jueves, 9 de agosto de 2012

Aclaraciones necesarias sobre un desertor repugnante

Por Alina Sánchez del Collado

No es hacer periodismo contestatario por deporte, se trata de hacer un periodismo revolucionario por convicción moral y cerrar el paso a los que, amparados en la falsa libertad de expresión, dan cabida a la manipulación mediática en esta guerra que algunos intentan hacernos a pensamiento y que José Martí nos enseñó cómo ganarla.

En un reciente trabajo de Wilfredo Cancio Isla se magnifica al ex periodista cubano Daniel Benítez, otro de los que creyeron en los cantitos del norte y prefirieron, sin decoro, cobrar por la sarta de sandeces que sustentan un mercenarismo barato que jamás recibirá respeto, incluso de los mismos que le pagan mentiras, hipocresía y oportunismo, y por hablar con la más desfachatada irreverencia y el mayor cinismo en nombre todos los cubanos.

Aclaro que la mayoría de la juventud cubana es aguerrida, intrépida y valiente, sigue adelante a pesar del bloqueo yanqui y las dificultades, y que ninguno de los que marchan a cumplir los designios del norte tienen derecho a generalizar y decidir el destino ajeno. Cancio Isla escribió: “El periodista cubano Daniel Benítez, recién llegado a Estados Unidos, se considera parte de una generación marcada por el escepticismo político y la búsqueda de sobrevivencia ante el incierto futuro de la isla”.

Ustedes imaginan cómo pudiéramos avanzar y tener tan brillantes hijos, si la mayoría de ellos fueran como el farsante de esa historia, quien además de estudiar y llegar al nivel superior de escolaridad gratis en Cuba, hizo falsos compromisos y se quedó en la mitad del camino para convertirse en un cobarde. Será que Cuba tiene una fábrica de robot que aporta maquinitas que hacen la zafra, recogen el café y abarrotan felices las universidades. Serán androides los MILES que cada año reciben diplomas de graduados, parten al frente de cada empresa y dicen presente en cada tarea. O son muñecos los que avanzan tumbando barreras porque no creen en los aburridos y retóricos discursos a la usanza de los 60 del pasado siglo, que reiteran su esperanza de que la juventud cubana crea en que es en Estados Unidos donde está la añorada libertad y el sueño americano bla bla bla bla ¡¡ Por favor! hasta cuándo van a subestimar a nuestros jóvenes?

"Pertenezco a la generación de la sobrevivencia, escéptica y desconfiada hacia todo lo que le huela a discurso político, que prefiere escapar antes que pensar en el destino del país", manifestó Benítez, de 30 años."La falta de comprometimiento social es un sentimiento cada vez más extendido entre los jóvenes cubanos de hoy", puntualiza en su artículo Wilfredo Cancio Isla en su afán de enaltecer a los cobardes y hacer generalizaciones muy acordes con la mediocridad que embarga su cerebro.

Pero no puede ser de otro modo, su “libertad de expresión” no le permite ser imparcial y honesto. ¿Qué más se le puede pedir a los que forman parte del ejército de apátridas que aún sueñan con la Cuba de ayer?

A ese periodista -sólo de escuela, no de principios- se los regalamos, porque aquí nos sobran jóvenes valiosos dispuestos a defender la Revolución. Sigan creyendo el cuento de que todos los jóvenes son iguales y están decepcionados y aburridos… sigan subestimando a este pueblo, que la mayoría es joven y sigue aquí en pié dispuesto a impedir con uñas y dientes que Estados Unidos vuelva a arrebatarnos la libertad que costó tanto sacrificio.

Es ahí donde se pierden el Benítez y el Cancio, y todos los que como ellos creen que nos van a ganar la guerra con la misma arma que nos entregó Martí hace 117 años.

¡¡Viva Cuba Libre!!!!! Libre por derecho y por antonomasia, libre de ustedes los que hablan y escriben tantas estupideces, de los oportunistas, aprovechados e hipócritas, y libre de los que se arrastran a 90 millas para hacer catarsis gusanística.

En Cuba, como dice la canción de Silvio… “la libertad tiene alma clara y sólo canta cuando va batiendo alas, vuela y canta, libertad”.

Enviado por su autora a través de Facebook

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Conocí a este nuevo desertor cuando estudiábamos en la Universidad de Oriente y desde entonces siempre ha sido la misma persona falsa.
Para lograr sus objetivos pasa por encima de cualquier principio moral y ético, envenenando a todos a su paso, con ese mismo veneno que asegura no existir en Cuba, porque lo acaparó todo para su sistema sanguíneo.
Como periodista, pude seguirlo después de graduado y siempre fue un profesional plano que incorpora opiniones y criterios ajenos a su discurso en sus ínfulas de crear un personaje falso, ambiguo y camaleónico, que ahora con unos de sus disímiles colores, llega a la prensa de Miami.
Daniel Alejandro miente. Lo hace deliberadamente cuando niega su militancia política en la Unión de Jóvenes Comunistas, cuando en realidad todo el mundo sabe que militó en sus filas y hasta el último de sus días en ella, pertenecía al Comité de Base del periódico ahora, en Holguín.
Pero también miente, descaradamente, cuando afirma que fueron problemas políticos por su novia cubanoamericana, los que lo separaron de la AIN.
Tal vez por ahí alguien tenga algunas fotos que demuestren que su salida de la Agencia de Información Nacional nada tuvo que ver con asuntos políticos.
El desertor fue expulsado de la AIN por faltas éticas y morales que nadie permitiría en ningún lugar del mundo.

Anónimo dijo...

Conocí a este nuevo desertor cuando estudiábamos en la Universidad de Oriente y desde entonces siempre ha sido la misma persona falsa.
Para lograr sus objetivos pasa por encima de cualquier principio moral y ético, envenenando a todos a su paso, con ese mismo veneno que asegura no existir en Cuba, porque lo acaparó todo para su sistema sanguíneo.
Como periodista, pude seguirlo después de graduado y siempre fue un profesional plano que incorpora opiniones y criterios ajenos a su discurso en sus ínfulas de crear un personaje falso, ambiguo y camaleónico, que ahora con unos de sus disímiles colores, llega a la prensa de Miami.
Daniel Alejandro miente. Lo hace deliberadamente cuando niega su militancia política en la Unión de Jóvenes Comunistas, cuando en realidad todo el mundo sabe que militó en sus filas y hasta el último de sus días en ella, pertenecía al Comité de Base del periódico ahora, en Holguín.
Pero también miente, descaradamente, cuando afirma que fueron problemas políticos por su novia cubanoamericana, los que lo separaron de la AIN.
Tal vez por ahí alguien tenga algunas fotos que demuestren que su salida de la Agencia de Información Nacional nada tuvo que ver con asuntos políticos.
El desertor fue expulsado de la AIN por faltas éticas y morales que nadie permitiría en ningún lugar del mundo.

La Polilla Cubana dijo...

Qué pena, compañero, que no nos dejaste tu firma!