viernes, 5 de septiembre de 2008

Mérito en la educación cubana, por Noel Manzanares Blanco

Por estos días del año pasado, escribí “Matices de la educación en Cuba” (www.cubasocialista.cu 01/09/2007) cuyo texto considero con vigencia, tanto más si se complementa con la información ofrecida por Ena Elsa Velázquez Cobiella, Ministra de Educación en la mayor de las Antillas, en conferencia de prensa previa al inicio del curso escolar 2008-2009 reconocida por Margarita Barrio en “Cuba lista para iniciar el curso escolar el próximo 1ro. de septiembre” (www.juventudrebelde.cu 27/08/2008).

En esencia, he sostenido que si la dinámica de la Revolución Cubana se hubiera limitado al entorno de la educación institucionalizada, eso solo la avalaría para ocupar un lugar destacado a escala universal. Para corroborarlo, bastaría una mirada a los resultados tangibles en las Ciencias Informáticas y la Biotecnología.
A juzgar por lo que he podido compilar, es necesario fijar la vista en la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI) ubicada en la capital cubana, cuyo surgimiento quedó asociado a una reunión de la Batalla de Ideas efectuada el 23 de marzo del 2002, en la cual el compañero Fidel Castro argumentó cómo ella podría convertirse en una potente fuerza científica y económica para el desarrollo acelerado del país.

A esta altura, demuestra la pertinencia de la UCI el hecho de que su principal prioridad sea el desarrollo de programas de computación destinados al sistema de salud, la educación y el Polo Científico, entre otras áreas. Su introducción permite que nuestros médicos puedan hacer un uso más eficaz de las imágenes que aportan los equipos de diagnósticos de alta tecnología que se están instalado o en vía de instalación en los hospitales del país –por citar un ejemplo.

Así, la UCI se ha convertido en centro de referencia para la industria nacional del software, con productos de altísima calidad, afincada en un modelo de universidad productiva que integra el talento y el conocimiento de esta rama en toda la nación, e incluye a los estudiantes de los Politécnicos de Informática. Su eco se extiende a la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), con toda una enhorabuena acompañante.

Quizás lo que continúa ilustre inequívocamente la validez y viabilidad de la UCI: el crecimiento de sus exportaciones de software y de una amplia gama de servicios informáticos que incluyen soluciones tecnológicas integrales (contemplan la integración de hardware y software, la instalación del producto, el adiestramiento de especialistas y las operaciones de postventa), ha aportado ingresos superiores a lo que ha costado la inversión de esta institución científica –según testimonio del Doctor Melchor Gil Morel, Rector de esa Casa de Altos Estudios.

Respecto a la Biotecnología, Cuba labora en la creación de una vacuna terapéutica contra el virus del papiloma humano, al cual se vincula prácticamente al 100 % de los cánceres del cuello uterino en todo el mundo; al tiempo que científicos del patio trabajan en la confección de un gel para el tratamiento de las lesiones a nivel de cuello del útero.

Asimismo, gracias a la Biotecnología autóctona –industria vedada incluso a equis países desarrollados-, Cuba cuenta con más de 20 bio-fármacos incorporados al sistema nacional de salud, vacunas novedosas con tecnología propia, acceso de la población a productos de última generación (interferones, anticuerpos monoclonales…–todo al alcance de quien lo requiera, sin discriminación por concepto de ideología). Además, se labora en aras de una vacuna contra el SIDA, cuyos resultados parciales son prometedores; sin descartar la exportación de rublos de esta rama a más de 50 países.

Según el Doctor Luis Herrera, Director del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, se dan pasos positivos en aras de una vacuna contra el dengue, y en la identificación de productos que pueden inhibir la multiplicación del virus; mientras que en este 2008 queda el registro sanitario de una vacuna pentavalente líquida, con cinco componentes elaborados en la nación cubana.

Puntualmente, como base de estas y otras realizaciones biotecnológicas, Cuba cuenta con 52 instituciones que integran unos 12 mil trabajadores, de ellos 7 mil científicos.

También, destaca lo siguiente: cuanto hemos logrado en esta rama no es resultado de la competencia de mercado entre estos centros, pues en el marco del predominio de las relaciones de producción capitalistas es muy difícil alcanzar tales éxitos. Cuanto hemos obtenido es consecuencia de la cooperación entre las instituciones vinculadas a la ciencia al servicio del bien humano, las que investigan, producen, exportan y revierten parte de sus ingresos, amén de que sus proyectos no son simples gastos presupuestados, sino inversiones con estudios de impacto económico y tasas de retorno esperadas –certificado por Osvaldo Martínez, Presidente de la Comisión Económica del Parlamento de la nación.

Ahora me viene a la memoria la certeza de nuestro Comandante en Jefe en la primera graduación de la Escuela Latinoamericana de Medicina, efectuada en La Habana el 20 de agosto de 2005, cuando expresó: “... el capital humano puede más que el capital financiero. Capital humano implica no solo conocimientos, sino también y muy esencialmente conciencia, ética, solidaridad, sentimientos verdaderamente humanos, espíritu de sacrificio, heroísmo, y la capacidad de hacer mucho con muy poco”.

He aquí milagros terrenales de la Revolución que vio la luz en nuestro Caimán Verde hace casi medio siglo. He aquí prueba fehaciente del Mérito en la educación cubana.

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