domingo, 3 de agosto de 2008

Rafael Correa y los hermanos Isaías: ¿cuándo, en Italia, sabremos hacer lo mismo? Por Ida Garberi*


"Es bonito morir por lo que uno cree;
quien tiene miedo muere cada día,
quien no tiene miedo muere una sola vez"

Paolo Borsellino, juez italiano víctima de la mafia


Estas modestas líneas quisiera dirigirlas al presidente democráticamente electo del Ecuador, Rafael Vincente Correa Delgado, y en primer lugar, felicitarlo por la operación contra los hermanos Isaías, y luego porque quizá también pueda explicarle a nuestro querido presidente italiano Giorgio Napolitano -también democráticamente electo- como se puede denunciar a "respetables" banqueros estafadores, confiscar las propiedades adquiridas con dinero sucio para devolverles el dinero a los pobres clientes estafados.

Que me disculpen la ironía pero, los nobles ciudadanos del primer mundo, los que nosotros creemos tan respetables y superiores, no fueron nunca capaces de tanta honestidad.

¡Y hay más!, Rafael Correa pidió a los Estados Unidos la extradición de los dos mafiosos, porque ¡qué casualidad!, ¡escaparon! Adivinen a dónde... claro que sí, justo a Miami!!!!

Bueno, fueron claramente a casa de amigos seguros, en una ciudad dónde la mafia es dueña de todo y de todos, donde también el querido Noboa reside (para quedar en el "campo ecuatoriano") o dónde podemos encontrar otras "perlas mafiosas" como Posada Carriles, reo confeso de la explosión, en pleno vuelo, de un avión cubano con 73 personas a bordo y cabecilla de innumerables atentados dinamiteros en La Habana, entre cuyas las víctimas recordamos al pobre Fabio Di Celmo, turista italiano que tuvo la única culpa de encontrarse en el lugar equivocado en el momento equivocado…

Ah, que me disculpe, presidente Napolitano, no es que a lo mejor a nuestro gobierno también le toca el deber de procesar al querido Posada Carriles? ¿Pedir también la extradición de un mafioso? Fabio era italiano, un ciudadano honesto que respetó sus deberes y creo que el estado tendría al menos el deber de respetar los derechos de su familia, de su padre Giustino Di Celmo, que está ya pidiendo justicia hace demasiado tiempo. En septiembre del 2008 se cumplirán 11 años.

Y en el mismo mes de septiembre se cumplirán 10 años que también estamos esperando justicia por Cinco compañeros cubanos, literalmente prisioneros políticos de la injusticia de Miami, allí dónde la mafia dicta leyes y sentencias absurdas.

Volviendo a los hechos, este gran presidente Correa llevó a la práctica, es decir, hizo realidad, lo que la justicia de su país tuviera que haber hecho ya hace diez años y nadie tuvo el coraje, o para decir mejor, el interés de hacer. Desde las palabras de su campaña electoral Correa pasó a los hechos. ¡Qué me disculpen otra vez si lo repito, es que yo en Italia no vi prácticamente casi nunca, que las promesas más peligrosas fueran en su momento puestas en práctica: los italianos están acostumbrados al desenlace feliz, con "rosquillas y vino" (sin seriedad)!!!!!

En Ecuador, al revés, el gobierno lo hizo en serio, y a las primeras horas de la mañana del martes 8 de julio del 2008 dispuso, con la solicitud de la Agencia de Garantía de los Depósitos (AGD), la incautación de hasta 195 empresas del grupo Isaías, entre las cuales había tres importantes cadenas televisivas nacionales: Gamavisión, TC-Televisión y Cablenoticias. El grupo Isaías es el holding de los hermanos William y Roberto Isaías Dassum, que se fueron para los Estados Unidos en el 2000 después de la orden de captura emitida por la quiebra de la identidad financiera Filanbanco, que era de su propiedad.

El AGD se creó para recobrar el dinero que los institutos bancarios insolventes saquearon a sus clientes, y hasta hoy tuvo una vida muy difícil, prácticamente fue imposibilitada a actuar, amordazada por los gobiernos de turno. Además, la prestigiosa economista que la dirigió, Wilma Salgado, fue perseguida y amenazada por la "demasiada eficiencia" y el "demasiado amor al trabajo". Y quién en cambio, no tuvo el mismo amor por el trabajo fue el ex ministro de la economía, Fausto Ortiz, que abandonó la nomina para no compartir esta operación y para no tener el coraje de apoyarla. Y aquí otro golpe de efecto: la misma Wilma Salgado vio reconocido su trabajo y fue nombrada Ministro de economía por Correa.

