña isla caribeña que cuando Fidel y sus muchachos tomaron el poder sólo producía en volúmenes considerables caña de azúcar.
Me tocó llegar a Cuba el pasado 15 de agosto, un día después de la reapertura de la embajada estadounidense en La Habana y dos días posteriores al cumpleaños número 89 de Fidel. Y un mes antes de la histórica visita del Papa Francisco a la isla.
Si algo cambió después de este viaje que realicé fue mi opinión sobre Fidel. En realidad, más que cambiada, ahora tengo una mirada mucho más amplia de la figura de Fidel como líder político a nivel nacional, regional y mundial.
Puedo sintetizar los diferentes matices de mi viaje diciendo: Gracias Fidel. Aún con la gran cantidad de críticas que podemos hacerle a su gobierno. Porque se han cometido muchos errores. Pero siempre teniendo en cuenta que son ampliamente superiores los aciertos por encima de las falencias. Hoy Cuba puede exhibir logros que no se ven en otros lugares de América Latina, al menos con el mismo nivel de consistencia que se observan en la mayor isla de las Antillas.
Y cuando digo “Gracias Fidel” también le digo “Gracias” al Che, a Camilo, a Raúl, y a la gran mayoría del pueblo cubano. Un pueblo culto, educado, amable, cordial, y por sobre todas las cosas muy alegre, divertido y con una actitud tremendamente positiva frente a la vida.
Gracias Fidel.
Gracias por la Revolución.
Gracias por esta sociedad construida durante más de cinco décadas.
Gracias por la paz que se respira en todos los rincones de la isla. Cuba es uno de los países más seguros del mundo. Y esta seguridad no es producto ni de la casualidad ni del azar, ni tampoco del hecho de que los cubanos sean más pacíficos por naturaleza que otros pueblos de Latinoamérica y del mundo. Se trata de una paz y una seguridad trabajada y lograda desde el punto de vista político y social. Y no sólo desde la represión como falsamente se ha pretendido instalar, sino también y principalmente desde la prevención. En Cuba hay paz y seguridad por una multiplicidad de razones y factores:
Cuba es un país seguro fundamentalmente porque tiene un pueblo culto y
educado. El país tiene los mejores indicadores de alfabetismo de América Latina. En sus diferentes etapas, el sistema educativo cubano tiene un nivel de exigencia muy alto. La gente ya ha aceptado e internalizado, desde hace muchos años, que debe estudiar y esforzarse para rendir satisfactoriamente tanto en las escuelas primaria y secundaria como en la universidad. Este alto nivel educativo es una de las principales razones que explican la poca violencia que hay en Cuba. Porque un pueblo más rico desde el punto de vista cultural, no siempre pero sí mayoritariamente, es menos propenso a desarrollar la violencia y la agresividad en los diferentes ámbitos de su vida cotidiana, tanto a nivel familiar como social.
Esas frases que todo el tiempo vemos que se comparten en las redes sociales del tipo: “la paz se construye con tizas y no con balas” en Cuba no es un sueño ni una utopía sino una realidad concreta que se puede palpar a lo largo y ancho del país, no sólo en los pequeños pueblos sino también en los grandes conglomerados urbanos.
Cuba es un país seguro también porque la policía prefiere prevenir antes que reprimir. La mayoría de los policías que podemos ver en la calle no portan armas de fuego. No provocan a la gente sino que todo lo contrario: previenen los hechos de violencia para que no se produzcan.
Y también es un país seguro por dos decisiones estratégicas que oportunamente tomó Fidel: sacar las drogas y las armas de la sociedad cubana. Porque estos son los dos principales factores que potencian la violencia en los grandes conglomerados urbanos de América y del mundo: las drogas y las armas. Portar drogas duras o armas de fuego, constituyen delitos gravísimos en Cuba, que incluyen penas muy severas para los eventuales infractores.
