viernes, 1 de enero de 2016
Cuba, Patria, Revolución, Silvio: Mérito de sus hijos
Ella salió denuda
Ella salió desnuda de la casa
llevando sólo piel por pertenencia.
No soportó la soga y la mordaza
y se lanzó consigo y su conciencia.
Se fue por el camino del origen
donde se enamoraba a cada instante.
Fue repartiendo su justicia virgen
y transformando enanos en gigantes.
Sobre su cabeza silbaban
las palabras del viejo, la maldición:
“Pronto tu pasión será nada
porque por lo que tengas tendrás valor.
Te cerraré el paso a mi bolsillo,
los mercaderes, las caravanas.
Pronto tus ojos no tendrán brillo
y te dirán plaza sitiada”.
Pero bajó desnuda a los abismos
tan hondo como nunca se había estado,
adonde el hambre pudre con cinismo
donde el sol era un sueño imaginado, imaginado.
Y despertó países, continentes,
porque era así y no se avergonzaba
curaba enfermos de paciencia y muerte
con su poción de extracto de granada, de granada.
Que bella es, que bella caminando,
pero que bella esa mujer desnuda.
Que tonto es el que no está mirando
esa bella mujer se llama Cuba, se llama Cuba.
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