miércoles, 12 de junio de 2013

Un punto de vista diferente sobre los Medios en Cuba

Por Carlos Rafael Diéguez *
En mi país NO se tolera el periodismo intrascendente y plano, nací en 1959 y durante más de treinta años trabajé en los Medios. En Miami es difícil que sepan estas cosas, pero en la Cuba que viví y en los lugares que laboré siempre se estimuló la polémica y el debate. Claro que a muchos no les gustaba y no les gusta que se critique por radio o por los periódicos, las cosas que andan mal como consecuencia de insuficiencias, incapacidades, burocracia o corrupción administrativa. Pero desde que tengo uso y razón le puedo asegurar que durante décadas ha existido en Cuba más autocensura que censuras. Hay periodistas que no quieren buscarse problemas.

Esto que les cuento no se sabe en Miami y tal vez ni en la Habana. Por ejemplo: el periódico Escambray de Sancti Spíritus, un semanario de esa central provincia de Cuba realizó en el 2011 más de cien trabajos de enfoques crítico, la radio de ese propio territorio superó los 500 materiales de críticas a diferentes sectores de la sociedad mientras la televisión local trasmitía decenas de horas dedicadas a diferentes puntos de vistas bien calientes. Como estas muestras, así, funcionan los medios en los demás territorios de la Isla. Hacer crítica en Cuba es como el pan de cada día.

Le aseguro a los lectores del mundo y a los oyentes de Radio Miami que en Cuba hay trabajadores de la prensa con valentía  que asumen la labor de moldear una sociedad que si no es perfecta, es superior a otras en la atención a los seres humanos: la crítica ha sido y es una máxima en Cuba.

“La radio de la comunidad en Cuba es una muestra irrefutable de la democracia participativa, para ella no hay temas prohibidos, se habla de todo con el lenguaje de todos, muestra de como los medios se ponen en manos del pueblo para el beneficio común. Todos los que laboran en este tipo de emisora se convierten sin percatarse en voceros de la comunidad, diariamente llegan anécdotas, relatos y noticias de diferente intensidad.

El movimiento de corresponsales que se crea alrededor de la emisora de la comunidad, completa un verdadero sistema de información, que al organizarse bien se convierte en la vida para los contenidos siempre diversos y constantes que necesita una emisora de radio. La noticia nace en voz de sus protagonistas, con la gente de barrio, la fábrica, la escuela, al ser portadores de historias fabulosas del que hacer cotidiano.

En las emisoras municipales de mi país existen espacios de debate, de tipo mesa redonda, y comparecencias donde se habla lo mismo con un delegado del Gobierno de base, con un Presidente de la Asamblea Municipal (alcalde) o cuanto funcionario implicado con el tema se discuta.

Le cuento todo esto porque en este mundo tan dominado por la información de las grandes cadenas de prensa, la imagen que existe de los medios cubanos es que son oficialistas, y tan estatales que no hacen otra cosa que propaganda política y que somos incapaces de disentir. Muy alejada de esa mentira, la verdad es que los medios en Cuba están en manos de la gente, y se usan sobre todo para educar y preservar la salud de la comunidad. Por esos nuestra radio es comunitaria, participativa y Ciudadana.

En nuestro último libro publicado aquí en Estados Unidos bajo el titulo: La Radio, luz en le tierra decimos unas cuantas cosas que pueden ser polémicas, pero las viví y debo contarlas: Por ejemplo en Cuba: Los Ministerios de Salud Pública, Cultura, Educación y Medio Ambiente, utilizan mucho las radioemisoras para orientar estrategias y señalar críticamente lo que no marcha bien en la sociedad, en cuanto a hábitos y normas de salubridad. Son habituales las charlas médicas o programas sobre la higiene, espacios educativos y de orientación en los medios cubanos y en espacial los ubicados en municipios.

Las emisoras municipales siempre están asistidas por colaboradores de distintos sectores: Médicos, maestros, científicos, artistas, ingenieros, técnicos, obreros y gente común del barrio asumen diariamente los micrófonos como medio de exponer sus inquietudes, enseñanzas y criterios que posibilitan junto a otros esfuerzos moldear la sociedad.

La radio comunitaria en Cuba es la más numerosa, más de 70 pequeñas emisoras envían sus señales desde lugares bien recónditos como La voz del Toa en Baracoa, en la oriental Provincia de Guantánamo; ésta realiza una labor insustituible de facilitación social al avisar a los montañeses de los productos que se reparten en las bodegas, de los partos de mujeres y sus nuevos hijos, felicitaciones de cumpleaños, extravíos y disímiles servicios.

No se concibe una emisora comunitaria en Cuba sin servicios de facilitación social y de propaganda de bien público. Tuve la suerte de trabajar casi 20 años en una emisora comunitaria: en la Voz del Níquel, municipio de Moa, ubicado al nordeste de la Provincia de Holguín a casi 200 Km. de la capital de ese territorio. Moa es un emporio minero con más de 200 años de reserva de metales, solo comparable con las islas de “Nueva Caledonia” en el Océano Pacifico.

