Silvio Rodríguez en su Blog Segunda Cita
Un
día se para Fidel en la Universidad y dice que quienes pudiéramos
acabar con la Revolución somos los revolucionarios. Muchos tenemos la
misma percepción: es nuestra incapacidad para aprender de errores
propios y ajenos, nuestra comodidad y a veces hasta nuestra desidia las
que pueden extinguir el proyecto social más humano y trascendente de
nuestra historia. Por eso aplaudimos la amarga honestidad de ese gran
hombre y todo el que tiene un poco de vergüenza, desde el mínimo espacio
que defiende, promete que por allí no pasará el pasado.
Otro día Fidel define lo que es Revolución:
“…sentido
del momento histórico… cambiar todo lo que debe ser cambiado… igualdad y
libertad plenas… ser tratado y tratar a los demás como seres humanos…
emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos…
desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y
nacional… defender valores en los que se cree al precio de cualquier
sacrificio… modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo…
luchar con audacia, inteligencia y realismo… no mentir jamás ni violar
principios éticos… convicción profunda de que no existe fuerza en el
mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas...”
Y constatamos la coherencia con la primera frase suya que cuando niños nos aprendimos de memoria: “Nos
casaron con la mentira y nos obligaron a vivir con ella; por eso nos
parece que se hunde el mundo cuando oímos la verdad; como si no valiera
la pena que el mundo se hundiera, antes que vivir en la mentira”.
Más que razones para volver a decir: por este pedacito mío no pasará el pasado.
Tiempo
después Raúl se para en la Asamblea y se atreve a decir que su
generación está ante la última oportunidad de enrumbar debidamente el
proceso cubano, que hay que acabar con la corrupción, dar la batalla por
la productividad, ahorrar y ser conscientes. No caben dudas de que los
pobres tenemos que saber administrar nuestras parcelas de sueños, es lo
que una realidad de décadas nos restriega en los ojos. Y es por lo que
uno repite en sus adentros: por el punto perdido en el mapa que me corresponde defender, no pasará el pasado.
Pero
llevo tantos años defendiendo, cayendo, levantando, teniendo hijos,
nietos, viendo al mundo emanciparse por momentos e hipotecándose por
otros, y deduzco que quizá alguna parte mía, por muy entrañable que me
fuera alguna vez, pudiera ya ser parte del pasado.
Entonces
pienso que me faltan canciones como aquellas por las que me pegaban
“con una soga y con un palo”, como diría Vallejo. Menos mal que todavía
hay jóvenes que cantan nuestras duras realidades. Y me pregunto ¿qué
puedo hacer para cantar con ellos?:
Entonces me sorprendo enumerando en voz alta, como un loco:
Seguir la gira interminable, mi Canción de barrio;
seguir Segunda cita (vocecita) en el éter inmenso;
seguir denunciando lo mal hecho, pésele al sietemesino que le pese.
En fin: seguir siguiendo, como dicen Tony Guerrero y Victoriano de las Causas.
Así que por último me digo: por
el ínfimo espacio que me toca no pasará el pasado. Y que la parte de mi
que sea inservible y yo no vea, que algún hermano nos haga el favor de
tampoco dejarla pasar.
Canción del pasadoSe negaba una mujer,con una mano, a ir a la cama;con la otra entreteníasu pasión amordazada.Y las sábanas teníanel semblante del pasadoque, contento, sonreía.El vendedor de ventanasse negó a darme la mía,porque a cambio no le dabamis reservas de alegría.El pasado estaba quietosobre el almacén del día.Lo tenían bien sujeto.Veo el pasado caminandopor casi toda la ciudad.Lo veo en la genteque se queda y que se va.Lo veo en el rostro de mi hijo,lo veo en la voz de mi mujer.Lo veo a pesar de que lo veosin querer.El pasado tiene nombrede millones de sujetos,bebe, come, se va al ciney a veces no es tan viejo.Tiene un poco de mi nombrey otro poco del de ustedes,aunque busquemos el hombre.Veo el pasado caminandopor casi toda la ciudad.Lo veo en la genteque se queda y que se va.Lo veo en el rostro de mi hijo,lo veo en la voz de mi mujer,Lo veo a pesar de que lo veosin querer.El pasado es el espectrode un bufón con triple cara:fue de ayer, es de este díay será de otra mañana.El pasado es ese insectoque la música no apaga.El pasado es insurrecto.Veo el pasado caminandopor casi toda la ciudad.Lo veo en la genteque se queda y que se va.Lo veo en el rostro de mi hijo,lo veo en la voz de mi mujer.Lo veo a pesar de que lo veosin querer.1970
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