domingo, 11 de enero de 2015

UNEAC: templo cultural para gente íntegra, no para asalariadas

Por Ángel Bravo, Cubainformación


En días recientes a propósito de la provocación y fracaso del performance que pretendía hacer en la Plaza de la Revolución la señora Bruguera, se han escrito importantes artículos, que esa señora debería leer y ojalá comprenderlos, para que aterrice y logre ubicarse, y nunca más vuelva a jugar de artista -menos todavía en estos tiempos que viven Cuba y Estados Unidos-, en un escenario político de relaciones bilaterales, en el que ni ella, ni sus amos tienen cabida.

Como era de esperar, Bruguera tenía a su favor toda la orquestación mediática internacional de los enemigos de la Revolución Cubana. Gracias a ese favor, fue fácil saber los objetivos que perseguía. Con esos aliados, volvía a desnudar su alma entera. El dicho popular acierta: “dime con quién andas y te diré quién eres”. ¡Hicieron mucho ruido, para poca oferta!

A pesar de la enorme publicidad con la que contó para su performance, el pueblo cubano ni si quiera se enteró y otros ni se interesaron, porque estaban celebrando el retorno total de los Cinco héroes, hijos del pueblo revolucionario. Los pocos que llegaron el 30 de diciembre a la Plaza de la Revolución fueron turistas que querían sacarse fotos con los rostros de Camilo y el Che -ellos no tenían ni la menor idea de quien era Bruguera-, y uno que otro despistado que llegó por equivocación. La frustración de los grandes medios comerciales acreditados en La Habana -que tenían las cámaras listas-, fue más grande que la Plaza.

Lo más rescatable que trajo esta fracasada provocación, fue lo que hizo Bruguera algunos días después (el 05 de enero): devolver la Distinción por la Cultura Nacional y renunciar a la membresía de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC)

La UNEAC es la catedral de la cultura cubana; pertenecer o ser distinguida por ella, tiene un gran valor humano y cultural, que no puede ser medida materialmente (aunque Bruguera haya usado ese reconocimiento para hacer dinero, sirviendo a los intereses de sus amos). El significado histórico que tiene la UNEAC en la Revolución Cubana, solo alcanza a entenderse a partir de las grandes personalidades que siempre promovieron y defendieron la cultura y los intereses de la nación. A ella están ligados intelectuales y escritores como: Nicolás Guillen, Alejo Carpentier, José Lezama Lima, Lisandro Otero, Roberto Fernández Retamar, Pablo Armando Fernández, Miguel Barnet entre otros.

Hizo bien Bruguera con su renuncia a la UNEAC, porque ahí no hay lugar para asalariados, sino para personas íntegras, que ponen pluma, arte, obra y vida al servicio de un pueblo.
El mismo 05 de enero, personas leales y dignas como Antonio Guerrero, Fernando González, Ramón Labañino y René González llegaron a la UNEAC (Gerardo Hernández no asistió porque estaba acompañando a su esposa, previo al parto de Gema), para agradecer a todos los creadores cubanos, por haber contribuido desde el arte a que se conociera el caso y promovieran a que miles de personas en el mundo se sumaran a la lucha por su liberación. Por supuesto que Bruguera no forma parte de esos creadores cubanos.

Las palabras de Antonio expresadas ese día en la UNEAC, resumen bien, la integridad de los Cinco héroes (apegados a los valores más humanos y desprendidos de cualquier interés material). Al referirse a lo que seguirán haciendo a partir de ahora, parafraseando a José Martí dijo: “De lo que hice no me acuerdo, solo me acuerdo de lo que voy a hacer”. Y termina con un pensamiento que Bruguera y sus amos debieran entender: “A nosotros nos tocó lo que hubieran hecho millones de cubanos, millones de personas en el mundo, no rendirnos ante el chantaje, el soborno, la presión…”

Ocupa Walt Street, Tania Bruguera y Carlos Alberto Montaner

Enrique Ubieta Gómez - Blog "La isla desconocida".- 

Especulo: seguro que Tania Bruguera cuenta con el apoyo de Carlos Alberto Montaner. Este señor sabe de arte político –no me refiero a la “nueva canción” latinoamericana, en sus inicios llamada “canción protesta”, ni a otros antecedentes ilustres, como ciertos poemas de Guillén, Neruda o Dalton, o a los murales de Rivera y Siqueiros–; me lo imagino absorto, frente al televisor, en la contemplación de alguna entretenida saga justiciera de James Bond, el Agente 007. Aquellas películas, paradójicamente, aparentaban ser arte y no política, pero eran todo lo contrario, como cualquiera sabe. 

