jueves, 6 de marzo de 2008

Cuba: inédita construcción del Socialismo, Por Noel Manzanares Blanco


Sobre la actual situación histórico-concreta de Cuba, adelanto la tesis cardinal que sostengo: visto el asunto al calor de la complejidad de su dinámica endógena, jamás pueblo alguno ha emprendido un proceso de positiva transformación de la persona-sociedad-naturaleza en medio de los factores exógenos que simultáneamente gravitan contra la mayor de las Antillas: múltiples y prolongadas agresiones yanquis vs. el pueblo cubano en las esferas militares, ideo-políticas y socio-económicas; una coyuntura económica internacional adversa, caracterizada por el crecimiento acelerado del costo de los alimentos y otras imprescindibles mercancías que compramos; y la necesidad de enfrentar las consecuencias de desastres climatológicos, de magnitud y frecuencia crecientes.

El antecedente más cercano al escenario que sucintamente acabo de describir data de algo más de tres lustros, momento en que por obra y gracia al derrumbe del socialismo de corte soviético abruptamente Cuba perdió el peso fundamental de su Comercio Exterior, su poder adquisitivo cayó estrepitosamente y su Producto Interno Bruto (PIB) descendió en un 35 %. En tal contexto, se incrementaron las zancadillas del “Norte revuelto y brutal”. Allende los mares, muchos creyeron que seríamos la próxima víctima. Todo indicaba a la materialización del efecto dominó. Hasta el sabio norteamericano Noam Chomsky dudó sobre la marcha triunfal del Socialismo cubano.

Sin embargo, las masas cubanas resistieron el extraordinario golpe, y paulatinamente remontaron la situación. En ello jugó un papel decisivo la voluntad y cultura de resistencia-creación de las masas, amén de la claridad estratégico-táctica de la Dirección del Partido Comunista de Cuba (PCC), particularmente de su Primer Secretario, el compañero Fidel Castro.

Hoy por hoy, el pueblo cubano disfruta de bondades que ni siquiera son sueños para la inmensa mayoría de los habitantes del planeta Tierra. Baste decir que tenemos educación gratuita, incluso para los estudios universitarios, extendidos ahora a todos los municipios del país, donde estudian más de dos tercios de los jóvenes entre los 18 y 24 años. Este dato sirve para explicar el porqué algunos estudiosos de la dinámica social certifican que Cuba es una suerte de país-universidad, aspecto que confirma nuestras potencialidades para convertir al capital humano en la principal fuerza productiva de la nación. Una muestra de esta afirmación usted la halla en el trabajo “Luz para Cuba y el mundo” (www.kaosenlared.net, 22/11/07).

Otras enhorabuena se encuentran en Cuba: PIB y bienestar de la persona (www.cubasocialista.cu, 26/11/07), lo que me libera de la necesidad de insistir en qué significa que tengamos hoy una esperanza de vida que se enrumba a los 80 años, que la mortalidad infantil sea de 5,3 por cada mil nacidos vivos y que las personas tengan igualdad de oportunidades para su desarrollo individual –racionalmente visto el asunto. Informes recientemente publicados por Organismos Internacionales reconocen los indiscutibles logros de Cuba en el 2007. A modo de ejemplo, aparece:

La Organización de Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura (UNESCO) concluyó en su informe anual, que Cuba es el único país de América Latina y el Caribe que cumplirá la Meta del Milenio de Educación para Todos, ocupando el primer lugar con un Índice Alto.

• El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en su informe anual sobre Desarrollo Humano, clasifica a Cuba, entre los países con Desarrollo Humano Alto, siendo el país que con menos ingresos per cápita alcanza esta calificación. En ello inciden, entre otros, los indicadores de esperanza de vida al nacer y de educación.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), al emitir su informe sobre el Panorama Social en América Latina y el Caribe, identifica a Cuba como el país de la región que más recursos destina de su Producto Interno Bruto para los gastos sociales, triplicando, como promedio, lo que destinan los países de la región a estos sectores.