En Moa conocí a Pablo Velasco Mir, ya desaparecido, el “decano de los periodistas” de la zona que por esos días llegó hasta crear un periódico en la fábrica de níquel comandante Pedro Soto Alba (Semanario El Níquel) profesional de la prensa acostumbrado a criticar como se dice en Cuba a “malanga y al puesto de vianda”, Velasco, fue de los más fervientes fundadores de la Emisora; ideó a finales de 1979 una sección bajo el nombre de: “El Peatón Mirón”. Impactó este personaje incógnito, transitaba por un lugar, describía los problemas a su paso, si había un hueco o baches en la calle, si maltratos en los servicios, si no pasaba la guagua en hora, si escuchó tal o más cual comentario en una parada, si llegaba a tiempo o no la merienda a las escuelas o si se le daba el servicio adecuado al personal de los Hospitales.

Siempre desde el anonimato. Las historias se contaban desde el punto de vista de un común hombre de pueblo. La crítica que hacíamos en esos años era muy fuerte y estaba dirigida a los aparatos administrativos y las indisciplinas sociales, tal como hoy se realiza en los periódicos, en la televisión a todos los niveles.

“El Peatón Mirón” se convirtió en un Quijote: arremetía contra todo lo malo y enfrentaba a los molinos que no funcionaban.


Desde su andar cotidiano desnudaba las deficiencias sociales, y creaba muy buenas polémicas entre funcionarios y usuarios donde a la postre surgía la solución a los problemas de la comunidad gracias al adecuado uso de la palabra en la radio. El socialismo NO se concibe sin crítica y autocrítica. Nadie nos prohibió hacer crítica, ni antes ni ahora. Me consta que siempre se nos pidió que fuéramos profundos en la investigación y que existieran argumentos.
Mas adelante en el propio 1980 recuerdo que en Moa se crea un programa para la opinión, de crítica, que denominamos, “Micrófono Abierto”, muy buen espacio que logró hasta premios nacionales en los festivales de la radio en Cuba.

Desde “Antena Matinal” en Moa con el uso de la palabra se puso nombres a las calles, se le cambio el nombre a varios repartos, se recaudó material escolar y materias primas. Desde este programa y otros se enfrentaban las inundaciones del caudaloso río Sagua de Tánamo con orientaciones de la Defensa Civil a la población”. Queda muy claro y se demuestra cada día, que una emisora de la comunidad es mucho más que una señal en el aire. Su labor social es incuestionable. Cuba ha aprovechado bien este medio en función de educar y orientar la sociedad.

El producto de la radio es inmediato, raudo, anticipa provoca. Las trasmisiones de una emisora ilustran el modo de vida de una comunidad, lo estimula oportunamente o lo cuestiona. Todos los que laboramos en el medio sabemos que la radio es también imagen e imaginación.

La visión social de la radio es establecer puntos de contacto entre sus oyentes a través de un dialogo veraz, diáfano, que permita establecer un código mediador entre los segmentos de la población. Somos los cubanos los que tenemos que resolver nuestros problemas.
Cumpliéndose lo anterior la radio es capaz de interactuar en la sociedad y convertirse en un elemento que combine ejemplarmente la misión de informar con la de transformar y de crear valores espirituales.

Si en Cuba no hubiera crítica ¿Por qué dirigentes administrativos de diferentes niveles se enojan con la prensa, con Haciendo Radio y Hablando claro de Radio Rebelde, o con Talía de la TV y tratan de justificar las insuficiencias? Entonces que nadie diga que en Cuba no se hacen trabajo críticos a través de los Medios. Pienso que todavía se leen periódicos viejos en Miami. Bastaría con oír los Medios provinciales de Villaclara, de Manzanillo o el noticiero de Primera mano de Radio Angulo en Holguín.

Los periodistas cubanos de la isla y aquellos que no vivimos allá tenemos el deber de seguir siendo objetivos, oportunos en la crítica para construir y mejorar aquel proyecto social que es y debe ser de todos los cubanos. En los Medios de la Cuba de hoy aprendimos sin sensacionalismo ni los alardes tradicionales que pululan a la moda de “la libertad de prensa” por estos lares, una prensa muy cacareada de los que se creen “muy democráticos” y dueños del mundo. Como Radio Miami trasmite desde el corazón de la Alianza Martiana debo terminar diciendo: Nos inspira el periodista cubano de todos los tiempos José Martí, de raíz canaria y buen español cuando escribió: “Tiene la prensa periódica altísimas misiones, es, una explicar en la paz, y en la lucha fortalecer y aconsejar... La prensa no es aprobación bondadosa o ira insultante, es proposición, estudio, examen y consejo”.

*Periodista cubano residente en EE.UU.
(Estos textos pueden ser reproducidos libremente siempre que sea con fines no comerciales y cite la fuente)

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