Pero Tania es una verdadera artista. Hay un punto, sin embargo, en el que Montaner debe haberse sentido contrariado. Tania, que es y tiene derecho a ser una mujer sistémica –aunque incurra en provocaciones inocuas, perdonadas en Colombia y en otros lares no por vocación democrática de esos países, sino por irrelevantes, desde una visión política–, ha querido enlazar su programado perfomance en La Habana a un hecho, este sí, irritante para el sistema, revelador de la crisis profunda –económica, social, política, simbólica– del capitalismo. Ha dicho que su provocación artístico-política en la habanera Plaza de la Revolución sería a la manera del movimiento de los “Ocupa”, que dicho sea de paso, no es un movimiento artístico, aunque porte una estética; expresa la irritación de millones de personas ante el inútil multipartidismo burgués que no los representa. Escoger la Plaza que simboliza la resistencia de todos los latinoamericanos (de todos los hombres y mujeres progresistas del planeta) frente al imperialismo, habrá hecho sonreír a Montaner. Esa sería su venganza frente a los reales “ocupas”. Pero no, creo que no apoyó a Tania. La sola mención de ese movimiento debe haberlo incomodado. Es cierto que especulo, pero me apoyo en un reciente artículo suyo aparecido en El Nuevo Herald. En los primeros días de enero, Montaner tenía otras preocupaciones: 2015, decía, será un año en que “viviremos peligrosamente”. La frase es inintelegible, al menos en español. Sin embargo, no es difícil adivinar lo que intenta decir: la posible llegada al poder, en Grecia y en España, de partidos desconocidos e impredecibles –remember Fidel, remember Chávez–, podría acarrear la inestabilidad… del capitalismo. Ambas organizaciones surgieron del amplio movimiento de los "Ocupa", y Montaner, como los niños irritados, junta todas las groserías escuchadas a los “mayores” (las más ofensivas, según su parecer), aunque algunas sean difícilmente juntables:
"Se trata de una amalgama antisistema. (…) En Syriza se juntan estalinistas nostálgicos, trotskistas, anarquistas, anticapitalistas, antiglobalizadores, verdes que odian los transgénicos, antiamericanos, eurófobos, antieuros, y, por supuesto, propalestinos-antiisrael. (…)

Esta montonera comenzó a gestarse hace unos años en las protestas contra las reuniones internacionales del Fondo Monetario Internacional o del Banco Mundial. Era una muchedumbre juvenil reclutada entre las tribus urbanas, frecuentemente desaseada y porrera (…)

Los participantes acamparon en diversas plazas emblemáticas, desde Wall Street en NY hasta la madrileña Puerta del Sol, o se pelearon a pedradas contra las fuerzas del orden en media docena de ciudades (…)

Lo que España y Grecia necesitan es más capitalismo, pero del bueno (…)"

Que la derecha intente apropiarse del vocabulario, las imágenes y los símbolos de la izquierda no es una novedad. Pero la mención a ese movimiento resulta confusa: ¿a quiénes convocaba Tania en La Habana?, ¿exigiría la implementación de un capitalismo “del bueno” en Cuba? En el llamado Primer Mundo, cientos de miles de ciudadanos ex-apolíticos y ex-apáticos manifiestan su ira contra el capitalismo; ¿pretende ella restaurarlo en Cuba? Con mercenarios procapitalistas, partidarios de la globalización de las trasnacionales, defensores de Monsanto, proimperialistas y sionistas –según el listado opuesto al de Montaner, claro–, no se ocupan plazas en países libres. La idea, se me dirá, era hacer arte, pero después de 56 años de Revolución, de 16 años de injusta prisión para tres de nuestros hijos, de la rotunda victoria de fin de año, ¿con qué otro público contaba, además del puñado de corresponsales de agencias trasnacionales acreditadas en el país? Tania, sin dudas, tiene derecho a no compartir los presupuestos de, pese a todo, su Revolución. Pero su referente –puede estar tranquilo Montaner– no es el de los “ocupas” que llenan las plazas de Europa y los Estados Unidos, aunque Tania se empeñe en decir lo contrario

Fuente Cubainformación

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