Puntualmente, merece ser destacado un dato que expuso Cuba en la XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno efectuada en Chile, el 9 de noviembre de 2007: Las prisiones están siendo convertidas en centros de trabajo y de estudios, mientras la sociedad se prepara para recibir a los reclusos y brindarles el apoyo necesario y justo que requieren. Este programa comprende ya a todos los centros penitenciarios del país. Un joven preso es también responsabilidad de la sociedad y esta debe esforzarse por ayudarlo a rectificar su error.

El sostén de todo lo anterior se halla en el positivo balance de la economía socialista del archipiélago nacional, cuyo PIB en el 2007 creció 7,5 %, superando en 2,1 % al mostrado por el Sur del Río Bravo, donde Cuba logra el quinto lugar entre los 33 países que se computan por la CEPAL. Así lo hizo saber José Luis Rodríguez, ministro de Economía y Planificación, en la última sesión ordinaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular (www.juventudrebelde.cu, 28/12/07). He aquí una muestra de la tendencia que exhibe la recuperación del país desde el 2004.

Respecto al plano exterior, quizás lo más ilustrativo de la práctica del Internacionalismo de parte del socialismo cubano se encuentre en el sector de la Salud pública, especialmente alrededor de los resultados de la Operación Milagro (miles y miles de humildes ciudadanas y ciudadanos de América Latina y el Caribe han recuperado y/o mejorado la vista, en el marco de la Alternativa Bolivariana para las Américas –sin excluir el apoyo de Venezuela); mientras que en el ámbito de la educación, el método educativo cubano Yo, sí puedo se ha validado en más de quince países, con la correspondiente contribución a terminar con el analfabetismo en los pobres de la Tierra. Además, se reconoce la invariable posición de Cuba en defensa de los derechos e intereses del Tercer mundo, incluido su actual papel al frente del Movimiento de Países No Alineados.

Incluso el Canciller Felipe Pérez Roque, ante el Consejo de Derechos Humanos recordó que el año 2007 fue también el de la histórica victoria de Cuba en ese órgano de las Naciones Unidas, disfrutada y celebrada igualmente por todos los que admiran la firmeza y la honestidad con la que nuestro país ha enfrentado y enfrenta todavía la mentira y la manipulación mediática. Por cierto, allí sentenció: “Por eso ahora y no antes, hemos invitado otra vez a un Relator del Consejo y, si persiste el clima constructivo que hoy prevalece y no se reanuda la campaña contra Cuba, en el futuro invitaremos a otros”. “Por eso ahora y no antes, hemos firmado los Pactos Internacionales de Derechos Humanos”. “Por eso ahora y no antes, nos disponemos a trabajar seriamente para presentarnos en el 2009 al Mecanismo de Examen Periódico Universal” (www.juventudrebelde.cu, 3/3/08).

No obstante, se impone eliminar serios problemas, errores y tendencias negativas. Se impone rectificar-perfeccionar el rumbo. Por esta senda, resulta imprescindible continuar la construcción de la invulnerabilidad militar, y todavía más y mejor la vinculada con los espacios socioeconómico e ideopolítico de la Revolución. Podemos y debemos ser más eficientes y ahorrativos, mandar nuestras chapucerías al basurero, luchar contra las indisciplinas, las ilegalidades, el delito y la corrupción, y contra las inmoralidades que están presentes y actuantes. Sin dudas, estos males dificultan el bienestar de nuestra gente.

En línea con la agresividad del imperialismo yanqui –sin perder de vista que el Plan Bush contempla un anexo secreto para destruir la Revolución, más todavía en su última versión–, es imprescindible que cubanas y cubanos nos afinquemos como nunca en la máxima del General de Ejército Raúl Castro, Segundo Secretario del Comité Central del PCC, según la cual se gana la guerra evitándola, para lo que no importa los sacrificios que haya que hacer. Así, carece de casualidad el que a partir de agosto de 2006 se haya activado más el sistema defensivo cubano, y que reservistas y milicianos se incorporen por un tiempo a sus respectivas unidades militares para cumplir su guardia por la Patria.

