Por Ángel
Bravo, Cubainformación
En días recientes a propósito de la
provocación y fracaso del performance que pretendía hacer en la Plaza de
la Revolución la señora Bruguera, se han escrito importantes artículos,
que esa señora debería leer y ojalá comprenderlos, para que aterrice y
logre ubicarse, y nunca más vuelva a jugar de artista -menos todavía en
estos tiempos que viven Cuba y Estados Unidos-, en un escenario político
de relaciones bilaterales, en el que ni ella, ni sus amos tienen
cabida.
Como era de esperar, Bruguera tenía a su favor toda la
orquestación mediática internacional de los enemigos de la Revolución
Cubana. Gracias a ese favor, fue fácil saber los objetivos que
perseguía. Con esos aliados, volvía a desnudar su alma entera. El dicho
popular acierta: “dime con quién andas y te diré quién eres”. ¡Hicieron
mucho ruido, para poca oferta!
A pesar de la enorme publicidad con
la que contó para su performance, el pueblo cubano ni si quiera se
enteró y otros ni se interesaron, porque estaban celebrando el retorno
total de los Cinco héroes, hijos del pueblo revolucionario. Los pocos
que llegaron el 30 de diciembre a la Plaza de la Revolución fueron
turistas que querían sacarse fotos con los rostros de Camilo y el Che
-ellos no tenían ni la menor idea de quien era Bruguera-, y uno que otro
despistado que llegó por equivocación. La frustración de los grandes
medios comerciales acreditados en La Habana -que tenían las cámaras
listas-, fue más grande que la Plaza.
Lo más rescatable que trajo
esta fracasada provocación, fue lo que hizo Bruguera algunos días
después (el 05 de enero): devolver la Distinción por la Cultura Nacional
y renunciar a la membresía de la Unión Nacional de Escritores y
Artistas de Cuba (UNEAC)
La UNEAC es la catedral de la cultura
cubana; pertenecer o ser distinguida por ella, tiene un gran valor
humano y cultural, que no puede ser medida materialmente (aunque
Bruguera haya usado ese reconocimiento para hacer dinero, sirviendo a
los intereses de sus amos). El significado histórico que tiene la UNEAC
en la Revolución Cubana, solo alcanza a entenderse a partir de las
grandes personalidades que siempre promovieron y defendieron la cultura y
los intereses de la nación. A ella están ligados intelectuales y
escritores como: Nicolás Guillen, Alejo Carpentier, José Lezama Lima,
Lisandro Otero, Roberto Fernández Retamar, Pablo Armando Fernández,
Miguel Barnet entre otros.
Hizo bien Bruguera con su renuncia a la
UNEAC, porque ahí no hay lugar para asalariados, sino para personas
íntegras, que ponen pluma, arte, obra y vida al servicio de un pueblo.
El
mismo 05 de enero, personas leales y dignas como Antonio Guerrero,
Fernando González, Ramón Labañino y René González llegaron a la UNEAC
(Gerardo Hernández no asistió porque estaba acompañando a su esposa,
previo al parto de Gema), para agradecer a todos los creadores cubanos,
por haber contribuido desde el arte a que se conociera el caso y
promovieran a que miles de personas en el mundo se sumaran a la lucha
por su liberación. Por supuesto que Bruguera no forma parte de esos
creadores cubanos.
Las palabras de Antonio expresadas ese día en
la UNEAC, resumen bien, la integridad de los Cinco héroes (apegados a
los valores más humanos y desprendidos de cualquier interés material).
Al referirse a lo que seguirán haciendo a partir de ahora, parafraseando
a José Martí dijo: “De lo que hice no me acuerdo, solo me acuerdo de lo
que voy a hacer”. Y termina con un pensamiento que Bruguera y sus amos
debieran entender: “A nosotros nos tocó lo que hubieran hecho millones
de cubanos, millones de personas en el mundo, no rendirnos ante el
chantaje, el soborno, la presión…”
Ocupa Walt Street, Tania Bruguera y Carlos Alberto Montaner
Enrique
Ubieta Gómez - Blog "La isla desconocida".-
Especulo: seguro que Tania
Bruguera cuenta con el apoyo de Carlos Alberto Montaner. Este señor sabe
de arte político –no me refiero a la “nueva canción” latinoamericana,
en sus inicios llamada “canción protesta”, ni a otros antecedentes
ilustres, como ciertos poemas de Guillén, Neruda o Dalton, o a los
murales de Rivera y Siqueiros–; me lo imagino absorto, frente al
televisor, en la contemplación de alguna entretenida saga justiciera de
James Bond, el Agente 007. Aquellas películas, paradójicamente,
aparentaban ser arte y no política, pero eran todo lo contrario, como
cualquiera sabe.
