domingo, 12 de diciembre de 2010

Cuba: el derecho a la salud es un bien imponderable

Por Miriam Velázquez Rodríguez

Foto: Reinier Dávalos Peña
El 24 de septiembre último, Ceylis de la Caridad Montalvo llegó al mundo. Como todo alumbramiento trajo consigo el alegrón familiar, mas, en su caso existían motivos para preocuparse. Su progenitora no contaba aún con el tiempo de gestación requerido; de ahí que la niña al nacer pesara solo mil 390 gramos, algo más de tres libras. Tan pequeñita necesitaría, pues, de cuidados especiales.

De inmediato fue remitida a la Sala de Neonatología del propio hospital ginecobstétrico Julio Alfonso Medina, de esta ciudad. Allí, desde entonces, un grupo de profesionales no escatimó esfuerzos ni recursos hasta verla completamente saludable. A los pocos días Ceylis ya estaba de vuelta al hogar y su mamá, la jovellanense Sulysnaylis Leonard González, aún no sabe cómo retribuir tanto desvelo y atenciones.

Yariseydis Abreu, quien dio a luz una bebita que, por razones más o menos semejantes, tuvo que permanecer dos meses en dicho lugar tampoco halla el modo de gratificar el trato amable de todos los que allí laboran, de esas personas a quienes les debe el milagro de tener en sus brazos y gozando de perfecta salud a su niña Emelys.

Estas historias fueron contadas en el trabajo titulado Sala de Neonatología del hospital materno matancero: Cuidados que estremecen, en nuestro sitio web, que reflejaba el quehacer de  trabajadores de esta sala y su empeño de ver vivaces y sanos a los recién nacidos.

Pero las redes sociales brinda entre sus beneficios la posibilidad de compartir historias como estas. Así, pues, la foto que acompañó este trabajo en Facebook conmovió a Idalmis Matos, una guantanamera que no pudo contener las ansias de contarme en un mensaje su experiencia personal. Así relata lo sucedido a su hija que a los cinco meses de gestación vino al mundo pesando apenas 2, 11 libras. “Era solo piel sin cejas ni pestañas, en sí era un fetico”, dice.

Mas, el amor convierte en milagro el barro y la pequeñita después de permanecer tres meses en la sala de terapia intensiva en el hospital provincial de Guantánamo logró sobrevivir.  Allí estuvo siempre rodeada de atenciones, le hicieron transfusiones de sangre, le suministraron medicamentos a través de una jeringuilla, le hicieron de todo y su familia jamás tuvo que pagar un centavo.

Idalmis tenía solo 17 años y recuerda cómo se la devolvieron cuando ya pesaba cinco libras y desde entonces no se separaron jamás. Estuvo durante ese tiempo en el hospital sin coger un rayito de sol, pero feliz de poder tener a la bebita entre los brazos. Decidió llamarla Idailis, pero todos la conocen por Milagros. Hoy, a la distancia de  20 años solo lamenta no haberle tirado una foto igual para demostrar cuán maravillosa es la medicina cubana.

Cuba, una nación constantemente bloqueada hasta en materia de Salud es ejemplo ante el mundo de la atención y protección a los niños, su cuidado y  bienestar.  En las salas de Neonatología, Unidades de Cuidados Intensivos, en la atención primaria, hospitales pediátricos, salas de rehabilitación…, se lucha todos los días para que a nuestros pequeños los acompañe siempre una linda sonrisa.

http://www.giron.co.cu/Articulo.aspx?Idn=8003&lang=es

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