Por Fidel Castro
Fotos Alex Castro
Bastó
un mensaje a los graduados del primer curso del Instituto de Ciencias
Médicas “Victoria de Girón”, para que el gallinero de propaganda
imperialista se alborotara y las agencias informativas se lanzaran
voraces tras la mentira. No solo eso, sino que en sus despachos
cablegráficos le añadieron al paciente las más insólitas estupideces.
El
periódico ABC de España, publicó que un médico venezolano que radica no
se sabe donde, reveló que Castro había sufrido una embolia masiva en la
arteria cerebral derecha, “puedo decir que no vamos a volverlo a ver
públicamente”. El presunto médico, que si lo es abandonaría primero a
sus propios compatriotas, calificó el estado de salud de Castro como
“muy cercano al estado neurovegetal”.
Aunque
muchas personas en el mundo son engañadas por los órganos de
información, casi todos en manos de los privilegiados y ricos, que
publican estas estupideces, los pueblos creen cada vez menos en ellas. A
nadie le gusta que lo engañen; hasta el más incorregible mentiroso,
espera que le digan la verdad. Todo el mundo creyó, en abril de 1961,
las noticias publicadas por las agencias cablegráficas acerca de que los
invasores mercenarios de Girón o Bahía de Cochinos, como se le quiera
llamar, estaban llegando a La Habana, cuando en realidad algunos de
ellos trataban infructuosamente de llegar en botes a las naves de guerra
yankis que los escoltaban.
Los
pueblos aprenden y la resistencia crece frente a las crisis del
capitalismo que se repiten cada vez con mayor frecuencia; ninguna
mentira, represión o nuevas armas, podrán impedir el derrumbe de un
sistema de producción crecientemente desigual e injusto.
Hace
pocos días, muy próximo al 50 aniversario de la “Crisis de Octubre”,
las agencias señalaron a tres culpables: Kennedy, recién llegado a la
jefatura del imperio, Jruschov y Castro. Cuba nada tuvo que ver con el
arma nuclear, ni con la matanza innecesaria de Hiroshima y Nagasaki
perpetrada por el presidente de Estados Unidos Harry S. Truman,
estableciendo la tiranía de las armas nucleares. Cuba defendía su
derecho a la independencia y a la justicia social.
Cuando
aceptamos la ayuda soviética en armas, petróleo, alimentos y otros
recursos, fue para defendernos de los planes yankis de invadir nuestra
Patria, sometida a una sucia y sangrienta guerra que ese país
capitalista nos impuso desde los primeros meses, y costó miles de vidas y
mutilados cubanos.
Cuando
Jruschov nos propuso instalar proyectiles de alcance medio similares a
los que Estados Unidos tenía en Turquía —más cerca todavía de la URSS
que Cuba de Estados Unidos—, como una necesidad solidaria, Cuba no
vaciló en acceder a tal riesgo. Nuestra conducta fue éticamente
intachable. Nunca pediremos excusa a nadie por lo que hicimos. Lo cierto
es que ha transcurrido medio siglo, y aun estamos aquí con la frente en
alto.
Me
gusta escribir y escribo; me gusta estudiar y estudio. Hay muchas
tareas en el área de los conocimientos. Nunca las ciencias, por ejemplo,
avanzaron a tan asombrosa velocidad.
Dejé
de publicar Reflexiones porque ciertamente no es mi papel ocupar las
páginas de nuestra prensa, consagrada a otras tareas que requiere el
país.
¡Aves
de mal agüero! No recuerdo siquiera qué es un dolor de cabeza. Como
constancia de cuan mentirosos son, les obsequio las fotos que acompañan
este artículo.
Fidel Castro Ruz
Octubre 21 de 2012
10 y 12 a.m.
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