Pero Tania es una verdadera artista. Hay un punto, sin
embargo, en el que Montaner debe haberse sentido contrariado. Tania, que
es y tiene derecho a ser una mujer sistémica –aunque incurra en
provocaciones inocuas, perdonadas en Colombia y en otros lares no por
vocación democrática de esos países, sino por irrelevantes, desde una
visión política–, ha querido enlazar su programado perfomance en La
Habana a un hecho, este sí, irritante para el sistema, revelador de la
crisis profunda –económica, social, política, simbólica– del
capitalismo. Ha dicho que su provocación artístico-política en la
habanera Plaza de la Revolución sería a la manera del movimiento de los
“Ocupa”, que dicho sea de paso, no es un movimiento artístico, aunque
porte una estética; expresa la irritación de millones de personas ante
el inútil multipartidismo burgués que no los representa. Escoger la
Plaza que simboliza la resistencia de todos los latinoamericanos (de
todos los hombres y mujeres progresistas del planeta) frente al
imperialismo, habrá hecho sonreír a Montaner. Esa sería su venganza
frente a los reales “ocupas”. Pero no, creo que no apoyó a Tania. La
sola mención de ese movimiento debe haberlo incomodado. Es cierto que
especulo, pero me apoyo en un reciente artículo suyo aparecido en El
Nuevo Herald. En los primeros días de enero, Montaner tenía otras
preocupaciones: 2015, decía, será un año en que “viviremos
peligrosamente”. La frase es inintelegible, al menos en español. Sin
embargo, no es difícil adivinar lo que intenta decir: la posible llegada
al poder, en Grecia y en España, de partidos desconocidos e
impredecibles –remember Fidel, remember Chávez–, podría acarrear la
inestabilidad… del capitalismo. Ambas organizaciones surgieron del
amplio movimiento de los "Ocupa", y Montaner, como los niños irritados,
junta todas las groserías escuchadas a los “mayores” (las más ofensivas,
según su parecer), aunque algunas sean difícilmente juntables:
"Se
trata de una amalgama antisistema. (…) En Syriza se juntan estalinistas
nostálgicos, trotskistas, anarquistas, anticapitalistas,
antiglobalizadores, verdes que odian los transgénicos, antiamericanos,
eurófobos, antieuros, y, por supuesto, propalestinos-antiisrael. (…)
Esta
montonera comenzó a gestarse hace unos años en las protestas contra las
reuniones internacionales del Fondo Monetario Internacional o del Banco
Mundial. Era una muchedumbre juvenil reclutada entre las tribus
urbanas, frecuentemente desaseada y porrera (…)
Los participantes
acamparon en diversas plazas emblemáticas, desde Wall Street en NY hasta
la madrileña Puerta del Sol, o se pelearon a pedradas contra las
fuerzas del orden en media docena de ciudades (…)
Lo que España y Grecia necesitan es más capitalismo, pero del bueno (…)"
Que
la derecha intente apropiarse del vocabulario, las imágenes y los
símbolos de la izquierda no es una novedad. Pero la mención a ese
movimiento resulta confusa: ¿a quiénes convocaba Tania en La Habana?,
¿exigiría la implementación de un capitalismo “del bueno” en Cuba? En el
llamado Primer Mundo, cientos de miles de ciudadanos ex-apolíticos y
ex-apáticos manifiestan su ira contra el capitalismo; ¿pretende ella
restaurarlo en Cuba? Con mercenarios procapitalistas, partidarios de la
globalización de las trasnacionales, defensores de Monsanto,
proimperialistas y sionistas –según el listado opuesto al de Montaner,
claro–, no se ocupan plazas en países libres. La idea, se me dirá, era
hacer arte, pero después de 56 años de Revolución, de 16 años de injusta
prisión para tres de nuestros hijos, de la rotunda victoria de fin de
año, ¿con qué otro público contaba, además del puñado de corresponsales
de agencias trasnacionales acreditadas en el país? Tania, sin dudas,
tiene derecho a no compartir los presupuestos de, pese a todo, su
Revolución. Pero su referente –puede estar tranquilo Montaner– no es el
de los “ocupas” que llenan las plazas de Europa y los Estados Unidos,
aunque Tania se empeñe en decir lo contrario
Fuente Cubainformación
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