Igualmente carece de casualidad el hecho que el compañero Fidel, al meditar profundamente en el discurso por el aniversario LX de su ingreso a la Universidad de La Habana, expusiera:


“…les pido a todos, sin excepción, que reflexionen: ¿Puede ser o no irreversible un proceso revolucionario?, ¿cuáles serían las ideas o el grado de conciencia que harían imposible la reversión de un proceso revolucionario? Cuando los que fueron de los primeros, los veteranos, vayan desapareciendo y dando lugar a nuevas generaciones de líderes, ¿qué hacer y cómo hacerlo? Si nosotros, al fin y al cabo, hemos sido testigos de muchos errores, y ni cuenta nos dimos” (www.cuba.cu, 17/11/05).

Al ser consecuente con ese pensamiento de Fidel Castro, sería un imperdonable error disminuir, subestimar u obviar la gravedad del asunto –los peligros reales y potenciales que tiene ante sí el sistema político cubano.

Hay que reconocer que determinados segmentos del pueblo está bajo los efectos de la sociedad de consumo; que se ha asistido al deterioro de algunos valores, pues las indispensables medidas que hubo que aplicar dejaron su impronta negativa; ha llegado a constituir un problema lo relacionado con las ilegalidades y la corrupción; en muchos se ha transfigurado el concepto de luchar, y en el barrio no siempre se ha combatido el delito como es debido; y como si fuera poco, están quienes se creen el cuento de que si a Cuba regresa el capitalismo, tendrían bondades a diestra y siniestra.

En este orden de ideas, por un lado ni remotamente se debe pasar por alto que las masas en Cuba están sometidas a un descomunal bombardeo propagandístico desde hace casi media centuria, a partir de decenas de medios masivos de desinformación; y más de una vez no se ha podido o no se ha sabido dar la mejor respuesta para cada uno de los casos que ha sido víctima potencial o real del diversionismo ideológico.

Por otro lado, resulta que alrededor del 70 % de la población cubana nació tras el 1ro de enero de 1959, y de esa cantidad aproximadamente un terció vino al mundo, alcanzó la adolescencia y se convirtió en adulta al amparo de los últimos muy gloriosos y, a la vez, muy difíciles 15 años de Período Especial, momentos en que –por ejemplo– al tiempo que la mujer cubana se convertía en Heroína indiscutible de este entonces, no faltaron las que les vendieron su alma al mismísimo diablo.

Entre tanto, no presentan el mismo valor para todas las generaciones las conquistas de la Revolución. Incuestionablemente, al alcanzar el poder político, los campesinos pasaron a ser dueños de las tierras que trabajaban; los obreros se convirtieron en propietarios de las fábricas; institucionalmente, desapareció la discriminación por concepto de raza, sexo y edad; la ciudadanía cada vez ha recibido más y mejores servicios de educación, salud, cultura… Pero las evaluaciones al respecto luego se alejan de su justa dimensión.

Consecuente con la complejidad que vivimos en el archipiélago nacional, la Máxima Dirección de la Revolución está estudiando con profundidad nuestros complejos y difíciles problemas; está convocando a dirigentes y trabajadores de fila a identificar con precisión y valorar con profundidad cada problema en el radio de acción; y simultáneamente nos exhorta a un quehacer revolucionario con más organización, más trabajo sistemático y efectivo, más estudio y previsión a partir de una planificación basada en prioridades claramente establecidas –según el análisis realizado por el compañero Raúl Castro el pasado 26 de julio en Camagüey (ver: www.granma.cu, 27/7/07).

Puntualmente, “estamos examinando, por ejemplo, todo lo relacionado con la implementación oportuna de las ideas del compañero Fidel sobre la ‘progresiva, gradual y prudente reevaluación del peso cubano’ –son los términos exactos que empleó en marzo del 2005. Al propio tiempo, profundizamos en el fenómeno de la doble moneda en la economía” –señaló el Presidente Raúl Castro en las conclusiones de la sesión constitutiva de la VII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular en el Palacio de las Convenciones, el pasado 24 de febrero, precisando acto seguido:

“Estas cuestiones son realmente sensibles y complejas, cuando, como es nuestro caso, existe la firme voluntad de proteger e ir incrementando de modo paulatino los ingresos y ahorros de la población, en especial de quienes reciben menos.

