La congresista cubanoamericana Ileana Ros-Lehtinen acaba de declarar su apoyo a un cambio en la Ley de Ajuste Cubano, CAA (Cuban Adjust Act, por sus siglas en inglés), uno de los instrumentos fundamentales en la política de EE.UU. contra Cuba.
A primera vista, pudiera parecer que la representante a la Cámara por el Sur de la Florida, célebre por su hostilidad hacia el gobierno de La Habana, coincide con la denuncia cubana del carácter asesino de una legislación que iguala inmigrantes legales e ilegales y ha llevado a la muerte a no pocas personas que por propia iniciativa o en manos de traficantes sin escrúpulos se han lanzado al mar en busca de ventajas migratorias sólo existentes para los nacidos en la Isla.
Datada en 1966, esta ley permite a cualquier cubano que pise el suelo estadounidense obtener la residencia permanente al año y un día de hacerlo. Así se generó la constitución del llamado “exilio histórico”, caracterizado por su extremismo en las posiciones sobre Cuba, que al facilitárcele el acceso a la ciudadanía norteamericana se constituyó en base electoral de quienes por la vía del terrorismo, el narcotráfico y oscuras inversiones inmobiliarias amasaron fortunas y generaron una red de de influencia política, económica y mediática para nada subestimable.
Pero a pesar de lo anterior, los cubanos residentes en Estados Unidos, ya no se identifican de la misma manera con el “exilio histórico” y sus representantes políticos. En 2011, un estudio del Cuban Research Institute (CRI) dio como resultado que el 71 % de los nacidos de padres cubanos en Estados Unidos apoya restablecer las relaciones entre ese país y Cuba, con igual proporción entre los que arribaron con posterioridad a 1994.
En el mismo año 2011, según las autoridades de Cuba, unos cuatrocientos mil cubanos residentes en el exterior -en su mayoría procedentes de los Estados Unidos- visitaron su país de origen, echando por tierra el concepto de “exilio” fabricado por los medios de Miami y enarbolado por políticos como Ileana Ros-Lehtinen. Algo que hizo concebir a mediados de 2012 al senador Marco Rubio, y al entonces representante a la Cámara David Rivera, una legislación para “ajustar” la Ley de Ajuste que quedó en intenciones pero ahora vuelve a tomar fuerza como una respuesta represiva contra la apertura migratoria dada a conocer por el gobierno cubano a fines del pasado año. La nueva regulación cubana permite a quienes salgan de la Isla permanecer fuera de sus fronteras hasta dos años sin realizar ningún trámite, elimina el permiso de salida y facilita la relación con los cubanos que ya residen en el exterior.
Interrogada por el periodista miamense Wilfredo Cancio Isla -el mismo que cobró onerosamente del gobierno norteamericano por demonizar a los cinco cubanos condenados por buscar allí información para evitar actos terroristas- sobre si “apoyaría un cambio en la Ley de Ajuste Cubano (CAA) para cerrar las brechas que presenta respecto a personas que dicen ser perseguidos y luego viajan con frecuencia a Cuba”, Ileana Ros-Lehtinen descubrió el agua tibia:
“Sí, estoy a favor de un cambio en la CAA para que aquellos que usan este beneficio singular y único que es solo para nacionales cubanos, no puedan regresar de visita a Cuba. No se puede afirmar que uno podría ser perseguido por razones políticas en Cuba y, al mismo tiempo, regresar de visita”
Las autoridades migratorias cubanas acaban de declarar que están listas para implementar a partir del próximo lunes 14 de enero la nueva política migratoria, pero al menos en Miami, y también en Washington, la situación es algo diferente. (Publicado en CubAhora)
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