Por eso digo Gracias Fidel. Por haber liderado política y estratégicamente a esta sociedad. Gracias también por haber construido el mejor sistema de salud de América Latina. Y hablo con conocimiento de causa porque me ha tocado trabajar en el sector sanitario de mi propio país. Conozco cómo funciona un sistema de salud. Y el cubano tiene un nivel de organización elevadísimo. El objetivo principal del sistema de salud en Cuba, además de prestarle servicios médicos a la población en forma totalmente gratis y con profesionales de primer nivel, es evitar que la gente se enferme. Y lo logran con un nivel de eficacia tremendamente alto. Trabajan con principal énfasis en la prevención de enfermedades. Y lo hacen a través de una red de médicos y enfermeros que tienen una presencia muy importante en todos los barrios, con una inserción muy fuerte en sus respectivas comunidades. Cuba es el ejemplo paradigmático más acabado y exitoso de la Atención Primaria de la Salud. Sus indicadores socio-sanitarios, como por ejemplo su bajísima mortalidad infantil, así lo demuestran.
Gracias Fidel también por inculcarle valores y una vida sana a la juventud. Las múltiples medallas que obtiene Cuba cada vez que se disputan los Juegos Olímpicos o Panamericanos tampoco son producto de la casualidad. Existe un apoyo total por parte del Estado a los jóvenes deportistas. Los talentos cubanos tarde o temprano llegan al éxito porque no se les escatima apoyo como lamentablemente sí sucede en otros países de nuestra región.
Gracias Fidel por tu firme y decidida defensa del Medio Ambiente y la Naturaleza. También en este tema fuiste pionero. Celebro que ahora se haya sumado a esta causa con una postura muy clara el Papa Francisco, denunciando a las grandes potencias industriales por su mayor responsabilidad en el deterioro ambiental. Cuba es según la ONG ecologista World Wildlife Fund (Fondo Mundial para la Naturaleza) el único país del mundo que tiene un desarrollo humano alto (fundamentalmente por sus elevados indicadores en Salud y Educación) que no destruye el Ambiente Natural.
Gracias Fidel por demostrarnos que el Che no estaba equivocado. Porque efectivamente en la práctica concreta se puede construir una sociedad cualitativamente mejor, que anteponga valores como la educación, la convivencia, la cultura y la solidaridad antes que el consumismo desenfrenado en el cual ha caído gran parte del mundo occidental. Aunque es cierto que durante estos últimos años estamos viviendo y experimentando cambios positivos que tienen entre otros emergentes a los gobiernos progresistas de América Latina y al Papa Francisco, quien a su manera y en su ámbito también está promoviendo transformaciones trascendentales que eran impensadas hasta hace poco tiempo atrás.
Gracias Fidel por demostrarnos que tampoco nosotros estábamos equivocados cuando en el pasado veíamos a Cuba como “El faro de América”. A muchos nos tocó vivir la adolescencia y la etapa universitaria en los años ’90. En ese entonces nos decían que no valía la pena soñar con una sociedad mejor porque según el discurso hegemónico imperante en aquel momento ya no había opciones: teníamos que resignarnos porque asistíamos supuestamente al triunfo final e inapelable del consumismo y el capitalismo salvaje. Recuerdo que ante tamaña prepotencia muchos sentíamos durante aquellos años que Cuba era prácticamente nuestra única esperanza. El típico ejemplo que una y otra vez citábamos para refutar el paradigma neoliberal que en ese entonces querían imponernos. Y vos y tu pueblo nos demostraron lo bien que hicimos en confiar en ustedes durante aquellos momentos difíciles. Hoy, con otra perspectiva histórica, se hace aún más heroica la resistencia cubana durante la década del ’90, que no hizo más que evidenciar los sólidos cimientos sobre los cuales está construida la Revolución.
Gracias Fidel por la esperanza, por el humanismo y por la gran fortaleza espiritual que han demostrado vos y tu pueblo. Gracias por soñar, por luchar y por haber sido la vanguardia de la dignidad que ha servido de guía en el camino de la emancipación para los pueblos de nuestra joven y querida América Latina.
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