“Para evitar efectos traumáticos e incongruencias, cualquier cambio referido a la moneda debe hacerse con un enfoque integral en el que se tengan en cuenta, entre otros factores, el sistema salarial, los precios minoristas, las gratuidades y los millonarios subsidios que actualmente suponen numerosos servicios y productos distribuidos de una forma igualitaria, como los de la libreta de abastecimiento, que en las actuales condiciones de nuestra economía resultan irracionales e insostenibles” (www.granma.cu, 25/2/08).


He citado al compañero Raúl porque a mi modo de encarar el asunto en cuestión sus palabras expresan con claridad meridiana de qué estamos hablando. El tema no se soluciona desde un laboratorio, como algún pretendido sabio pudiera pensar y hacer propuestas raigalmente idealistas. Más de una vez he dicho ante mis estudiantes con una buena dosis de ironía: “Desde la sala de mi casa yo hago campeón nacional de béisbol al equipo de Camagüey”. Entonces, desatinado es dejar de reconocer que Cuba asiste a una inédita construcción del Socialismo –sistema que está en estado infantil respecto al Capitalismo, el que por lo menos data de más de quinientos años.

Es a través de un pensamiento dialéctico y sustancialmente revolucionario-creador, y de un quehacer acompañado de la sabia del poeta español Antonio Machado según la cual no hay caminos, se hace camino al andar, la manera conquistar el cielo por asalto. Personalmente estoy convencido de que aun cuando hayamos superados las limitaciones materiales que nos embargan, el éxito de nuestra marcha triunfal gira alrededor de la aprehensión de VALORES en infantes, adolescentes, jóvenes y adultos.

Así, con la cosmovisión de nuestro Héroe Nacional, José Martí, debemos alimentar la dignidad o sea, el respeto a sí mismo, a la patria y a la humanidad basados en que la ley primera de nuestra República se asiente en el culto al decoro pleno de la persona; el patriotismo, es decir la lealtad a la historia, la patria y la Revolución socialista, y la disposición plena de defender sus principios para Cuba y el universo; y la responsabilidad, que es el cumplimiento del compromiso contraído ante sí mismo, la familia, el colectivo y la sociedad.

También, con la impronta del compañero Fidel Castro hemos de asumir el humanismo como el amor hacia los seres humanos y la preocupación por su desarrollo pleno sobre la base de la equidad, con la convicción de la necesidad de “ser tratados y tratar a los demás como seres humanos”; la honestidad, que implica sinceridad y lograr armonía entre el pensamiento, el discurso y la acción y, sobretodo, “no mentir jamás ni violar principios éticos”; y la justicia, interpretada como el respeto a la igualdad social que se expresa en que los seres humanos sean acreedores de los mismos derechos y oportunidades, sin discriminación por diferencias de origen, edad, sexo, ocupación social, desarrollo físico, mental, cultural, color de la piel, credo y de cualquier otra índole; y con el firme propósito de “luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo”.

Asimismo, hemos de afianzar en la médula de nuestras almas la solidaridad, entendida como el comprometimiento en idea y acción con el bienestar del prójimo en la familia, la escuela, los colectivos laborales, la nación y hacia otros países; la laboriosidad, que constituye el máximo aprovechamiento de las actividades laborales y sociales que se realizan a partir de la conciencia de que el trabajo es la única fuente de riqueza, un deber social y la vía para la realización de los objetivos sociales y personales; y la honradez, reflejada en la rectitud e integridad en todos los ámbitos de la vida y en la acción de vivir de su propio trabajo y esfuerzo

Con todos estos presupuestos, apuesto a que en el futuro los nublados en la mayor de las Antillas se irán desapareciendo tanto más si cubanas y cubanos creamos cada día una obra mejor, mayor aún en la magnitud en que adquiera cuerpo concreto el concepto de Revolución expuesto por el Comandante en Jefe Fidel el 1ro de mayo de 2000:

“Revolución es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos; es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional; es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio; es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo; es luchar con audacia, inteligencia y realismo; es no mentir jamás ni violar principios éticos; es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas. Revolución es unidad, es independencia, es luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo”(www.cuba.cu, 1/5/00).

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