miércoles, 7 de marzo de 2012

Elogio a su Fidelidad

Con infinito placer me sumo a este homenaje a un hombre sencillo, que desde la primera vez que tuve la oportunidad de compartir con él en una reunión, se ganó un lugar de preferencia en mi corazón. Con todo cariño, repito, me sumo a este....
Elogio a su Fidelidad
Por Fesan Pérez Pérez *



No por esperada la noticia dejó de impresionarnos. Ya Raúl, en diálogo sostenido con él en la última sesión de la I Conferencia del Partido, había anunciado que el mismo día que cumpliera los 15 años, sería liberado como Ministro de Cultura y pasaría a ser su asesor para esos temas.

Posteriormente, al explicar su ausencia al último Consejo de Ministros, el compañero Raúl informó que al concluir la Feria del Libro saldría la información oficial de su liberación y acto seguido informó que después de realizar las consultas correspondientes, se había decidido que el compañero Rafael Bernal se quedara al frente del Ministerio, lo cual justificaba su presencia allí. Para el momento que vive el país, mantener a Bernal al frente del MINCULT es la mejor decisión que se podría adoptar. Ahora se necesita el apoyo de artistas, intelectuales y de todos los cuadros del sistema de la Cultura.

Pero el objetivo de este artículo es reconocer públicamente el trabajo realizado por el compañero Abel Prieto Jiménez y su fidelidad demostrada a Fidel, Raúl, al Partido y a la Revolución.

Para nadie es un secreto las complejidades propias del sector de la Cultura; si a esto se le añade la cada vez más creciente intención  del enemigo de influir en los artistas e intelectuales, sobre todo jóvenes, para que dejen de apoyar a la Revolución, los problemas reales con la falta de recursos para poder desarrollar como se quisiera la creación artística y si le unimos la insensibilidad, incompetencia o incapacidad de algunos dirigentes territoriales que no comprenden la importancia de apoyar a la Cultura, podremos concluir que la labor de Abel ha sido heroica, al mantener durante tantos años la unidad de artistas e intelectuales en torno a la Revolución.

Para ser totalmente justos, habría que mencionar también los años que, antes de ser Ministro, estuvo al frente de la UNEAC, sobre todo porque allí pasó el período especial en su momento más duro y en medio de aquella dureza, cuando Fidel dijo que lo primero que había que salvar era la Cultura, Abel tuvo la idea genial de crear la Dirección de Trabajo Comunitario, designar a un grupo de artistas como Coordinadores municipales de Trabajo Comunitario y comenzar una experiencia que se ha extendido a todo el país y hoy es imprescindible para mantener la identidad nacional, junto a otros programas desarrollados después.

Los artistas, intelectuales y el pueblo en general  sienten un gran respeto y admiración hacia su persona por la forma inteligente y humorística con que defiende o expone sus puntos de vistas sobre los distintos temas culturales o de la Revolución; también lo seguirán recordando como el primer “pelú” que llegó y se mantuvo tantos años en el Buró Político. Por cierto, dio una muestra elevada de su modestia y sencillez al “apagar”  cualquier comentario que pudiera surgir a raíz de su salida de ese órgano de dirección y a la vez asumirlo con total naturalidad. Así son los verdaderos revolucionarios.

Al presentar en el Pabellón Cuba su última novela “Viajes de Miguel Luna”, Abel explicó que hacía 12 años, debido a la intensidad del trabajo que le exigían sus responsabilidades, no podía publicar nada. Enseguida recordé una frase de Fidel en Palabras a los intelectuales, cuando les dijo:

“… la Revolución no pide sacrificios de genios creadores; al contrario, la Revolución dice: pongan ese espíritu creador al servicio de esta obra, sin temor de que su obra salga trunca. Pero si algún día usted piensa que su obra pueda salir trunca, diga: bien vale la pena que mi obra personal quede trunca para  hacer una obra como ésta que tenemos delante”.

Abel: tu sacrificio valió la pena, tu obra no quedó trunca, al contrario, ascendió a un peldaño más elevado de la Revolución, lo que significó más cultura y más arte al servicio del pueblo como lo pidió Fidel. Ahora, en tú nueva responsabilidad, tendrás otros retos y otras oportunidades de contribuir a que el arte y la cultura se consoliden como patrimonio del pueblo.

Si algún día le das la oportunidad a Sacha de cumplir tu deseo de que te despida el duelo, estoy seguro que él no podrá decir que tú espíritu vuela hacia lo ignoto como el de Mikimún en tu novela, tendrá que decir que, por tú ejemplo, tu consagración al trabajo, tú fidelidad a la Revolución y al Partido, tú espíritu se ganó el derecho como HÉROE DE LA  REPÚBLICA DE CUBA, a quedarse entre nosotros.

¡Felicidades Abel!  


*Analista cultural y colaborador de varios blogs
Imagen agregada RCBáez

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