Sigo sin creer que todo esto sea verdadero, parece una película, o mejor, para nosotros, los italianos, parece un cuento de ciencia-ficción, ya que estamos acostumbrados a ver siempre vencer a quien tiene el poder del dinero; al fin, para nosotros, es todo normal cuando vence quién es más rico, en el "próspero" capitalismo neoliberal.

¿Pero, disculpen, será posible, en la Italia de hoy, que Berlusconi finalmente pueda pagar por todas sus ilegalidades, por todas sus estafas, por todos sus abusos de poder? ¿Pero alguien se preocupó del hecho que Rete4 (una cadena televisiva privada de Berlusconi) es totalmente abusiva y que su verdadero dueño legal ganó desde el 1999 todas las causas judiciales, también a nivel europeo?

¿Cómo podemos pretender justicia de un Primer Ministro, que como dice Antonio Di Pietro, líder del partido "Italia dei Valori", "es un verdadero abusivo de las instituciones democráticas"?

Y ya, gracias a sus redes televisivas, abusivas o no, Berlusconi se creó un entorno de golpe de estado, no nececitó el ejército, creó una imagen falsa y tranquilizadora, manipuló a los electores amordazando los medios de comunicación. Ahora está cambiando las leyes a su favor para conseguir la completa inmunidad.

Tristemente, este cuadro hace volver a aparecer la mafia, aquella llaga que nosotros los italianos llevamos encima desde siempre, estamos dando la peor imagen de nosotros, desde la post guerra. Y ya no es tampoco la mafia más o menos escondida, que con sus tramas oscuras, trató de llegar a todo los sitios y ahogar en el chantaje de "o conmigo o muerto".

Ahora, en la persona de Berlusconi, es arrogante y vulgar, se siente invencible y no trata tampoco de esconderse: tiene razón, llegó democráticamente al poder. Es decir, ganó hasta las elecciones.......

Es triste que todo esto todavía suceda hoy, que después de 16 años de las matanzas que tuvieron como víctimas a dos magistrados ejemplares que lucharon contra la mafia, Falcone y Borsellino, nuestro querido presidente de la República haya sido capaz de afirmar sólo estas tibias palabras a los familiares de las víctimas: "Renovar cada año el recuerdo de Paolo Borsellino y su escolta constituye el preciso reconocimiento que el País tributa al drama vivido de vosotros y al ánimo con el que habéis sabido afrontarlo en los largos años transcurridos. El dolor y el desaliento por la matanza de la calle D'Amelio quedan vivos en la memoria de todos. La inaudita violencia con que se golpeó un magistrado ejemplar, constantemente ocupado en el contraste a la criminalidad organizada suscitó en el País - ya señalado por el bárbaro atentado de Capaci (donde murió el juez Falcone)- una estación compartida de lucha contra la brutal espiral mafiosa".

¿Cuál lucha, presidente? ¿Cuántas detenciones hasta ahora? No creo que recordar sea bastante, necesitamos de HECHOS CONCRETOS.

Giuseppe Ayala, el Fiscal del proceso antimafia contra estos homicidios, publicó hace pocos días un libro donde afirma, haciéndonos congelar la sangre en las venas: "El Estado decidió pararse, él mismo, justo en el momento en que estaba registrando resultados excitantes. ¿Y por qué? Porque el estado lleva la mafia dentro. Que levante la voz quien es capaz de dar otra respuesta plausible".

El mismo Borsellino definió qué cosa es la lucha contra la mafia: "La lucha contra la mafia tiene que ser ante todo un movimiento cultural, que acostumbra a todos a oler la belleza del fresco perfume de la libertad que se opone a la peste de la moral comprometida, de la indiferencia, de la contigüidad y por lo tanto, de la complicidad".

Yo creo que en este momento en Quito el pueblo puede respirar un fresco perfume, puede tener la fe de que hay voluntad, que este cambio de época siempre enunciado por Correa es real y concreto.

¿Y en Italia, cuánto tiempo tenemos que esperar para tener un cambio radical de época, para tener confianza en nuestros políticos, que puedan trabajar en efecto por el bien de todos sin distinción, y no sólo por el interés de pocos?

*la autora es la responsable de la página en italiano de Prensa Latina

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